Imagina estar en medio de un océano infinito y que tu vecino más cercano esté a más de 2400 km. Tristán da Cunha no solo es una isla remota, sino un mundo aparte.
Ubicada en medio del Atlántico Sur, a más de 2.400 kilómetros de la tierra más cercana, esta extraordinaria isla es un territorio británico de ultramar y un destino verdaderamente remoto con el que sueñan incluso los viajeros experimentados.
De hecho, no es sólo una isla, Tristán da Cunha es un grupo de islas, que incluye la isla Nightingale, la isla Gough y varias pequeñas islas rocosas, según Express.co.uk.
Pero el centro neurálgico es Tristán, hogar de menos de 300 "almas valientes" repartidas en un único asentamiento llamado Edimburgo de los Siete Mares. Es oficialmente el lugar habitado más remoto del planeta, y sí, llegar allí es tan épico como parece.
La isla es un destino atractivo a pesar de sus inconvenientes, pero para quienes realizan el viaje, esta escapada isleña ofrece una visión poco común de un mundo donde la vida y la naturaleza coexisten en armonía.
El origen de Tristán da Cunha es tan fascinante como su geografía. Descubierta en 1506 por el explorador portugués Tristão da Cunha, la isla fue posteriormente poblada por personas de diversas etnias, incluyendo marines británicos y balleneros estadounidenses.
Su aislamiento ha marcado la historia de la isla, desde su uso como estación meteorológica en tiempos de guerra hasta una erupción volcánica en 1961 que desplazó temporalmente a toda la población.
A pesar de sus desafíos, la comunidad ha perseverado. Hoy, la isla prospera gracias a una combinación de pesca, turismo y la resiliencia de su gente. La ausencia de una ruta comercial marítima importante ha preservado su tranquilidad, convirtiéndola en un refugio para viajeros curiosos que buscan un ritmo de vida más tranquilo y sencillo.
Para llegar a Tristán da Cunha no sólo se necesita determinación sino también una planificación meticulosa.
Olvídate del aeropuerto: esta tierra no se ve afectada por el rugido de los motores a reacción. Sin aeropuerto, tendrás que navegar hasta allí como un intrépido explorador.
Las opciones para los visitantes se limitan a viajes marítimos de cinco a diez días desde Ciudad del Cabo en barcos pesqueros o buques de investigación polar como el SA Agulhas II. El viaje es largo, a menudo accidentado y totalmente dependiente del clima.
Incluso el último paso para llevar el barco a tierra puede verse frustrado si las condiciones no son las adecuadas. No es raro que el mal tiempo frustre incluso los planes mejor trazados, dejando a algunos viajeros esperanzados varados incluso antes de haber tocado tierra.
Un mundo aparte
Con tan solo 270 residentes, todos en Edimburgo de los Siete Mares, Tristán da Cunha es una comunidad tan unida como cualquier otra. Es un lugar donde todos se conocen y la vida gira en torno a la pesca, la agricultura y el espíritu comunitario.
El Libro Guinness de los Récords Mundiales lo reconoce como el asentamiento humano más aislado del planeta, un título que sus residentes llevan con silencioso orgullo.
El inglés es el idioma oficial y los lugareños hablan un dialecto distintivo enriquecido por influencias de su diversa herencia: escocés, santahelino, holandés...
La comunidad es autosuficiente y se centra en la pesca, la agricultura y el desarrollo de la industria langostera. Con suerte, podrá degustar la preciada langosta de roca de Tristán directamente del origen.
Naturaleza salvaje
El paisaje de la isla es a la vez accidentado e imponente. A pesar de su pequeño tamaño, el terreno de Tristán da Cunha es diverso, desde exuberantes praderas hasta espectaculares acantilados que se precipitan directamente al océano Atlántico.
La subida a la cima del Queen Mary es imprescindible para quienes se atreven con el reto. Con 2062 metros, es el punto más alto del archipiélago.
Para llegar a la cumbre se necesita un guía y una enorme cantidad de resistencia, pero en un día claro las vistas del océano circundante que se extiende infinitamente en todas las direcciones son inolvidables.
Aspectos prácticos para la aventura en Tristán
La moneda local es la libra esterlina, pero no esperes usar tu tarjeta de crédito: el efectivo es la moneda de cambio. Se pueden cambiar euros, dólares estadounidenses y rands sudafricanos en la Tesorería de la isla, así que planifica con antelación.
El alojamiento es sencillo pero acogedor, desde cabañas independientes hasta casas de familia que ofrecen una auténtica muestra de la vida isleña.
La conectividad aquí es limitada. No hay red móvil y el acceso a internet se comparte por satélite en toda la comunidad, lo que lo hace lento y costoso. Aun así, esta "desintoxicación digital" se cita a menudo como uno de los momentos más destacados de la experiencia en la isla.
Según thanhnien.vn
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Fuente: https://baohanam.com.vn/du-lich/ben-trong-hon-dao-co-nguoi-o-xa-xoi-nhat-hanh-tinh-142473.html
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