A principios de diciembre pasado, un suceso inesperado golpeó a mi familia. Toda la familia quedó en shock cuando el médico me informó que mi padre tenía cáncer de próstata.
Casi como una tradición, cada año nuestra familia extendida se toma una foto el primer día de Tet - Foto: CHUNG THANH HUY
El día de la cirugía, aunque por fuera siempre sonreíamos y bromeábamos para alegrar a papá, por dentro, mis hermanas y yo estábamos confundidas. Porque papá era mayor y siempre había situaciones impredecibles en la cirugía. Pero papá nos tranquilizó y nos animó. Nos dijo: "No se preocupen, estoy bien. ¡Operen y cuídense para que puedan celebrar el Tet!".
Gracias a Dios, la cirugía, que duró más de dos horas, terminó bien. La salud de mi padre se recuperó más rápido, por lo que recibió el alta temprana. El día de la consulta de seguimiento, el médico felicitó a toda la familia porque el índice de SPA se había estabilizado, por lo que mi padre no tuvo que someterse a radioterapia, quimioterapia ni tomar medicamentos. Las emociones eran abrumadoras después de largos días reprimidos por tantas preocupaciones.
En cuanto volvimos a nuestro pueblo, toda la familia pasó por el mercado de flores para elegir las macetas más adecuadas para decorar la casa. Papá escogió otro par de kumquats para exhibir y, después del Tet, injertó una nueva variedad.
La hermana Hai envió un mensaje al chat familiar: "¡Este Tet se trata principalmente de divertirse, cuanto más simple, mejor!". Apenas unos minutos después, todos dieron corazones o ambas manos en señal de apoyo. Porque después de un año con tantos cambios, el solo deseo de que toda la familia esté junta ya es una gran bendición.
Así que no fue hasta el 27 de diciembre que mi familia empezó a prepararse para el Tet. Aunque el año pasado uno de mis hermanos menores perdió su negocio y uno de mis nietos perdió su trabajo antes del Tet. Sin mencionar que los salarios y las bonificaciones de muchos también disminuyeron. Pero al final, los momentos de reencuentro con abuelos y padres al final del año y al comienzo del Tet son invaluables.
Con ese Tet “especial”, mis hermanas y yo nos hemos dado cuenta a lo largo de los años que, como siempre queremos que el Tet sea pleno y completo, a veces los días de primavera se convierten en una carga para algunas personas o hacen que otras se sientan incómodas.
El Tet es para reunirse, descansar, recargar energías, divertirse... Cada persona tiene necesidades y maneras diferentes de aprovechar las vacaciones del Tet, siempre y cuando no afecte a los demás. Así que no obligues a los demás a pensar como tú ni a hacer lo que quieras durante los días de primavera.
Si todavía podemos oír a nuestro padre regañándonos y a nuestra madre culpándonos cada vez que volvemos a casa para el Tet, significa que todavía somos extremadamente felices porque muchas personas ya no tienen eso.
Abre tu corazón para ver que la cena de reunión familiar es el regalo más preciado que tenemos la suerte de tener.
Mientras haya padre y madre, hay primavera.
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Fuente: https://tuoitre.vn/con-cha-con-me-la-con-mua-xuan-20250119101903753.htm
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