1. ¿Por qué deberías viajar a Francia en verano?
El verano es la época ideal para disfrutar plenamente de Francia (Fuente de la foto: Colección)
Viajar a Francia en verano es la época ideal para disfrutar plenamente de la esencia de este país hexagonal. Con días más largos, un clima cálido y agradable que se extiende por todo el territorio, el espacio parece abrirse para invitar a los visitantes a explorarlo .
Los veranos en Francia no son tan calurosos como en los trópicos, pero suelen ser agradables, con temperaturas medias en torno a los 25 °C, cielos despejados, poca lluvia y mucho sol. En el sur, el sol mediterráneo ilumina las playas de arena blanca, mientras que el norte y el centro del país disfrutan de noches frescas. En verano, París es vibrante y llena de vida, con cafés al aire libre repletos de gente charlando animadamente, música jazz que resuena en las plazas y parques llenos de familias que extienden mantas de picnic.
Viajar en verano por Francia es también la temporada de festivales y eventos culturales. Los deslumbrantes fuegos artificiales en el río Ródano, la ópera callejera de Aviñón, la Fiesta de la Música que se extiende por todas las ciudades... todo ello crea una estampa vibrante y llena de vida. Es, además, la época de la abundancia de productos agrícolas, los mercados al aire libre repletos de fruta fresca, el vino rosado ligero y la delicada y fresca gastronomía veraniega.
En particular, el verano ofrece la oportunidad perfecta para explorar la naturaleza francesa. Desde las soleadas costas mediterráneas, la Provenza repleta de lavanda, los Alpes de un verde intenso, hasta los románticos pueblos del Loira flanqueados por castillos, Francia presume de una belleza diversa y encantadora. Viajar a Francia en verano no es solo un viaje, sino una invitación a disfrutar de una vida tranquila y artística, deleitándose con los sabores y paisajes que solo este lugar puede ofrecer.
2. Los 5 mejores destinos turísticos de verano en Francia
2.1. Provenza
Provenza: una tierra de ensueño resplandeciente en un infinito color lavanda púrpura (Fuente de la foto: Colección)
Al hablar de viajes de verano en Francia, es imposible no mencionar la Provenza: una tierra de ensueño resplandeciente bajo el púrpura infinito de la lavanda. Con la llegada de junio, los campos de lavanda florecen como un mar de flores fragantes, ondulando bajo la luz dorada del sol, creando una estampa incomparable.
A lo largo de los sinuosos caminos de Valensole, descubrirás pintorescos pueblos de piedra escondidos entre campos de flores. El zumbido de las abejas y el intenso aroma a lavanda deleitarán todos tus sentidos. Pueblos como Gordes o Roussillon parecen cuadros llenos de color, con casas rojizas, mercados al aire libre repletos de mermeladas de flores, jabones perfumados y el típico vino rosado.
Provenza en verano es tierra de sol radiante que se extiende sobre viñedos, bulliciosos mercadillos con frutas maduras, tomates rojos brillantes y aceite de oliva virgen extra. Su gastronomía es ligera pero sofisticada, con frescas ensaladas niçoises y ratatouille con un rico sabor mediterráneo. Viajar a Provenza en verano no se trata solo de admirar las flores de lavanda, sino también de disfrutar del estilo de vida pausado y poético del sur de Francia.
2.2. Costa Azul
La Costa Azul es un famoso paraíso turístico de verano en Francia (Fuente de la foto: Recopilada)
La Costa Azul, también conocida como la Riviera Francesa, es un famoso paraíso vacacional de verano en Francia. Este litoral de 100 kilómetros de longitud a lo largo del mar Mediterráneo alberga hermosas playas, pueblos con encanto y un estilo de vida lujoso.
En verano, la Costa Azul se convierte en un destino de ensueño. Niza, con su largo y soleado Paseo de los Ingleses y sus animadas terrazas. Cannes, con sus yates de lujo y playas privadas. Mónaco, pequeño pero espléndido, es como un reino de cuento de hadas en un acantilado con vistas al mar. Y Saint-Tropez, antaño un tranquilo pueblo de pescadores, es ahora un símbolo de lujo y moda.
Aquí podrás tumbarte en la arena dorada, sumergirte en las aguas turquesas o pasear por las antiguas calles empedradas, visitar los mercados de marisco fresco y disfrutar de una bullabesa, una sopa de pescado con un intenso sabor mediterráneo. Viajar en verano por la Costa Azul francesa es también una experiencia de música al aire libre, animados festivales en la playa y atardeceres de color púrpura en el horizonte mediterráneo.
2.3. París
París en verano despliega un aspecto irresistiblemente brillante y romántico (Fuente de la foto: Collected)
París en verano es radiante e irresistiblemente romántica. Un viaje de verano a Francia estaría incompleto sin visitar París, donde el verano convierte cada esquina en un escenario lleno de arte y vida.
En verano, París se viste de cálido sol dorado, el cielo luce un azul despejado y el ambiente es vibrante. Las terrazas de los cafés están repletas de gente que disfruta de un espresso y conversa durante horas. El Sena resplandece bajo el sol, con yates que se deslizan lentamente bajo antiguos puentes de piedra. Parques como el de Luxemburgo o el de las Tullerías se llenan de risas infantiles, adultos que extienden mantas de picnic, leen libros y juegan a la petanca.
París en verano es también la temporada del arte callejero y la música. Conciertos al aire libre, exposiciones de arte y cines al aire libre atraen a multitudes. No olvides visitar museos famosos como el Louvre y el Orsay para escapar del calor y admirar obras maestras del arte.
La gastronomía parisina en verano tiene su propio encanto. Copas de rosado frío, platos de marisco fresco, frutas dulces y maduras del mercado... todo evoca un París que no solo es la ciudad de la luz, sino también un paraíso para el paladar. Viajar a Francia en verano, a París, es una experiencia intensa y profunda, una oda eterna a la ciudad.
2.4. Región del Loira
El Valle del Loira es tierra de magníficos castillos y verdes viñedos (Fuente de la foto: Colección)
El Valle del Loira es una tierra de magníficos castillos y exuberantes viñedos verdes, un destino ideal para quienes desean disfrutar de un viaje de verano a Francia de una manera romántica y tranquila.
En verano, el Loira se transforma en un paisaje de ensueño, digno de un cuadro clásico. Castillos como Chambord, Chenonceau o Amboise emergen entre los verdes bosques, reflejándose en las tranquilas aguas del río. Las flores florecen en los jardines franceses, y el aroma de la lavanda, las rosas y las hierbas se mece suavemente en el aire. Recorrer en bicicleta los pueblos con encanto, los interminables viñedos y las apacibles riberas es una experiencia inolvidable.
Viajar en verano a la región del Loira en Francia es también una experiencia culinaria inolvidable. Disfrute de un refrescante vino blanco, exquisitos quesos locales y platos elaborados con ingredientes frescos de la región. Una tarde en la terraza, contemplando cómo el atardecer tiñe de dorado el castillo, copa de vino en mano, es un momento francés que todos desean vivir al menos una vez.
2.5. El Mont Blanc y los Alpes
Los Alpes invitan a los turistas a escapar del calor con aire fresco y paisajes majestuosos (Fuente de la foto: Recopilada)
Mientras que el sur de Francia resplandece con sol y un mar azul, los Alpes invitan a escapar del calor con aire fresco y paisajes majestuosos. El turismo de verano en Francia no se limita al mar y al campo, sino que también incluye montañas y bosques de un verde intenso, y la majestuosa cima del Mont Blanc cubierta de nieve durante todo el año.
El verano es la época perfecta para practicar senderismo, ciclismo de montaña y escalada en Chamonix, Annecy o Grenoble. Los senderos serpentean entre pinares susurrantes, verdes prados repletos de flores silvestres y lagos cristalinos que reflejan el cielo azul. Las mañanas frescas con la niebla que se desliza sobre las cumbres y las tardes con el sol dorado sobre las laderas crean un paisaje de ensueño.
La gastronomía alpina francesa también es única, con su fondue de queso, embutidos y dulces tartas de arándanos silvestres. En los pequeños pueblos alpinos, los visitantes pueden disfrutar de la tranquilidad, sentados junto a la chimenea en una fresca noche de montaña a mediados de agosto. Viajar a los Alpes franceses en verano revela una faceta diferente del país: salvaje, fresca y majestuosa, enriqueciendo la experiencia de descubrirlo.
Viajar a Francia en verano no es solo hacer turismo, sino una escapada para disfrutar del ritmo pausado, sentir el aroma de las flores, el frescor del vino, el murmullo de las olas y la luz dorada del sol sobre las plazas históricas. Ya sea que prefieras relajarte en las playas de la Costa Azul, perderte entre los campos de lavanda de la Provenza, pasear por los castillos del Loira o refugiarte del frío en los Alpes, Francia siempre te recibe con los brazos abiertos, desplegando una belleza diversa y encantadora.
Fuente: https://www.vietravel.com/vn/am-thuc-kham-pha/du-lich-mua-he-nuoc-phap-v17473.aspx






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