De acuerdo a la normativa vigente de Según el Ministerio de Educación y Formación , los docentes de cada nivel deben contar con registros y libros completos para supervisar y gestionar la enseñanza. En concreto, los docentes de preescolar deben contar con al menos tres tipos de libros: el plan de crianza, cuidado y educación; el libro de supervisión de los niños; y el libro de supervisión de los bienes, equipos y juguetes de la guardería y el jardín de infancia.
Los docentes de educación primaria deben contar con al menos 4 tipos de libros, entre ellos: Planes de clase; registros de actividades profesionales; cuadernos de observación; libros para monitorear y evaluar los aprendizajes de los estudiantes; si también son maestros tutores, deben contar con un cuaderno de aula adicional.
Los docentes de secundaria también deben mantener al menos tres tipos de libros, entre ellos: Plan de estudios del año escolar; plan de clases; libro de seguimiento y evaluación de los alumnos; si trabajan como profesores tutores, también deben tener un libro de aula.
En muchas instituciones educativas, las escuelas también "dan a luz" otros tipos de libros, como cuadernos de observación, cuadernos de seguimiento de la salud de los alumnos (sobre todo en preescolar), cuadernos de seguimiento de las actividades de los sindicatos juveniles y de los equipos... lo que hace aún más pesada la carga administrativa de los profesores.
La Ley del Profesorado de 2025 estipula que los docentes realizan numerosas actividades profesionales: preparar y organizar la docencia y la educación; evaluar a los alumnos; estudiar y mejorar sus cualificaciones; realizar investigación científica ; y servir a la comunidad. En particular, la elaboración de planes de clase y la organización de la enseñanza y el aprendizaje son tareas centrales y clave. Cuando los docentes tienen que dedicar demasiado tiempo a tomar apuntes, completar registros y libros, el tiempo asignado a sus actividades profesionales se reparte, lo que afecta claramente a la calidad de la educación.

La administrativaización del trabajo docente se basa en una mentalidad de gestión administrativa que prioriza la formalidad y prioriza el papeleo sobre la eficacia real. Este estilo de gestión facilita la inspección y supervisión por parte de los superiores, pero contradice la tendencia de la gestión educativa moderna, que prioriza la capacidad pedagógica, la eficacia docente y el progreso del alumnado.
En realidad, el mecanismo de mantener diversos tipos de libros ha creado lagunas que permiten a algunos docentes tomar notas para gestionar y embellecer sus registros con el fin de servir a la inspección. Estas manifestaciones formales y deshonestas no se ajustan a los estándares éticos de la profesión docente y afectan el entorno cultural de la pedagogía.
Para superar esta situación, es necesario seguir mejorando el marco legal para aumentar la autonomía profesional del profesorado, reducir los trámites administrativos innecesarios en las actividades educativas y promover la transformación digital en la gestión escolar. Al digitalizar los datos, el proceso de gestión se vuelve más científico y el profesorado dispone de más tiempo para su labor principal: la enseñanza y el desarrollo integral del alumnado.
La era digital y la inteligencia artificial están teniendo un profundo impacto en todos los aspectos de la vida social. Si el mecanismo de gestión educativa no se innova con firmeza pronto, será difícil lograr resultados reales en la reducción de la carga administrativa del profesorado. Si queremos que la innovación en educación se extienda e impulse el desarrollo social, además de la innovación en los contenidos y métodos de enseñanza, es necesario innovar el enfoque de la gestión escolar desde una perspectiva científica y moderna, priorizando la calidad de la enseñanza y el progreso del alumnado.
Fuente: https://baolangson.vn/goc-nhin-giao-duc-giam-tai-so-sach-hanh-chinh-cho-giao-vien-5067252.html










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