Lección 1: La cultura en la era de la economía creativa
El mundo está presenciando una profunda transformación del modelo de desarrollo, pasando de una economía basada en recursos a una economía del conocimiento, una economía digital y, sobre todo, una economía creativa, donde el conocimiento, las emociones, la identidad y la innovación se convierten en los principales recursos para generar valor añadido. En este contexto, la industria cultural emerge como símbolo de una nueva era, una era en la que la cultura no solo es el alma nacional y el poder blando, sino también un sector económico clave que genera medios de subsistencia, empleo, marcas nacionales y difunde el poder blando en el ámbito internacional.

Impulso del desarrollo, ventaja competitiva nacional
En países desarrollados y en desarrollo, desde Corea, Francia e Inglaterra hasta China y Tailandia, la industria cultural se ha considerado uno de los pilares estratégicos de la economía. Productos como el cine, la música , la moda, el diseño, los videojuegos, la gastronomía y la literatura ya no se limitan a satisfacer la vida espiritual, sino que se convierten en motores de exportación, un puente que conecta al país con el mundo. En esta tendencia, la industria cultural es la manifestación más clara de la transformación de los valores espirituales en valores materiales, de la identidad en ventaja competitiva. Este es el camino inevitable para que cada nación preserve su propia esencia y, al mismo tiempo, se integre profundamente en la cadena de valor global, sin perderse en el proceso de globalización.
Vietnam, con su rico patrimonio, abundantes recursos humanos y ferviente anhelo de desarrollo, reúne todas las condiciones para seguir ese camino. Sin embargo, durante mucho tiempo, la concepción del desarrollo cultural —en especial la cultura como sector económico— ha sido modesta, incluso reservada. La cultura se ha considerado principalmente un ámbito «inmaterial», centrado en el espíritu, la moral y la tradición, más que un sector capaz de generar riqueza, servicios e ingresos. Por consiguiente, la aparición de orientaciones claras y decisivas en el Proyecto de Informe Político presentado al XIV Congreso Nacional del Partido representa un punto de inflexión muy valioso.
En consecuencia, se afirma que la industria cultural es un sector económico importante para el desarrollo socioeconómico, que impulsa el crecimiento económico. En concreto, el borrador establece claramente: «Desarrollar con firmeza la industria cultural y los servicios culturales para satisfacer cada vez mejor las necesidades de disfrute cultural de la población». Este mensaje no solo es político y jurídico, sino también una importante señal de un cambio de visión respecto a la cultura en la nueva era del desarrollo.
Más concretamente, el Borrador del Informe Político sitúa a la industria cultural en una relación de colaboración con los campos dinámicos de la era, como la ciencia y la tecnología, la innovación y la transformación digital, demostrando que la integración multidisciplinar se está convirtiendo en una tendencia estratégica. La concepción del desarrollo cultural ya no se desarrolla de forma aislada, sino que armoniza con el ritmo de la cuarta revolución industrial, donde la tecnología digital, la inteligencia artificial, el big data y las plataformas de creación de contenido digital están transformando radicalmente la manera en que se producen, distribuyen y consumen los productos culturales.
Además, la industria cultural se integra en la estrategia general de desarrollo humano integral de Vietnam, basada en un sistema de valores nacionales, culturales, familiares e individuales, cuyo objetivo es fomentar aspiraciones, desarrollar la capacidad creativa, la personalidad, las cualidades culturales y el espíritu nacional. Por lo tanto, la concepción de "desarrollo cultural" no se limita a la mera preservación del patrimonio, sino que también abarca la transformación de la cultura en un motor de desarrollo, un sector económico eficaz y un catalizador de la innovación social integral.
estrategia económica de identidad
En profundidad, se observa un claro cambio en nuestra concepción de la cultura: ya no solo como fundamento espiritual, ni solo como destino, sino también como motor de desarrollo. Si este cambio se institucionaliza mediante estrategias concretas, políticas de apoyo, inversión pública e incentivos de mercado, impulsará a Vietnam a entrar de lleno en la era de la cultura creativa, donde una idea puede generar toda una industria, una historia puede moldear la imagen de un país y un ícono cultural puede convertirse en un activo económico sostenible.
La industria cultural no es simplemente una combinación de cultura y economía, sino la expresión más concreta de una estrategia de desarrollo basada en la identidad. En un mundo donde los recursos limitados se agotan gradualmente, los países que saben aprovechar la cultura para crear nuevo valor añadido para la economía gozarán de una ventaja competitiva superior. No es casualidad que potencias como Corea, Japón, Inglaterra y Francia consideren la industria cultural como uno de los pilares del desarrollo nacional. A partir de la identidad cultural, elevada a productos, servicios y experiencias, crean nuevas cadenas de valor, desde el cine, la moda, la arquitectura, la música y los videojuegos hasta la gastronomía, los festivales, el turismo y los espacios creativos. El Proyecto de Informe Político del XIV Congreso Nacional identifica claramente el desarrollo de las industrias culturales como un nuevo modelo de crecimiento, una reestructuración de la economía, una promoción de la industrialización y la modernización, tomando la ciencia, la tecnología, la innovación y la transformación digital como principales motores (Sección IV).
En el contexto de la transformación digital y la globalización, la industria cultural también abre las puertas para que Vietnam se integre en las cadenas de valor globales en igualdad de condiciones, con su propia singularidad. Sin necesidad de competir en términos de tamaño de mercado o recursos financieros, podemos competir plenamente con la profundidad histórica, la riqueza de nuestra identidad, la emotividad y la capacidad de narrar historias vietnamitas en un lenguaje universal. Un sombrero cónico, una canción folclórica, un plato típico, una obra de teatro… si se invierte adecuadamente en ellos, se convertirán en nuevos símbolos del poder blando de Vietnam.
Por lo tanto, el desarrollo de la industria cultural no puede limitarse a eslóganes o movimientos. Debe constituir una estrategia nacional, reflejada en la planificación del desarrollo, la asignación de recursos, la educación y la formación, los marcos legales y la sensibilización de los profesionales. La cultura, una vez convertida en una fuerza motriz endógena, debe institucionalizarse en las industrias, en los ecosistemas creativos y en una identidad económica única de Vietnam en la nueva era.
Fuente: https://daibieunhandan.vn/gop-y-du-thao-van-kien-dai-hoi-xiv-cua-dang-cong-nghiep-van-hoa-tru-cot-phat-trien-moi-10393953.html






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