Cada año, de diciembre a marzo, el clima en este país sin salida al mar se torna duro, cuando las temperaturas caen hasta -50 grados Celsius en algunas zonas.
Este invierno ha sido aún más duro, con temperaturas más bajas de lo normal y fuertes nevadas.
Gantulga Batsaikhan, del Ministerio de Agricultura de Mongolia, afirmó que, hasta el 26 de febrero, 2,1 millones de cabezas de ganado habían muerto de hambre y agotamiento. Mientras tanto, las estadísticas oficiales a finales de 2023 mostraban que Mongolia contaba con 64,7 millones de animales, entre ovejas, cabras, caballos y vacas.
En Mongolia, el duro clima invernal se conoce como “dzud” y a menudo provoca la muerte de grandes cantidades de ganado.
El cambio climático está aumentando la frecuencia e intensidad de los dzuds, según las Naciones Unidas. Mongolia ha experimentado seis dzuds en la última década.
La sequía de 2024 se vio agravada por la sequía de verano, que dejó a los animales incapaces de almacenar suficiente grasa para sobrevivir al duro invierno.
"El invierno empezó con fuertes nevadas, pero de repente la temperatura del aire subió y la nieve se derritió. Luego la temperatura volvió a bajar, convirtiendo la nieve derretida en hielo", explicó a la AFP Tuvshinbayar Byambaa, un pastor.
El hielo dificulta el acceso del ganado a los pastos inferiores, por lo que muchos ganaderos no pueden hacer pastar a sus animales y tienen que pedir dinero prestado para comprar alimento.
Mongolia elevó recientemente su nivel de alerta de desastre a alto debido al duro invierno y los daños a su industria ganadera. Impulsar la ganadería se considera la forma más viable de diversificar la economía del país, que depende de la minería.
Minh Hoa (según el periódico femenino de la ciudad de Ho Chi Minh, periódico Tin Tuc)
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