El Liverpool es la prueba más clara este verano. A pesar de haber puesto sobre la mesa hasta 140 millones de euros para fichar a Alexander Isak, el equipo de Merseyside recibió una fría negativa del Newcastle. En un contexto en el que los dueños de Arabia Saudí y Catar están "cambiando las reglas del juego", cientos de millones de euros ya no son una invitación tan atractiva como antes.
Nueva era del fútbol
Durante más de una década, el fútbol europeo se ha visto inundado de traspasos disparatados, donde una joven promesa solo necesitaba unos pocos debuts impresionantes para que los grandes clubes abrieran sus carteras y gastaran decenas de millones de euros. Sin embargo, la oleada de inversiones procedentes de Arabia Saudí y Catar está alterando ese orden. Dado que su poder financiero supera con creces el concepto de beneficio, retener a una estrella ya no depende del precio de venta.
El Liverpool lo sabe mejor que nadie. Este verano, los "Reds" hicieron un fichaje impresionante con Wirtz, Frimpong y Kerkez. Pero Isak, la "pieza final" que el entrenador Arne Slot quería traer a Anfield, se convirtió en un acuerdo imposible. El Newcastle, con el respaldo del capital petrolero, no necesitaba 140 millones de euros, ni siquiera se planteó vender a Isak, quien tiene contrato hasta 2028.
La Premier League se ha considerado durante mucho tiempo una tierra prometida, un imán que atrae a las mejores estrellas gracias a su enorme potencial financiero. Basta con mirar el mercado de fichajes de verano de 2025 para ver la diferencia: el Villarreal y el Real Betis —los dos equipos quinto y sexto en LaLiga— solo han gastado un total de 17 millones de euros. Mientras tanto, los tres recién llegados a la Premier League, el Sunderland, el Burnley y el Leeds, han gastado hasta 225 millones de euros (115,9 millones para el Sunderland, 73,95 millones para el Burnley y 35,6 millones para el Leeds).
El Liverpool gasta mucho dinero para fichar a Florian Wirtz. |
Sin embargo, incluso los "ricos" de Inglaterra, como el Liverpool o el Manchester United, a veces se ven obstaculizados por un muro impenetrable: la propiedad de multimillonarios de Arabia Saudí y Catar. No necesitan vender jugadores para rotar capital ni negociar para obtener beneficios. A veces, la cuestión ya no es cuánto dinero, sino "¿Queremos vender o no?".
La historia del Liverpool no es un caso aislado. El Real Madrid atravesó una situación similar con Kylian Mbappé. A pesar de estar dispuesto a pagar casi 200 millones de euros al PSG, los blancos fueron rechazados de plano. El presidente Nasser Al-Khelaifi y los dueños cataríes preferirían dejar que Mbappé se marche antes que venderlo a cualquier precio.
El Barça también sufrió el sabor amargo. Aunque en su día sorprendieron al mundo con el fichaje de Neymar (222 millones de euros procedente del PSG), unos años después, incluso el deseo de fichar a Bernardo Silva, procedente del Manchester City, se vio debilitado. En parte por la precaria situación financiera, en parte porque el Manchester City, con su terrible solidez financiera, no se dejó influir por el dinero.
Estos acuerdos estancados revelan una nueva realidad: los dueños de Oriente Medio no ven a los jugadores como simples activos comerciales, sino como símbolos de poder, como herramientas para afirmar su posición en el fútbol. La negativa del Newcastle a vender a Isak demuestra que no quieren ser una plataforma de lanzamiento para clubes más grandes, sino una verdadera fuerza tanto en la Premier League como en Europa.
Es probable que Isak se quede en Newcastle. |
El Liverpool, acostumbrado a la mentalidad de "gastar dinero para tenerlo todo", se ve obligado a cambiar su enfoque. Se está considerando un plan B, pero es evidente que no será fácil encontrar un delantero completo como Isak, quien posee fuerza física, una capacidad de definición versátil y el potencial para convertirse en un delantero de élite en Europa.
¿Hacia dónde va el fútbol?
Cuando el dinero ya no es el "poder supremo", los traspasos requieren sabiduría y visión a largo plazo. Los días de "rescate" mediante grandes cantidades de dinero podrían haber terminado.
Incluso equipos ricos como el PSG, el Newcastle o el Manchester City no compran ni venden solo para lucrarse. Quieren construir una dinastía, fortalecer su marca y, sobre todo, ganar a su manera.
Las historias de Isak del Liverpool, Mbappé del Real Madrid y Bernardo Silva del Barça son un claro recordatorio de que el fútbol europeo ha cambiado. El mercado ya no es solo una batalla económica , sino un escenario de poder, ambición y visión estratégica.
El mercado de fichajes del fútbol está en una encrucijada. Más dinero no siempre significa más opciones.
Cuando los dueños de Oriente Medio toman el control, el valor de un jugador no se limita a las cifras, sino también al poderoso mensaje que transmiten. El Liverpool no se detendrá, ni tampoco el Real Madrid ni el Barça. Pero tendrán que aprender a adaptarse a un mundo donde «140 millones de euros son un abrir y cerrar de ojos».
El fútbol ya no es solo un juego de números. Se ha convertido en un juego mental, donde el dinero es solo una parte y el deseo es el factor decisivo.
Fuente: https://znews.vn/khi-tram-trieu-usd-khong-con-mua-duoc-ngoi-sao-post1569882.html
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