El papel del sector privado en el deporte es indiscutible. Por ejemplo, en fútbol, antes de la llegada del Sr. Duc, el equipo de Gia Lai nunca había jugado en la máxima categoría, pero tras solo dos años de transferencia, HA.GL reclutó a casi todos los equipos vietnamitas y tailandeses para Gia Lai, logrando el ascenso y ganando la V-League durante dos temporadas consecutivas.
Lo mismo le ocurrió a Dong Tam Long An , del Sr. Thang, o, más típicamente, tras solo 20 años de inversión, el Hanoi FC estableció un récord con seis campeonatos de la V-League. El presupuesto anual promedio para operar clubes profesionales ronda los 100 mil millones de dongs, una cifra inimaginable considerando el presupuesto deportivo local.
Sin la economía privada, es difícil imaginar que el equipo de fútbol sala vietnamita sea el primer equipo en participar en el Mundial o que el torneo profesional de baloncesto VBA siguiendo el modelo americano no cueste un solo centavo del presupuesto.
En 2001, nació la V-League, que permitió a la VFF obtener hasta 2 millones de dólares al vender los derechos comerciales de tres temporadas a la empresa de marketing deportivo Strata. Actualmente, los ingresos de la empresa VPF, que gestiona la V-League, superan los 200 000 millones de dongs, incluyendo los derechos de autor televisivos, algo que hace dos décadas era solo un sueño.
Sin embargo, a pesar de haber participado oficialmente de forma directa en la propiedad y la competición del deporte de élite durante más de tres décadas mediante una estrategia de socialización, las actividades económicas privadas se han limitado principalmente a la promoción y el marketing, y apenas han participado en la cadena de valor para crear una verdadera economía deportiva. Si bien los clubes se han registrado en el negocio deportivo, no producen ni crean productos tangibles para su explotación comercial.
Aún no existen productos con derechos de autor prefabricados, y el número de empresas de marketing deportivo es reducido. Incluso en el patrocinio deportivo, el número de marcas que se retiran tras unos años de participación es tan alto como el de las nuevas incorporaciones. En esencia, el deporte vietnamita aún no tiene mucho que vender ni crear un mercado dinámico, y su participación en el consumo es prácticamente nula.
Esto es verdaderamente lamentable. El deporte, que ha estado a la vanguardia en socialización en comparación con los sectores de la educación y la salud, se encuentra actualmente estancado, ya que no puede aportar nada al PIB nacional. Esperemos que la Resolución 68 elimine los obstáculos del mecanismo e inspire más coraje a los dirigentes y empresarios del deporte.
Fuente: Periódico SGGP
Fuente: https://bvhttdl.gov.vn/kinh-te-tu-nhan-voi-the-thao-20250515102706055.htm
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