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Difusión de la tecnología: requiere tanto motivación como obligación

No nos faltan leyes, pero las leyes no han creado motivaciones ni obligaciones específicas para promover la difusión de tecnología entre las empresas con inversión extranjera directa y las empresas nacionales.

Báo Đại biểu Nhân dânBáo Đại biểu Nhân dân31/10/2025

Ayer por la mañana, en el informe presentado a la Asamblea Nacional que examina el proyecto de ley que modifica y complementa varios artículos de la Ley de Transferencia de Tecnología, la Comisión de Ciencia , Tecnología y Medio Ambiente formuló una propuesta destacable: "revisar y estudiar mecanismos de incentivos adicionales para implementar eficazmente la política de difusión de tecnología... de empresas con inversión extranjera directa (IED) a empresas nacionales".

Se puede afirmar que la propuesta anterior aborda una de las mayores paradojas de la economía de nuestro país tras casi 40 años de atracción de IED: hemos tenido un gran éxito atrayendo IED, convirtiendo este flujo de capital en uno de los principales motores del crecimiento económico durante décadas, pero aún no hemos aprovechado este flujo para modernizar la capacidad tecnológica nacional. En lugar de crear un ecosistema armonioso, la conexión entre el sector de la IED y el sector empresarial nacional se ha mantenido muy débil en los últimos tiempos, y el efecto multiplicador no es evidente, a pesar de las numerosas políticas favorables aplicadas a las empresas con IED.

Esta realidad se debe fundamentalmente a que las recientes políticas de atracción de IED se han centrado principalmente en incentivos fiscales y de tasas, con la esperanza de que la difusión tecnológica se produzca automáticamente . La Ley de Inversiones, la Ley del Impuesto sobre Sociedades y la Ley de Transferencia de Tecnología incluyen disposiciones para fomentar la investigación y el desarrollo (I+D) y la innovación, pero los incentivos se basan principalmente en compromisos de inversión y no están vinculados a resultados. Al evaluar proyectos de IED a gran escala, en la práctica seguimos priorizando factores como la magnitud del capital, la superficie del terreno y el sector de alta tecnología, sin considerar realmente si el proyecto puede generar beneficios para las empresas nacionales y locales.

La Ley de Transferencia de Tecnología de 2017, a pesar de su claro espíritu de fomento, aún carece de mecanismos específicos para obligar a las empresas con inversión extranjera directa (IED) a actuar. El fomento sin restricciones se convierte fácilmente en un eslogan atractivo, pero es difícil de verificar. En la práctica, en lugar de expandirse, muchas grandes empresas con IED han formado oasis de producción autosuficientes dentro de una cadena de suministro cerrada. Estas empresas importan componentes, los ensamblan en Vietnam, exportan los productos, pero tienen poca conexión y escasa cooperación tecnológica con el sector empresarial nacional.

Por supuesto, también hay que reconocer que no se puede esperar difusión si el receptor no tiene suficiente capacidad de absorción. La mayoría de las empresas vietnamitas siguen siendo pequeñas y medianas empresas (pymes), con capital limitado, tecnología obsoleta y carentes de estándares internacionales de gestión y calidad. Incluso cuando las empresas con inversión extranjera directa (IED) están listas para realizar pedidos, las empresas nacionales a menudo no pueden cumplir con los requisitos técnicos ni los plazos de entrega, lo que provoca la ruptura de la conexión. Por lo tanto, la difusión de tecnología también depende de la capacidad de las empresas vietnamitas para fortalecerse y participar en la misma cadena de valor que las empresas con IED.

Al revisar las leyes pertinentes, podemos observar que no carecemos de leyes, pero estas no han creado motivaciones ni obligaciones específicas para promover la difusión de tecnología entre las empresas con inversión extranjera directa y las empresas nacionales.

Por lo tanto, las regulaciones deben diseñarse con el objetivo de pasar de los “incentivos para atraer” a los “incentivos basados ​​en los efectos indirectos”. En este sentido, se pueden considerar cuatro grupos clave de soluciones:

En primer lugar , los incentivos condicionados. Para proyectos de inversión extranjera directa (IED) a gran escala o que requieran un uso intensivo de terrenos, las disposiciones sobre localización, capacitación de proveedores y cooperación obligatoria en I+D deben negociarse y quedar claramente estipuladas en la licencia de inversión. Los incentivos especiales solo deben ir acompañados de compromisos específicos y mecanismos de seguimiento cuantitativos.

En segundo lugar, se debe apoyar al receptor. Cuando una empresa con inversión extranjera directa (IED) participa en el patrocinio de una empresa vietnamita para que se convierta en proveedora, el Estado debe apoyar a la empresa vietnamita en materia de crédito, consultoría y certificación de estándares. A cambio, la empresa con IED tiene derecho a deducciones fiscales correspondientes a los costos de capacitación, si se demuestran los resultados de la transferencia.

En tercer lugar, recompensar los resultados indirectos. Debería existir un mecanismo de "incentivos adicionales" para las empresas de inversión extranjera directa que realicen contribuciones sustanciales: ayudando a las empresas vietnamitas a participar en la cadena de suministro global, transfiriendo procesos y tecnología, o realizando encargos de investigación nacionales.

Cuarto, construir un ecosistema conectado. Una plataforma nacional de conexión entre empresas con inversión extranjera directa y empresas vietnamitas, junto con centros compartidos de I+D y pruebas apoyados por el Estado, constituirá la infraestructura blanda para difundir el conocimiento y la tecnología.

Los mecanismos mencionados anteriormente no solo crean una “presión positiva” para el sector de la IED, sino que también abren un “camino ascendente” para las empresas vietnamitas, pasando de la dependencia a la iniciativa.

La modificación de la Ley de Transferencia de Tecnología representa una oportunidad para ajustar y concretar el objetivo de la difusión tecnológica, de modo que la IED no solo sea una fuente de capital, sino también un catalizador para el desarrollo de la capacidad tecnológica nacional. Si solo «abrimos las puertas» sin «conectar», si no ofrecemos incentivos ni generamos motivación sin obligaciones vinculantes medibles y supervisables, entonces, por muy alta que sea la calidad del capital de IED, será difícil que contribuya de forma sostenible al objetivo de la autonomía tecnológica. Por el contrario, si sabemos cómo establecer las condiciones adecuadas, brindar un apoyo preciso y realizar un seguimiento suficiente, la IED se convertirá en un flujo que impulsará el ecosistema de innovación de Vietnam.

Fuente: https://daibieunhandan.vn/lan-toa-cong-nghe-can-dong-luc-va-ca-nghia-vu-10393899.html


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