La novedad importante del Decreto es regular estrictamente las condiciones de confiscación cuando se determine que la propiedad pertenece a un grupo especial. En caso de que la garantía sea la única vivienda del prestatario, la entidad crediticia deberá asignar al avalista un importe equivalente a 12 meses de salario mínimo. Este apoyo se considera un colchón de seguridad, que ayuda al prestatario a encontrar un nuevo hogar y estabilizar su vida tras la pérdida de la propiedad. En caso de confiscación de las principales herramientas de trabajo que no provengan del capital del préstamo, el prestatario recibirá un apoyo equivalente a 6 meses de salario mínimo para mantener la capacidad de generar ingresos en tiempos difíciles. Este mecanismo es completamente nuevo en comparación con las regulaciones anteriores, lo que demuestra una mentalidad política más flexible y práctica, así como una clara ética en la gestión de la morosidad.

Para garantizar la transparencia en la tramitación, el Decreto 304 estipula claramente que la carga de la prueba recae en el prestatario. Dentro de los 10 días hábiles siguientes a la recepción de la solicitud del acreedor garantizado, el prestatario debe proporcionar los documentos que acrediten la pertenencia o no del inmueble al grupo especial. El expediente incluye documentos que acrediten la propiedad, declaraciones de ingresos, documentos que acrediten la residencia o documentos relacionados con la propiedad como único medio de trabajo. El prestatario es responsable de la exactitud y legalidad de toda la información proporcionada. En caso de no proporcionar la información dentro del plazo, el inmueble se determinará automáticamente como no perteneciente al grupo de apoyo. Esta normativa tiene como objetivo prevenir el abuso del mecanismo para prolongar la liquidación de deudas, a la vez que crea una base jurídica clara y evita controversias.
Además de los requisitos para los prestatarios, el Decreto también aclara las responsabilidades de las entidades de crédito en todo el proceso de embargo de activos. En consecuencia, la parte garantizada está obligada a proporcionar información completa para que el prestatario comprenda sus derechos, obligaciones y mecanismos de apoyo según lo prescrito. El apoyo financiero debe proporcionarse antes del embargo e incluirse en el coste de la gestión de los activos en garantía. Todo el proceso de embargo debe cumplir con el artículo 198a de la Ley de Entidades de Crédito, desde la notificación y la coordinación con las autoridades locales hasta la organización del mismo. La estandarización de este proceso contribuye a limitar los riesgos legales, garantizar la publicidad y la transparencia, y prevenir el abuso de poder o la aplicación indebida de los procedimientos.
Al comentar sobre la importancia del Decreto 304, el Sr. Nguyen Duc Lenh, subdirector del Banco Estatal de Vietnam Región 2, afirmó que este documento tiene una importancia integral y de gran alcance. Por un lado, el Decreto crea las condiciones para que las instituciones crediticias sean más proactivas en la gestión y recuperación de deudas, facilitando así los flujos de capital para la economía y mejorando la eficiencia de las actividades crediticias. Por otro lado, este marco legal claro también contribuye a aumentar el sentido de responsabilidad de los prestatarios, obligándolos a utilizar el capital de forma proactiva para los fines correctos y a ser responsables del pago de las deudas en su totalidad y a tiempo. Al mismo tiempo, el mecanismo de apoyo a los grupos vulnerables demuestra claramente la humanidad, compartiendo la responsabilidad, reduciendo las crisis financieras y garantizando la seguridad social. Una vez legalizada la Resolución 42 y la implementación simultánea del Decreto 304, las actividades de gestión de la morosidad entrarán en un marco más estable, creando una base importante para promover el desarrollo de un crédito seguro y sostenible.
Compartiendo la misma opinión, un experto económico comentó que, con el nuevo marco legal, los derechos de los acreedores siguen protegidos para garantizar el flujo fluido de capital, pero se les exige que cumplan estrictamente con los procedimientos de notificación, cotización pública y otras condiciones para proteger los derechos e intereses legítimos de los prestatarios. "Los bancos se ven obligados a profesionalizar las actividades de liquidación de deudas en lugar de centrarse únicamente en los resultados de recuperación a toda costa", enfatizó este experto. Según él, el avance más evidente del Decreto 304 es el restablecimiento del equilibrio entre la eficiencia económica y la seguridad social en la liquidación de deudas incobrables. La regulación que exige que los bancos deduzcan una cantidad de manutención equivalente a entre 6 y 12 meses de salario mínimo al embargar bienes que constituyen la única vivienda o el principal medio de trabajo ha llenado el vacío legal anterior, ayudando a las personas a evitar la pérdida de sus medios de vida mínimos tras cumplir con sus obligaciones de pago de deudas.
Un marco legal estricto, un enfoque humano y un mecanismo operativo claro son los valores fundamentales que el Decreto 304 está sentando las bases para el futuro del manejo de la morosidad del sistema bancario vietnamita en el nuevo período.
Fuente: https://thoibaonganhang.vn/nghi-dinh-304-va-buoc-chuyen-moi-trong-thu-giu-tai-san-bao-dam-174847.html










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