A lo largo de los años, la asistente docente Nguyen Thi Kim Ngan se ha convertido en un puente, ayudando a muchos niños con discapacidad auditiva del Centro Vo Hong Son para Niños con Discapacidades (Comuna de Nghia Hanh, Provincia de Quang Ngai ) a tener condiciones favorables en sus estudios.
Profesor asistente especial
Nguyen Thi Kim Ngan (31 años, comuna de Khanh Cuong, provincia de Quang Ngai) nació sorda y sufrió muchas desventajas en comparación con sus compañeros. Sus padres eran agricultores, la familia tenía cinco hermanos y la vida era difícil para ellos. Entre todos, Ngan era la única sorda.
A través del lenguaje de señas, la maestra Ngan recordó: “Mi madre me llevó a todos los hospitales. Los médicos dijeron que era sorda. Mi madre intentó pacientemente enseñarme a hablar, pero yo no podía oír ni hablar. Sabía que mi madre estaba muy triste y desconsolada”.
En lugar de rendirse, Ngan optó por la educación. A los 8 años, sus padres la enviaron a aprender lengua de señas a la antigua provincia de Binh Dinh (actualmente provincia de Gia Lai ). En 2016, Ngan llegó al Centro Vo Hong Son para Niños con Discapacidades, el lugar que la ayudó a cumplir su sueño.
Durante sus estudios, Ngan descubrió su talento para la confección de flores, el tejido, el bordado y la creación de hermosos objetos decorativos. Reconociendo esta habilidad, el Centro le brindó la oportunidad de aprender bordado durante el verano. En tan solo dos meses, ya dominaba la técnica, transformando los hilos en vibrantes creaciones. A partir de entonces, Ngan se convirtió oficialmente en profesora asistente en el taller del Centro.
En aquella aula tan especial, no se oía el ruido de la tiza al caer, ni las clases a gritos, sino que hablaban las miradas y las manos. La profesora Ngan permanecía pacientemente a su lado, guiando a sus alumnos con lenguaje de signos. Para ella, aquello no era solo un trabajo, sino también una alegría y una felicidad que le permitía reafirmar su propio valor.
Ngan compartió: “Al principio, como los niños no sabían coser, la enseñanza requería apoyo constante e instrucciones detalladas en lenguaje de señas. Por suerte, los niños se portaban muy bien y estaban deseosos de aprender, así que me resultó más fácil enseñarles”.

Dinh Pham Y Han (17 años, comuna de Son Ky, Quang Ngai), también sordo de nacimiento, dijo: “Me gusta mucho la Sra. Ngan. Gracias a ella, entiendo mejor el lenguaje de señas y he aprendido muchas técnicas de tejido y bordado”.
Sentada en la mesa de al lado, Nguyen Bui Thao Linh (de 15 años, de la comuna de Tu Nghia, provincia de Quang Ngai) seguía con atención cada uno de sus movimientos. Linh dijo emocionada: «Estoy muy contenta de aprender a coser. Antes solo sabía mirar, pero ahora he terminado mi primera prenda yo sola».
Kim Ngan expresó: "Lo que más deseo es acompañar a los niños en situaciones similares a la mía, para que se sientan apoyados, superen su complejo de inferioridad, perseveren en sus estudios y se integren en la comunidad".
Pasión por la profesión
Además de Ngan, en el Centro hay muchos maestros dedicados. La Sra. Nguyen Thi Thanh Thao (de 29 años), maestra de segundo grado para alumnos con discapacidad auditiva, es una de ellas. Aunque no tiene discapacidad, gracias a su amor por su trabajo y sus alumnos, se propuso aprender la lengua de señas para poder comunicarse con los niños.

La clase 2 para sordos tiene 8 estudiantes. El espacio de aprendizaje es silencioso, solo se oye el sonido de los libros al pasar, el roce de los bolígrafos y las manos que se comunican diligentemente mediante la lengua de señas.
La Sra. Thanh Thao compartió: “A diferencia de los estudiantes regulares, su proceso de aprendizaje es más largo y desafiante. Mientras que los estudiantes regulares solo necesitan un año para completar el programa de primer grado, los estudiantes sordos necesitan dos años, porque necesitan comenzar desde los signos más simples, como comer, ir a la escuela, saludar…”.
Tras graduarse de la Universidad Pham Van Dong, Thanh Thao jamás imaginó que algún día se convertiría en maestra de educación especial. “Cuando llegué al Centro, no sabía nada de lengua de señas. Por suerte, aprendí rápido y se me daba bien, así que poco a poco fui adquiriendo confianza en la enseñanza”.
La Sra. Thao dijo: "Solo espero que no se rindan, porque el camino hacia el conocimiento siempre está abierto".
La Sra. Nguyen Thi Thu Ha, directora del Centro Vo Hong Son para Niños con Discapacidades, compartió: "Lo que me preocupa es cómo el Centro puede nutrir no solo lo físico, sino también las almas y los sueños de los niños".
Conmovida, relató: “Muchas veces, cuando regresaba a la escuela, los niños salían corriendo felices y me llamaban ‘Mamá’. En ese momento, me emocionaba profundamente, porque sabía que el amor había tocado sus corazones”.
Según la Sra. Thu Ha, el personal docente de este centro no solo enseña, sino que también infunde esperanza: “Sabemos que no podemos curar las discapacidades físicas de los niños, pero creemos que el amor y el acompañamiento les brindarán una luz de esperanza. Deseo que algún día, en un futuro próximo, los niños puedan ser independientes, tener carreras estables para construir sus vidas y apoyar a la próxima generación”.
Fuente: https://www.sggp.org.vn/nhung-co-giao-dac-biet-o-trung-tam-nuoi-day-tre-khuet-tat-vo-hong-son-post812813.html






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