Salah dijo una frase y el Liverpool quedó en shock

Salah no jugó ni un solo minuto en Elland Road, pero aún así fue el hombre responsable de la mayor crisis del Liverpool esta temporada.

Salah estaba en el banquillo cuando el Liverpool empató 3-3 con el Leeds.

Mohamed Salah no jugó ni un minuto contra el Leeds, pero aun así se robó el espectáculo. Con una gruesa chaqueta acolchada y un pasamontañas que le cubría el rostro, Salah permaneció inmóvil toda la noche, como si intentara evitar todas las miradas. Pero al terminar el partido, Salah echó a correr como si devorara el campo. Cada paso desprendía una energía desenfrenada, una ira contenida durante mucho tiempo.

¿Adiós, Salah?

El momento en que Salah caminó hacia la esquina del campo, saludando a la afición del Liverpool, fue más que un saludo. Fue una despedida. Y apenas unos minutos después, el propio egipcio lo confirmó, acercándose al grupo habitual de periodistas y diciendo que "volveré". Esa promesa fue el inicio de una conversación de siete minutos, una que pareció una bomba en la noche en Elland Road.

Sin rodeos, sin significados ocultos. Salah lo dijo con suficiente claridad para que el mundo lo entendiera: ya no cree en Arne Slot.

Para un jugador normal, sería solo un incidente en el vestuario. Pero para Salah, el hombre más influyente del Liverpool después de Steven Gerrard, cada palabra que dice es política . Cuando Salah le da la espalda, equivale a una crisis.

Salah es el problema del Liverpool.

Slot estaba en el ojo del huracán. Dos victorias en 10 partidos de la Premier League habían hecho tambalear su puesto. Pero perder la confianza de Salah fue el golpe fatal. Porque aunque Van Dijk y Szoboszlai lo defendieron, el poder simbólico de Salah aún lo superaba todo. Un líder no necesita el brazalete; una sola palabra suya puede tener un efecto dominó en todo el vestuario.

La situación de Slot es irónica. Si pone a Salah contra el Brighton, como desea el jugador, estará cediendo y perdiendo su autoridad sobre el equipo. Pero si deja fuera a Salah, se arriesga a una reacción negativa del público, y los jugadores sentirán que el poder del entrenador ha ido demasiado lejos.

Una elección que, en cualquier caso, tiene un precio.

El Liverpool debe decidir

La junta directiva también se ha visto arrastrada a este torbellino. Los dos grandes jefes, Richard Hughes y Michael Edwards, se ven obligados a sopesar la elección entre Salah, de 34 años y con solo un año de contrato restante, y un entrenador que se hunde en la incertidumbre a pesar de haber llevado al Liverpool al título de la Premier League la temporada pasada.

Pero el valor de Salah no se mide en una hoja de cálculo. Es la cara visible del club, un jugador con voz propia más allá del campo. Y el Liverpool sabe que una estrella así, si no está contenta, podría arruinar todos sus planes.

Salah podría tener que abandonar el Liverpool.

El incidente de Elland Road no fue un arrebato espontáneo. La semana pasada, en el Estadio de Londres, cuando lo dejaron fuera de la convocatoria, Salah casi quiso hablar, pero luego se calló. Fue solo en el partido contra el Leeds, cuando su frustración crecía, que abrió la válvula. Y cuando Salah habló, no lo hizo para desahogarse, sino para lograr un cambio, como lo había hecho en el Southampton un año antes para obligar al club a ofrecerle un nuevo contrato.

Ahora vuelve a hacer lo mismo, pero con un objetivo diferente: Slot.

¿Cómo reaccionarán sus compañeros al leer esas palabras de regreso a Merseyside? Independientemente de si eligen un bando o no, la polarización se ha creado. Un equipo que alguna vez fue campeón se ve envuelto en una lucha de poder sin precedentes desde la era post-Rafael Benítez.

Salah dijo que invitaría a sus padres al partido contra el Brighton porque podría ser su "último partido". Puede que sea cierto, o puede que sea una trampa psicológica. Pero lo cierto es que Salah ha puesto al Liverpool al borde de una decisión de vida o muerte.

El Liverpool está pasando de ser un equipo en decadencia a un club dividido. La historia ya no gira en torno a la forma, la táctica o las lesiones. Se trata de un ícono y un entrenador fuera de control.

Anfield pronto tendrá que decidir quién gana o quién pierde. Y esa decisión podría marcar el futuro del club en los próximos años.

Fuente: https://znews.vn/salah-noi-mot-cau-liverpool-chan-dong-post1609101.html