El ferrocarril está conectado al antiguo Corredor de Transporte Norte-Sur que conecta a Rusia, Irán, India, Azerbaiyán y varios otros países asiáticos y europeos, incluyendo transporte por carretera, ferrocarril y marítimo.
El presidente iraní, Ebrahim Raisi, y el presidente ruso, Vladimir Putin, asistieron a la ceremonia de firma en línea de un acuerdo sobre la construcción del ferrocarril Rasht-Astara el 17 de mayo de 2023.
Este proyecto de cooperación en materia de inversión eleva el nivel de las relaciones entre Rusia e Irán en un momento en que ambos países se encuentran políticamente aislados, asediados, embargados y sancionados económicamente por Estados Unidos, la Unión Europea y sus aliados. En este contexto, el proyecto mencionado, junto con la creciente importancia otorgada al Corredor de Transporte Internacional Norte-Sur, reviste una gran importancia estratégica a largo plazo para ambos países. Moscú y Teherán están construyendo una nueva ruta de transporte intercontinental, que corre de norte a sur y podría convertirse en una alternativa a las rutas de transporte a través del Canal de Suez. Transformar la red de transporte implica transformar la red global de la cadena de suministro. De este modo, Rusia e Irán pueden reducir la presión de las sanciones impuestas por Estados Unidos, la Unión Europea y sus aliados.
Por lo tanto, Rusia e Irán, los bandos opuestos, no dejarán que el proyecto mencionado triunfe fácilmente, porque de lo contrario, Moscú y Teherán no solo escaparán de la dificultad, sino que también contarán con una nueva baza en el juego geopolítico global: una nueva forma de construir un nuevo juego. Esa es la manera de ayudar a Rusia e Irán a liderar el juego de forma proactiva.
¿Es cada vez más evidente la polarización económica entre Rusia, China y Occidente?
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