En el incesante fluir de la historia nacional, cada hito importante es un puente entre el pasado y el futuro. El año 2025, el 50.º aniversario de la Liberación del Sur y la Reunificación Nacional, marca también el inicio de un período de transformación para el país: la fusión de varias provincias y ciudades para optimizar el aparato estatal y mejorar la eficacia y eficiencia de la gestión estatal. En tan solo unos días, las tres provincias de Phu Tho,Hoa Binh y Vinh Phuc estarán bajo el mismo techo, Phu Tho, lo que marcará una nueva etapa llena de desafíos, pero también de expectativas.
Esta no es la primera vez que nuestro país reorganiza sus fronteras administrativas. Desde su reunificación, hemos ajustado nuestro territorio en numerosas ocasiones para adaptarlo mejor a nuestras necesidades de desarrollo. Sin embargo, cada cambio evoca emociones diferentes: expectativas, dudas y, en el fondo, el dolor persistente de la palabra "patria".
Porque para cada persona, la patria no es simplemente un nombre administrativo ni una frontera en el mapa. La patria es la canción de cuna de la madre, el camino de regreso al hogar, el amor eterno; es el lago Dai Lai en la brumosa tarde de Vinh Phuc, el suave sonido del Xoan al pie de la montaña Nghia Linh de Phu Tho , la vibrante danza Sap de Hoa Binh entre los gongs que resuenan en las montañas y bosques del noroeste... Cada tierra contiene una parte de la memoria de la nación, una identidad que ha permeado las venas de muchas generaciones.
Por lo tanto, la preocupación de que la identidad cultural se pierda durante el proceso de fusión es completamente legítima. La gente tiene derecho a preguntarse y a preocuparse. Pero, al mismo tiempo, también es una oportunidad para recordar, valorar y difundir los valores fundamentales de cada localidad desde una perspectiva general nueva y más poderosa.
Ha comenzado una nueva etapa. No se trata simplemente de una reestructuración del aparato administrativo, sino, más profundamente, de la aspiración a un desarrollo sincronizado, eficaz y sostenible. La unión de tres provincias adyacentes abrirá un gran potencial en la planificación del tráfico, la sanidad, la educación y el desarrollo socioeconómico. Reducir la superposición, ahorrar recursos y crear comodidad para las personas y las empresas... Estos son los objetivos fundamentales de la fusión.
Sin embargo, además de los beneficios obvios, también es importante destacar que el consenso popular es un requisito previo para el éxito de cualquier reforma. Antes de tomar una decisión, es fundamental escuchar y compartir con cada ciudadano. Es necesario explicar y orientar claramente a la gente sobre los cambios relacionados con los procedimientos administrativos, los documentos, los servicios públicos, etc. Pero, sobre todo, es necesario asegurarles que, incluso si cambia el nombre de un lugar, lo que pertenece al alma de la patria nunca se olvidará ni se olvidará.
Por lo tanto, las autoridades de todos los niveles deben asumir un rol proactivo, no solo en la agenda, sino también en cada barrio y pequeña aldea, para solidarizarse y acompañar. Cada cuadro y funcionario debe convertirse en un puente entre las políticas y el sentimiento popular, y debe hacer que la gente se sienta parte importante de este nuevo camino.
Además, la prensa y los medios de comunicación deben promover aún más su papel protagónico y creativo. No solo deben brindar información oportuna y transparente, sino también inspirar valores positivos, reflejar plenamente las ideas y aspiraciones de las bases y crear un foro democrático donde la gente pueda expresarse.
Un punto fundamental es la preservación y promoción del patrimonio cultural de cada región. En el contexto de la integración, estos valores deben ser exaltados, no relegados a la mera asimilación. Organizar actividades de intercambio y promoción es un desafío, pero también una oportunidad, para que la belleza única de cada tierra tenga las condiciones para expandirse y brillar con mayor intensidad.
Considere la fusión como una gran reunión, donde hermanos que antes vivían cerca ahora conviven oficialmente bajo el mismo techo. Las diferencias culturales o de estilo de vida son el catalizador para formar una comunidad diversa, pero unida por el amor a la patria.
Al recordar los 50 años de camino hacia la reunificación nacional, somos más conscientes de una cosa: el país se construyó con sudor, sangre y lágrimas. Con el sacrificio de generaciones de padres y hermanos, no escatimaron su sangre ni sus huesos para lograr la independencia que hoy conocemos. Es desde la carne y la sangre de la Patria, desde el amor por cada rincón de nuestra patria, que tenemos el deber de continuar construyendo un país fuerte, rico, civilizado, humano y con una identidad sólida.
Así, aunque el nombre cambie, aunque las unidades administrativas se reorganicen, la patria siempre está ahí, en el corazón de cada persona. Nadie puede borrar los ríos, las montañas, los recuerdos de infancia asociados a la tierra que la vio nacer. Por eso, en este nuevo viaje, lo que hay que traer no es solo el bagaje económico, sino también el cultural, la tradición de la patria que no ha cambiado con los cambios de los tiempos.
Artículo y fotos: Hoang Cuc
Fuente: http://baovinhphuc.com.vn/Multimedia/Images/Id/130346/Que-huong-van-mai-trong-tim-moi-nguoi
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