
Este avión es denominado temporalmente GJ-X (Gongji-X o Cong Kich-X) por los medios extranjeros; se trata de una línea de grandes drones de combate furtivos.

Se dice que el vídeo fue grabado el 19 de octubre y se ha difundido rápidamente en internet. El sitio web War Zone fue el primero en publicarlo, con el titular: «El dron furtivo gigante chino GJ-X hace su primera aparición en el aire».

El problema es que el GJ-X no es un modelo experimental pequeño. Su diseño pretende ser un rival directo del bombardero furtivo estadounidense B-21 Raider, e incluso es más grande.

El GJ-X emplea una configuración alar monocasco tipo cometa, con raíces alares gruesas y puntas ligeramente flechadas, lo que confiere a la estructura la apariencia de un arco alargado. Todo el fuselaje está diseñado para optimizar su capacidad de sigilo.

La parte inferior del fuselaje utiliza pintura reflectante trasera; al volar a gran altitud, se mimetiza casi por completo con las nubes vista desde abajo, reduciendo significativamente las señales de radar. Los dos motores están ocultos en el fuselaje y el escape está diseñado con un ángulo ascendente para minimizar la firma térmica.

Peso estimado al despegue del GJ-X: ~50 toneladas; carga de armamento: ~15 toneladas; alcance de vuelo: más de 10.000 km. Con estos parámetros, es evidente que no se trata de un avión de reconocimiento convencional, sino de un equipo con un papel estratégico.

En el vídeo viral, el avión vuela de forma constante, dando vueltas durante unos 40 minutos y aterrizando suavemente.

El 24 de octubre, The Asia Times evaluó que el GJ-X «aumenta el riesgo estratégico en el Pacífico ». En comparación con el Hongdu GJ-11 Sharp Sword (GJ-11 «Espada Afilada»), que solo tiene una envergadura de 14 m y se sitúa en el nivel táctico, el GJ-X parece haber ascendido al nivel estratégico.

Mientras que Estados Unidos tuvo que gastar decenas de miles de millones de dólares para desarrollar el B-21 Raider y solo realizó un vuelo de prueba en 2023, China lanzó una versión no tripulada que representa un menor riesgo y es más fácil de producir en masa, lo que provocó un cambio significativo en el problema del equilibrio estratégico entre Estados Unidos y China.

El programa The War Zone incluso enfatizó: el diseño del GJ-X se originó a partir de un antiguo diseño conceptual de Northrop Grumman (EE. UU.), pero China ha convertido los dibujos en productos reales a una velocidad de desarrollo que "dificulta que la gente pueda seguirles el ritmo".

El Economic Times publicó el 20 de octubre: El primer vuelo del GJ-X confirma sus capacidades polivalentes: puede realizar reconocimiento a gran altitud o ataques de precisión. Combinado con armas hipersónicas o misiles de crucero lanzados desde el aire, se convierte en una auténtica pesadilla para las bases estadounidenses y la armada en primera línea.

Sin piloto, el GJ-X puede volar durante decenas de horas seguidas, realizando patrullas de larga duración, una ventaja que las aeronaves tripuladas no pueden igualar.

En los últimos dos años, China ha lanzado continuamente nuevos modelos de aviones furtivos como el H-20, el J-36, el J-50, el J-XDS... El GJ-X es el siguiente paso, lo que demuestra que su cadena de investigación y producción nacional ha alcanzado un alto nivel de continuidad.

Según medios chinos, el GJ-X no es una versión no tripulada del bombardero estratégico tripulado H-20, desarrollado por la Corporación de Aviación de Xi'an, con una capacidad de carga útil de más de 20 toneladas y un alcance de vuelo superior a los 10.000 km. Se confirmó que la investigación y el desarrollo comenzaron en 2016, pero aún no se ha anunciado ningún vuelo de prueba.
Fuente: https://khoahocdoisong.vn/soi-nang-luc-dang-gom-cua-may-bay-tan-cong-khong-nguoi-lai-trung-quoc-post2149065167.html






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