En una reunión con los residentes de la aldea de Voskepar, en la región de Tavush, en la frontera con Azerbaiyán, el primer ministro Nikol Pashinyan dijo: "Necesitamos hacer esfuerzos para delimitar rápidamente la frontera con el vecino Azerbaiyán para evitar otra ronda de conflicto".
“La negativa de Armenia a demarcar la frontera podría desencadenar un nuevo enfrentamiento. Eso significa que podría estallar una guerra durante el fin de semana”, advirtió el líder.
Señaló que la delimitación de fronteras debe basarse en el reconocimiento mutuo de la integridad territorial de Armenia y Azerbaiyán basándose en el antiguo mapa soviético de 1991, cuando ambos formaban parte de la Unión Soviética.
El Primer Ministro Pashinyan también enfatizó la intención de Armenia de fortalecer las estrechas relaciones con Occidente cuando recibió al Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, el 19 de marzo.
"Queremos continuar y desarrollar el diálogo político existente y ampliar nuestra asociación con la OTAN y algunos miembros de la alianza", dijo el Primer Ministro Pashinyan, añadiendo que Ereván acogería con agrado los esfuerzos de la OTAN para ayudar a normalizar las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán. "Esperamos un fuerte apoyo de la comunidad internacional, incluida la OTAN, al proceso de paz entre Armenia y Azerbaiyán".
Actualmente no hay información sobre la reacción de Azerbaiyán a la declaración anterior del Primer Ministro Pashinyan. Anteriormente, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, había declarado el 17 de marzo que Azerbaiyán "está en una fase activa de negociaciones de paz con Armenia".
Azerbaiyán enfatiza que la devolución de tierras a Armenia es una condición previa necesaria para un acuerdo de paz que ponga fin al conflicto territorial.
Armenia y Azerbaiyán tienen una larga historia de disputas territoriales. La región de Tavush está cerca de una serie de aldeas azerbaiyanas abandonadas que Armenia ha controlado desde el comienzo del conflicto de principios de 1990 entre los dos países.
El año pasado, Azerbaiyán lanzó una campaña militar relámpago para recuperar la región de Nagorno-Karabaj, poniendo fin a tres décadas de control allí por parte de separatistas étnicos armenios.