Me encontré con autores que ya conocía, aquellos que había leído desde la infancia a través de traducciones vietnamitas, así como con nombres más desconocidos a los que la barrera del idioma me impidió acceder fácilmente, desde Ernest Hemingway, Claude Sarraute… hasta Mark Twain, Guy de Maupassant… También había cestas de libros junto a los puestos con carteles que decían "1 euro" si querías llevártelo. Los mercadillos de segunda mano en España incluso tienen puestos que venden miniversiones de novelas clásicas como Aivanhoe de Walter Scott, todas desgastadas y destrozadas, como si dijeran: estos libros han pasado por las manos de muchos lectores y aún esperan nuevos espíritus afines.
A menudo me detengo en esos puestos de libros, observándolos y conmovido. No solo me inundan los recuerdos de la infancia de libros antiguos, sino que también me invade la sed de lectura de aquellos días. En aquel entonces, la mayoría de los de la generación de los 70 probablemente teníamos un rincón de estudio, y ese pequeño rincón siempre contenía cuentos de hadas, poemarios y cuentos infantiles: libros como *Las aventuras del grillo* de Tô Hoài, *El patio y el cielo* de Trần Đăng Khoa, *La vaca que busca un amigo* de Phạm Hổ... Ese viejo rincón reaparece como un hermoso recuerdo en mis recuerdos cada vez que me encuentro con esas estanterías de carretera en un país extranjero.
2. Es interesante ver un atisbo de mis treinta en el trabajo de mi hija, una estudiante de la Generación Z que se especializa en Diseño de Aplicaciones Creativas en la Universidad RMIT (Ciudad Ho Chi Minh). Su ensayo refleja la imagen de una "mujer de los 2000". ¿Recuerdan cómo recibimos el 2000 como un hito especial del nuevo milenio? Ha pasado un cuarto de siglo desde entonces. A través de sus ojos, la imagen de mí —una mujer "moderna" en aquel entonces— también se ha convertido en un recuerdo nostálgico. Esto se evidencia en la foto donde aparezco conduciendo.
En una foto mía sentada frente a una Cup 82 de cabeza cuadrada, mi hija la subtituló con sorpresa: "¿En el año 2000, las mujeres conducían estas motos clásicas?". En otra foto, estaba sentada frente a una computadora de escritorio 486, y a través de los ojos de mi hija, era: "¡Un monitor de marco grande y material de oficina a juego color crema! ¡Y mira! ¡Esta carcasa de computadora incluso tiene una ranura para CD!". Y en una foto mía sentada con un teléfono fijo, la subtituló con una pregunta extraña: "Mmm... ¡¿Este teléfono tiene cable?! ¿Y si quieres hablar mientras caminas?". En otra foto, estaba encorvada leyendo un libro, y la subtituló: "Libros de papel: la pasión de la generación de nuestros padres antes del vertiginoso desarrollo de la tecnología digital "...
Estas historias aparentemente no relacionadas están profundamente conectadas, lo que me lleva a reflexionar: ya sea que estos "viejos rincones" permanezcan o desaparezcan, ¿es una historia sobre valores culturales y belleza en medio del flujo incesante de la vida moderna?
Fuente: https://thanhnien.vn/tim-lai-nhung-goc-xua-185251213183832175.htm






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