Los expertos en tecnología creen que no permitir que los usuarios reemplacen ellos mismos la batería limitará la vida útil de los teléfonos inteligentes. Aunque esta opinión cuenta con mucho apoyo, con el tiempo poco a poco va perdiendo sentido.
Según datos de Counterpoint Research, la mayoría de las personas dijeron que cambiaron de teléfono debido a problemas de batería, seguidos de pantallas rotas. Sin embargo, estos datos son de 2017, cuando los smartphones y las baterías eran bastante diferentes a los actuales. Los teléfonos inteligentes de gama alta actuales tienen baterías que duran más y pueden usarse durante aproximadamente 3 años sin perder una cantidad significativa de capacidad. Esto es consistente con el hábito de los consumidores de cambiar de teléfono inteligente cada 3 años.
Pero incluso si alguien no quiere reemplazar todo el teléfono, puede acudir fácilmente al proveedor de servicios y hacer que le reemplacen la batería. Sin embargo, reemplazar la batería puede resolver problemas potenciales con baterías viejas, pero no cambiará el hecho de que los teléfonos inteligentes de 3 años a menudo no son dispositivos que respalden bien el trabajo y los hábitos de uso del usuario.
Muchos podrían argumentar que los últimos teléfonos Galaxy y Pixel tienen siete años de soporte de software, incluidas actualizaciones del sistema operativo. Sin embargo, ninguna de estas actualizaciones incluirá todas las características nuevas de los modelos de hace tres o cuatro años, que surgieron del hardware, no de la batería. El hardware también es la razón principal por la que los smartphones baratos no funcionan bien después de algunas actualizaciones de software. Cuando la batería ya no se pueda utilizar, la mayoría de las personas se sentirán atraídas por las funciones más nuevas y el mejor rendimiento de los nuevos teléfonos inteligentes.
Agregar una batería extraíble a la mayoría de los teléfonos inteligentes modernos requeriría cambios de diseño drásticos y esto no haría felices a los usuarios. Por ejemplo, nadie quiere que un teléfono inteligente que combina metal y vidrio tenga que cambiarse por una carcasa de plástico sólo porque quiere una batería extraíble.