En el fútbol moderno, los números suelen determinar el destino. 100 millones de euros: la cifra que sumió a Antony en una espiral de enormes expectativas, fuerte presión y, finalmente, el fracaso en el Manchester United. Pero a veces, son las historias que parecen haber terminado las que abren los comienzos más brillantes.
Del torbellino de Sao Paulo a la decepción de Manchester
Cuando Erik ten Hag apostó su carrera por traer a Antony a Old Trafford, creyó haber encontrado al jugador perfecto: un extremo derecho técnico, rápido y creativo. Lo que Sir Alex Ferguson llamó una vez "los ángeles voladores": aquellos que formarían el legado del Manchester United.
La realidad era demasiado cruel. Antony no era Fred ni Andreas Pereira; los jugadores brasileños lo aceptaron porque las expectativas no eran demasiado altas. Llegó con la etiqueta de estrella, con la presión de demostrar que merecía el precio de 100 millones de euros. Sus característicos giros se volvieron poco a poco inofensivos, y sus disparos de larga distancia se convirtieron en objeto de burla en redes sociales.
"Fracaso": esa etiqueta se le quedó a Antony, llevándolo del estrellato a la miseria. Y cuando surgieron problemas extradeportivos, las cosas empeoraron. El despiadado mundo del fútbol estaba a punto de olvidar el nombre de Antony.
Justo cuando Old Trafford estaba a punto de rendirse, una llamada de Manuel Pellegrini, el veterano estratega del Real Betis, lo cambió todo. El Betis no es un equipo rico, solo busca talentos olvidados para recuperarlos. Como Luis Alberto, Nabil Fekir, Isco o ahora Antony.
"¿Qué necesitas para reencontrarte contigo mismo?", preguntó Pellegrini. La respuesta fue sencilla: confianza. Eso es algo que el Betis está dispuesto a darle al brasileño, sin pedirle que demuestre nada de inmediato.
Antony está que arde con el Real Betis. |
Sevilla, la ciudad de los toreros y el flamenco, donde la pasión es la esencia de todo, se convirtió en el lugar perfecto para que Antonio resurgiera. Aquí, la gente no lo veía a través del prisma de los números, solo veían a un jugador con talento y una pasión ardiente.
El equipo blanquiazul del Sevilla encontró la mejor versión de Antony en su histórica trayectoria en la Conference League. No de inmediato, ni sin dificultades, pero poco a poco, "Tonny" (como lo llamaban sus compañeros) regresó.
Cuatro goles y tres asistencias pueden no parecer mucho, pero la calidad y el momento de su consecución son algo extraordinario. Los dos goles contra la Fiorentina en la semifinal fueron un testimonio de la clase que aún existe: la volea desde fuera del área que superó a David de Gea, el tiro libre que silenció a Artemio Franchi. Y el pase que dividió la defensa de la Fiorentina para que Abde Ezzalzouli marcara el gol de la victoria confirmó el regreso de Antonio, el antiguo Ajax.
El momento en que el astro brasileño cayó de rodillas, con lágrimas corriendo por su rostro tras el partido de vuelta de la semifinal, no fue solo una emoción pasajera. Fue la suma de noches de insomnio en Manchester, de comentarios duros, de sentirse abandonado. Y también un momento de liberación: cuando un jugador se reencuentra consigo mismo.
Renacido con alma andaluza
En una entrevista reciente, el legendario Joaquín, símbolo viviente del Betis, llamó a Antony "Antonio de Triana", en honor al famoso barrio sevillano. No era solo un apodo jocoso, sino un reconocimiento de que el jugador brasileño era verdaderamente parte del Betis, del Sevilla, de esta orgullosa tierra andaluza.
"Cuando me llamó así, me sentí como si hubiera nacido aquí", dijo Antony. "Los sevillanos me dieron algo más preciado que el dinero: respeto".
Antony está demostrando su valía en el Real Betis. |
Y la afición del Betis respondió con cariño incondicional. Lo vitoreaban cada vez que tocaba el balón, coreaban su nombre una y otra vez, no por sus giros espectaculares, sino porque veían un compromiso real. En el Villamarín, Antony ya no era un "bobo de 100 millones"; era simplemente Antonio, el hijo de Triana.
Con el Betis alcanzando la final de la Conference League, la primera final europea en los 117 años de historia del club, Antony tiene la oportunidad de hacer historia de una forma excepcional. Si el Manchester United gana la Europa League y el Betis la Conference League, se convertirá en doble campeón de Europa en la misma temporada, una hazaña que ni siquiera las superestrellas más famosas han logrado.
Pellegrini, con su vasta experiencia, reveló: «Nunca he visto a un jugador con tantos problemas consigo mismo como Antony. En cada entrenamiento, en cada partido, parece demostrar algo, no a mí ni a sus compañeros, sino a sí mismo».
Y ese es el secreto de este resurgimiento. Antony ya no tiene problemas con el precio del traspaso ni con la presión externa; simplemente ha vuelto a encontrar la alegría en el fútbol. Cuando se le quitan las ataduras, cuando se le da confianza, el jugador con verdadero talento brillará.
Se acerca el verano, y con él, decisiones difíciles. El Manchester United, a pesar de su revolución bajo el nuevo régimen de INEOS, se enfrenta a la pregunta de qué hacer con su inversión de 100 millones de euros. Mientras tanto, el Betis, con recursos limitados, debe encontrar la manera de retener a su nueva estrella.
Quizás la respuesta esté en las propias palabras de Antonio: «Lloré muchas veces. Con mi madre, mi esposa, mis hermanos. Pasamos por momentos muy difíciles para llegar a este momento. Doy gracias a Dios por haberme traído al lugar donde pertenezco».
"Pertenencia": dos palabras sencillas pero llenas de significado. Para un jugador que ha experimentado suficiente presión y decepción, encontrar un lugar al que pertenecer vale mucho más que contratos lucrativos.
Sea lo que sea el futuro, Antony —o Antonio de Triana— ha dejado una huella imborrable en la historia del Real Betis. No por su fama ni por su valor de transferencia, sino por todo lo más puro del fútbol: pasión, dedicación y el deseo de resurgir de las cenizas.
En la historia de Antonio, encontramos la eterna lección del fútbol: ninguna derrota es definitiva, ninguna gloria es permanente. Solo quienes se atreven a levantarse tras la caída merecen pasar a la historia. Y en Sevilla, bajo el nombre de Antonio de Triana, una estrella renace con más brillo que nunca.
Fuente: https://znews.vn/antony-ruc-chay-sau-cai-gia-100-trieu-euro-post1552219.html






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