El hongo Fusarium, causante de la marchitez de Panamá en el banano, persiste en el suelo y es difícil de controlar con medidas únicas. Según el profesor Vo Dinh Long, de la Universidad Industrial de Ciudad Ho Chi Minh, una prevención eficaz de la enfermedad requiere centrarse en el entorno del suelo —donde reside y se desarrolla el hongo— en lugar de limitarse a tratar los síntomas en la planta o priorizar la función de la variedad.

Trabajadores inspeccionan el crecimiento de las plantas de banano en la plantación de Unifarm. Foto: Phuc Lap.
Según estudios de campo, el Sr. Long indicó que el hongo causante de la marchitez del banano no suele extenderse a gran profundidad, rara vez superando los 80 cm. La mayor densidad se concentra en la capa de suelo de 30 a 40 cm, que coincide con la zona radicular activa del banano. Esta capa de suelo debe priorizarse al aplicar medidas de mejora del suelo, desde el tratamiento estructural hasta la adaptación de nutrientes y microbios.
Los datos de investigación y monitoreo de enfermedades muestran que Fusarium TR4 prospera en condiciones cálidas y húmedas con mal drenaje y desequilibrio nutricional. Estos tres factores suelen presentarse simultáneamente en muchas zonas de cultivo intensivo de banano, especialmente en zonas con cultivo continuo, poca rotación de cultivos y una alta dependencia de fertilizantes inorgánicos. Cuando el suelo se deteriora, la menor resistencia de la planta de banano crea condiciones favorables para la aparición de hongos.
Muchas medidas actuales, como la destrucción de plantas enfermas, el control de entrada y salida del huerto, la desinfección de las herramientas o la selección de variedades resistentes, desempeñan un papel importante. Sin embargo, según el Sr. Vo Dinh Long, si no se aborda la causa subyacente (el entorno del suelo), será difícil mantener la eficacia de estas medidas a largo plazo. Mientras el suelo permanezca infectado, el riesgo de recurrencia siempre existirá, incluso después de cambiar de variedad.
Los resultados de campo de varias fincas muestran que, incluso con la aplicación simultánea de métodos químicos y biológicos, la eficacia del control del mal de Panamá en suelos infectados sigue siendo muy limitada. Los informes de expertos indican que, en zonas gravemente afectadas, los tratamientos directos son prácticamente ineficaces para eliminar la fuente fúngica del suelo, lo que obliga a los productores a reestructurar sus prácticas agrícolas y optar por un enfoque más a largo plazo.
Otro punto destacado por el Sr. Long fueron las propiedades mecánicas y la salud general del suelo. La porosidad, el drenaje, la capacidad amortiguadora y la estructura del suelo determinan directamente la función radicular y la resistencia a las enfermedades de las plantas. Un suelo compacto y encharcado no solo crea un entorno favorable para el crecimiento de hongos, sino que también debilita las raíces, reduciendo su capacidad de absorber nutrientes.
Además, los microorganismos del suelo se consideran clave en las estrategias sostenibles de control de enfermedades. Cuando el Fusarium se ha arraigado profundamente y persiste, las medidas mecánicas, como restringir el movimiento o desinfectar los equipos, solo ayudan a reducir la propagación, pero no a eliminar el origen de la enfermedad.

Sr. Vo Dinh Long, profesor de la Universidad Industrial de Ciudad Ho Chi Minh. Foto: Phuc Lap.
Una solución más fundamental es potenciar la comunidad microbiana beneficiosa, creando competencia biológica e inhibiendo naturalmente las enfermedades fúngicas. El objetivo no es erradicar por completo el Fusarium, lo cual es casi imposible, sino construir un ecosistema edáfico equilibrado para que las plantas puedan crecer en condiciones que les permitan coexistir con el hongo.
Según el Sr. Long, entre las causas del grave brote de enfermedades, se debe vigilar cuidadosamente el debilitamiento de las plantas de banano debido a desequilibrios nutricionales. En muchas fincas grandes, la fertilización aún sigue fórmulas fijas, sin ajustarse a las condiciones climáticas y del suelo. Cuando las fuertes lluvias alteran el entorno radicular, los nutrientes se siguen suministrando automáticamente, lo que provoca excesos o deficiencias localizadas, lo que reduce la resistencia de las plantas y las hace más susceptibles a las enfermedades.
En este contexto, la investigación sobre el desarrollo de variedades resistentes se considera una dirección necesaria, especialmente en zonas gravemente infectadas y de difícil recuperación. Sin embargo, a partir de la producción y la investigación práctica, los expertos creen que las variedades solo son eficaces cuando se implantan en un sistema agrícola adecuado con suelo sano, buen drenaje y una nutrición equilibrada. Si la variedad se desvincula de su contexto edáfico y de un manejo integrado, será difícil mantener su eficacia en el control de enfermedades.
Por lo tanto, muchos científicos recomiendan el enfoque basado en el suelo como piedra angular de las estrategias para prevenir y controlar la marchitez de Panamá en el banano. Esta no es una solución a corto plazo, sino una vía viable para reducir los riesgos a largo plazo para la industria bananera, dada la presencia de Fusarium R4T en muchas regiones productoras.
Según la Sra. To Thi Nha Tram, M.Sc. de U&I Agricultural Joint Stock Company (Unifarm), el proceso de selección y mejoramiento de variedades de banano resistentes a la enfermedad de Panamá en Unifarm se implementa de acuerdo con un plan a largo plazo, que combina investigación de laboratorio y ensayos de campo.
Durante el período 2018-2020, se seleccionaron plantas de banano que aún crecían en zonas con alta incidencia de enfermedades, se sometieron a cultivo de tejidos y a un tratamiento de mutación controlada. Las líneas prometedoras se evaluaron mediante inoculación artificial con la cepa fúngica TR4 en invernaderos antes de plantarlas para ensayos de campo.
Los resultados de múltiples rondas de evaluación mostraron que algunas líneas alcanzaron altos índices de resistencia en condiciones de enfermedad, por lo que se ampliaron para realizar pruebas a gran escala. Todo el proceso se diseñó teniendo en cuenta el control de riesgos, con un seguimiento minucioso desde la siembra hasta el cultivo para evaluar la adaptabilidad y estabilidad de la variedad en condiciones reales de producción.
Fuente: https://nongnghiepmoitruong.vn/bat-benh-heo-vang-chuoi-tu-dat-trong-d789394.html






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