
Sin bullicio ni aglomeraciones, Bai Re evoca una sensación de paz y ligereza, como adentrarse en un vasto recuerdo. Desde lejos, la colina se cubre de verdes raíces, salpicada de hileras de pinos centenarios que susurran con el viento, creando una estampa singularmente poética y armoniosa.
Aliento de naturaleza y cuentos antiguos
Los lugareños aún cuentan que, antaño, cuando el señor Tran Nguyen Dan se retiró a la zona de Con Son, plantó pinos en la montaña, mientras que su esposa cultivaba hileras de árboles de raíz al pie de la misma para subsistir. Con el paso de los años, el pinar y los campos de raíces crecieron gradualmente, creando un hermoso paisaje natural: un lugar donde las personas, la tierra y el cielo conviven en armonía.
Hoy en día, Bai Re conserva casi intacto su aspecto rústico. Al amanecer, el rocío aún se posa en cada raíz y hoja, y toda la colina parece envuelta en una fina capa de humo.
Al amanecer, la luz dorada se filtra entre los pinos, reflejándose en el verde de la hierba y los árboles, creando un ambiente mágico y resplandeciente. Muchos turistas comparan este lugar con una "Da Lat en miniatura" en el norte, donde se puede pasear tranquilamente y relajarse tras un ajetreado día de trabajo.
Al llegar a Bai Re, los visitantes pueden pasear entre las hileras de pinos, admirar las raíces que se extienden como alfombras de seda e inhalar el fresco aroma de la tierra y el cielo. Con tan solo una cámara o un teléfono, pueden capturar decenas de imágenes poéticas: cuando la luz del sol se filtra entre el follaje o cuando la suave brisa susurra en la ladera.
Íntimo, tranquilo e inolvidable
La mejor época para visitar Bai Re es desde finales de verano hasta principios de otoño, cuando el sol es suave y los árboles están en su máximo esplendor verde. A primera hora de la mañana o al atardecer, el paisaje de Bai Re se muestra en todo su esplendor, con una luz tenue y aire fresco, ideal para descansar, tomar fotos y relajarse.
Desde el centro de Hanói , se tarda poco más de una hora en llegar a Bai Re. Tras la visita, se puede combinar el viaje con otras atracciones cercanas como el bosque de pinos de Con Son, el arroyo Tien o el templo Kiep Bac, para una experiencia más completa.
Aunque no cuenta con un servicio sofisticado, Bai Re sigue atrayendo visitantes por su rusticidad, pureza y singular paz. En medio del ajetreo de la vida, este lugar es como un remanso de paz donde encontrar serenidad y apreciar la belleza intrínseca de la naturaleza, tan vietnamita. Poético, apasionado y apacible a la vez, ¡una delicia!
Fuente: https://baodanang.vn/da-lat-thu-nho-giua-long-chi-linh-3309580.html






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