
Una representación teatral de los estudiantes de la escuela secundaria Cam Thach en la competencia estudiantil de 2025 sobre habilidades para prevenir y controlar la depresión escolar.
Advertencias de historias reales
NTM, un estudiante de noveno grado de una escuela secundaria del distrito de Hoang Hoa (antiguo), una vez preocupó muchísimo a su profesor. Originalmente un excelente estudiante, M. siempre tuvo grandes expectativas de su familia. Sin embargo, desde que comenzó el período de preparación para los exámenes de décimo grado, sufría de insomnio, hábitos alimenticios irregulares y rompía a llorar con facilidad solo porque no obtenía la calificación deseada en un examen. Aunque los profesores le aconsejaron que redujera su carga de trabajo, M. seguía intentando empollar conocimientos por miedo a decepcionar a sus padres. Su silencio se volvió poco a poco inusual: se retraía, evitaba a sus amigos y pedía repetidamente faltar a la escuela.
Una tarde, una maestra encontró a M. sentada sola en el pasillo del tercer piso, presa del pánico y con las manos temblorosas. Al tranquilizarla, M. rompió a llorar y contó que no soportaba la presión, se sentía "inútil" y temía que la decepcionaran. Después, su familia y la escuela coordinaron una cita médica para llevarla al médico, quien determinó que M. presentaba síntomas de depresión que habían aumentado gradualmente durante meses sin ser detectados a tiempo. La historia de M. se convirtió en una advertencia sobre la presión por alcanzar logros que pesa sobre muchos estudiantes.
En una escuela secundaria en la antigua ciudad de Nghi Son, LQB, estudiante de décimo grado, atravesó una época de depresión debido al aislamiento de sus amigos. Debido a un pequeño malentendido en clase, un grupo de amigos creó un grupo de chat privado para chismear y burlarse de B.; los comentarios negativos aparecían constantemente, lo que hacía que B. se sintiera confundido, avergonzado y con miedo de ir a la escuela. Con una personalidad sensible, B. se volvió más retraído y no se atrevía a compartir con su familia por miedo a ser considerado débil.
Todos los días, B. iba a clase en silencio, siempre con la cabeza gacha para evitar las miradas de todos. Sus estudios decayeron considerablemente, a menudo se cansaba y ya no le interesaba la Física, que antes le apasionaba. Muchas noches, B. no dormía, solo mirando su teléfono y leyendo los comentarios negativos una y otra vez.
La tutora notó el cambio inusual en la tercera semana y lo discutió proactivamente con B.; tras muchas conversaciones, B. se atrevió a contar toda la historia. La escuela intervino rápidamente, organizó una sesión de reconciliación, pidió disculpas al grupo de amigos e invitó a los padres a hablar más a fondo. Gracias al apoyo oportuno, B. se estabilizó mentalmente gradualmente, pero el trauma que le quedó fue una valiosa lección sobre la necesidad de un entorno escolar seguro y sin violencia.
De las historias anteriores se desprende que la depresión escolar no comienza de repente, sino que se acumula silenciosamente debido a la presión del éxito, el aislamiento en las amistades o la falta de conexión familiar. Cada niño vive una situación diferente, pero todos comparten la sensación de soledad, estancamiento y falta de escucha en el momento oportuno. Esta realidad demuestra que la depresión escolar está claramente presente y requiere atención temprana, una identificación correcta y el apoyo oportuno de las escuelas, las familias y las comunidades para evitar consecuencias desafortunadas.
Equipar a los niños con "escudos" psicológicos
Actualmente no existen estadísticas exactas sobre el número de niños con depresión en toda la provincia, sin embargo, según estadísticas del Ministerio de Educación y Formación , alrededor del 50% de los adolescentes tienen problemas de salud mental.
Según expertos en psicología, las principales causas de esta situación son la presión del estudio y la expectativa de un alto rendimiento, mientras que los niños carecen de la capacidad de autorregular sus emociones. Además, la rápida evolución de las redes sociales facilita que los niños se obsesionen con la comparación, lo que genera baja autoestima o confusión sobre su propio valor. Muchos casos también se derivan de la falta de conexión familiar; padres ocupados con poco tiempo para escuchar hacen que los niños se sientan solos y sin nadie con quien compartir. Asimismo, la violencia escolar, el aislamiento o los conflictos prolongados con los amigos también son factores que provocan crisis psicológicas en los niños si no reciben apoyo oportuno.
Para limitar la depresión escolar, primero debemos reconocer la salud mental del alumnado como un criterio importante en la educación , además de los objetivos de conocimiento y habilidades. Los niños necesitan aprender a comprenderse a sí mismos, identificar sus emociones, hablar de lo que les preocupa y buscar apoyo con valentía cuando lo necesiten. Esto debe formar parte de una estrategia educativa integral, en lugar de considerarlo simplemente una actividad complementaria o implementarse según cada movimiento.
Recientemente, muchas escuelas han implementado proactivamente modelos de apoyo psicológico como "Buzones compartidos", "Asesoramiento psicológico escolar" o actividades temáticas. Aunque a pequeña escala, estas actividades han creado un entorno donde los estudiantes pueden expresar sus pensamientos y detectar rápidamente casos con signos de inestabilidad. Un simple espacio de escucha, por breve que sea, puede ayudar a los niños a reducir sus sentimientos de soledad y recuperar el equilibrio.
Las actividades comunitarias, que no se limitan al ámbito familiar y escolar, contribuyen a difundir el mensaje de la salud mental. El Centro de Trabajo Social - Fondo de Apoyo a la Infancia de la provincia de Thanh Hoa, en colaboración con el Comité Popular de la comuna y las escuelas secundarias Cam Thach y Cam Van, organizó siete concursos "Estudiantes con habilidades para prevenir y controlar la depresión escolar" en 2025. Los concursos buscan crear conciencia y capacitar a los estudiantes para prevenir y controlar la depresión, contribuyendo así a la creación de un entorno escolar saludable, amigable y psicológicamente seguro. De este modo, se ayuda a los estudiantes a desarrollar la capacidad de responder positivamente a las presiones del estudio y la vida diaria. Al mismo tiempo, muchas localidades organizan el "Festival de Salud Mental", grupos de "trabajo social y asesoramiento psicológico", la "Casa Anh Duong" y capacitan a padres y docentes para construir una red de apoyo sostenible. Cuando los niños desarrollan habilidades mentales y cuentan con un apoyo sólido, serán más proactivos para superar la presión y protegerse.
Historias tristes de la realidad muestran que la depresión escolar puede afectar a cualquier estudiante si carece de apoyo psicológico. Por lo tanto, desarrollar habilidades mentales no solo es una solución, sino también una clave para ayudar a los niños a identificar emociones, superar la presión y evitar crisis. Cuando la familia, la escuela y la comunidad trabajan juntos, los niños cuentan con una base sólida para desarrollarse con mayor seguridad y confianza.
Artículo y fotos: Tran Hang
Fuente: https://baothanhhoa.vn/ky-nang-tinh-than-chia-khoa-han-che-tram-cam-hoc-duong-271053.htm










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