Cruza la frontera, mantén el corazón puro.

En un pequeño y tranquilo rincón de la ciudad de My Tho, nos encontramos con el coronel Bui Van Phuc. El exsoldado, con el pelo canoso y la piel bronceada por el sol y el viento, aún conservaba la mirada brillante al recordar sus vivencias de juventud. En el porche, acariciaba con delicadeza su casco colonial, un recuerdo de la dura y entrañable guerra de Camboya.

Nacido en Tien Giang , tierra de rica tradición revolucionaria, el señor Phuc se imbuyó de patriotismo desde muy joven. El día de la liberación del Sur, la alegría por su patria despertó en el joven estudiante el deseo de contribuir.

El veterano Bui Van Phuc (extremo izquierdo) se reúne con sus camaradas con motivo del 50 aniversario de la Liberación del Sur y el Día de la Reunificación Nacional.

En enero de 1979, se alistó en el ejército. Tras muchos años de servicio, en marzo de 1984, fue destinado a Camboya para cumplir con funciones internacionales, integrado en el Grupo Militar 9903, con base en la provincia de Pursat. Después de casi cinco años en el frente del país vecino, contribuyó junto a sus compañeros al cumplimiento de la noble misión internacional.

“Solo somos soldados rasos, haciendo una pequeña contribución a la causa común”, dijo el señor Phuc con modestia.

En el campo de batalla camboyano, los soldados vietnamitas no solo lucharon, sino que también ayudaron a la población a recuperarse y reconstruir sus vidas. Eran soldados, maestros y amigos. En las profundidades de la selva y entre las aguas contaminadas, las noticias de la retaguardia eran escasas. Las cartas tardaban meses en llegar, las reuniones apenas duraban unas horas y luego terminaban, pero todas ellas infundían a los soldados la fuerza para perseverar.

Uno de sus recuerdos más vívidos fue en 1985, cuando, apenas quince días después de su boda, el señor Phuc regresó al frente. Poco después, su joven esposa recorrió cientos de kilómetros sola, atravesando bosques y arroyos, para reunirse con él. «No creí que se atrevería a ir, sin teléfono, sin nadie que la guiara, solo con amor y determinación. Nos vimos durante unas horas y luego nos despedimos en silencio», recordó conmovido.

Ese breve reencuentro demostró amor y lealtad, y fue la motivación para que continuara su arduo viaje, manteniendo firme su arma por una causa mayor y un ideal noble.

Confesó que, si bien la vida en el campo de batalla era dura, no faltaban las risas. Tras la campaña, los hermanos cultivaban hortalizas, criaban ganado, escribían poesía, organizaban representaciones artísticas y complementaban su educación. Del bosque profundo nacieron versos sencillos: «Por la mañana, iba a clase para ser maestro / Por la tarde, salía de clase y me convertía en soldado / Por la noche, el cielo estaba oscuro como la boca del lobo / Me convertía en soldado, patrullando aquí y allá…».

La vida de un soldado voluntario es sencilla y honesta, pero resplandece con un espíritu de sacrificio. Luchan no solo por sus ideales, sino también por su camaradería y por el deseo de regresar a casa en paz.

El veterano Bui Van Phuc (tercero desde la izquierda) y sus camaradas en la reunión tradicional.

Dejen las armas, no los ideales.

En 1989, tras completar su misión internacional, el Sr. Bui Van Phuc continuó trabajando en el Ejército hasta su jubilación en 2019. Pero su servicio a la patria no terminó ahí. Como vicepresidente de la Asociación de Veteranos de Guerra de la provincia de Tien Giang, mantuvo las cualidades de los soldados del Tío Ho en tiempos de paz: ejemplares, dedicados y creativos.

“El trabajo de la Asociación es un camino para continuar con la responsabilidad del soldado”, compartió. Participó activamente en el entrenamiento, adquirió experiencia, visitó la base y forjó lazos con sus compañeros. En la Asociación, asesoró y coordinó eficazmente las actividades, mejoró la calidad del movimiento de emulación de “Veteranos Ejemplares”, contribuyó a la exitosa organización de congresos de emulación en todos los niveles y generó una influencia cada vez mayor en la comunidad.

Siempre estudiando y siguiendo los pasos del tío Ho, el señor Phuc vive con sencillez y honestidad, y lucha con firmeza contra la negatividad y el despilfarro. Sus valiosas contribuciones fueron reconocidas con dos Certificados de Mérito del Comité Central de la Asociación de Veteranos de Vietnam en 2025. El señor Bui Van Phuc expresó: «Quiero decirles a las nuevas generaciones que vivan con ideales, que sean responsables, que se esfuercen por madurar y que contribuyan a la sociedad».

La trayectoria del coronel Bui Van Phuc es un fiel reflejo de la lealtad de un soldado revolucionario que luchó no por fama ni lucro, sino por ideales y por el pueblo. Sus años en Camboya forjaron en él a un hombre valiente, bondadoso y leal. Para él y otros veteranos, los recuerdos no son meras reminiscencias, sino una llama que sigue iluminando el camino e inspirando a la generación actual. En tiempos de paz, cuando el país enfrenta numerosos desafíos, los veteranos de guerra siguen siendo soldados, contribuyendo silenciosamente.

Artículo y fotos: THANH HA

* Visite la sección de Política para ver noticias y artículos relacionados.

    Fuente: https://www.qdnd.vn/nuoi-duong-van-hoa-bo-doi-cu-ho/ky-uc-khong-chi-la-hoi-tuong-832100