
El Comité Popular de la comuna de Thanh Binh, en la ciudad de Da Nang, acaba de celebrar una ceremonia para recibir el certificado que reconoce al paisaje de la Cueva de los Murciélagos como reliquia provincial y municipal. Este evento no solo marca un hito en la labor de conservación, sino que también abre la posibilidad de convertir esta joya natural escondida en medio del bosque en un destino ecoturístico .
"Estación de la Memoria" en las montañas centrales
La Cueva de los Murciélagos se encuentra en la aldea 3, comuna de Tien An, distrito de Tien Phuoc, antigua provincia de Quang Nam , actualmente comuna de Thanh Binh. Es un lugar interesante para quienes disfrutan explorando y deleitándose con la belleza salvaje y misteriosa de la naturaleza.
Cada estación tiene su propia belleza; el camino que conduce a este paraje pintoresco es poético en sí mismo debido a su sinuosa belleza entre exuberantes huertos frutales, junto a pequeños campos aterrazados y colinas onduladas.
La Cueva de los Murciélagos está escondida en una pequeña colina, cubierta de enredaderas en el exterior, como si sellara antiguas historias de hace millones de años.
Aunque no tan majestuosa y espléndida como la cueva Son Doong o la cueva Phong Nha, la Cueva de los Murciélagos es como una nota discreta en la sinfonía de la naturaleza de la región central del país. Los arroyos que han fluido por aquí durante millones de años, junto con la erosión natural, han creado su diversa belleza. Cada paso aquí es un adentrarse en la memoria geológica de milenios.
La Cueva de los Murciélagos se divide en dos ramas: la cueva superior (Cueva Thien) y la cueva inferior (Cueva Nang Tien), a las que se accede por dos pequeños senderos sinuosos. La Cueva Nang Tien posee un arco de piedra de más de 10 metros de altura, que se ensancha gradualmente a medida que se avanza. Cuanto más adentro, más fresca es la temperatura debido a las numerosas corrientes de agua subterránea que se filtran por las paredes de la cueva o brotan por pequeñas grietas.
Al caminar sigilosamente por la cueva, se podía oír el aleteo de los insectos y el susurro de las hojas. De vez en cuando, algunos murciélagos revoloteaban y luego huían sorprendidos.
La mano de la naturaleza es verdaderamente milagrosa: las rocas gigantes de diversas formas y tamaños se apilan sin orden alguno. Las superficies de las rocas también presentan una gran diversidad, con innumerables tipos de grano.
Las enredaderas cuelgan naturalmente desde la entrada de la cueva hasta el interior. La luz del sol cae en cascadas y destellos brillantes en la entrada, otorgando a la suave alfombra de musgo y a los acantilados, que reflejan la sombra del tiempo, un aspecto misterioso y mágico.
Junto a la cueva Nang Tien se encuentra la cueva Thien. Esta es la cueva superior, pero su entrada queda expuesta al pie de la montaña. La cueva Thien destaca por sus acantilados de entre 5 y 7 metros de altura y se ensancha gradualmente a medida que se adentra en ella.
También hay acantilados, arcos, rocas y afloramientos rocosos muy extraños. Cada roca, cada capa de sedimento, parece conservar una historia secreta de hace millones de años sobre el mundo antiguo, que aún resuena en el aliento de las montañas y los bosques.
Entre las rocas y los bloques hay enredaderas y raíces de árboles. En esta cueva, hay muchas pequeñas cuevas conectadas entre sí, lo que hace que el espacio parezca más abierto.
De vuelta a la naturaleza prístina
Como lugareña, que ha pasado toda su vida ligada a la antigua tierra de Tien An, la señora Tran Thi Lieu (de 68 años) guarda muchos recuerdos entrañables de la Cueva de los Murciélagos. Según ella, este lugar solía ser un espacio sagrado, vinculado a los rituales de culto al bosque de la comunidad.
Cuando era niña, ella y los niños del pueblo solían ir a la cueva a jugar y pescar en el arroyo cercano, pero en aquel entonces nadie pensaba que la Cueva de los Murciélagos fuera un tesoro. Fue solo recientemente, cuando mucha gente empezó a fijarse en ella y a visitarla, que comprendió con mayor claridad el valor especial de la cueva en su pueblo natal.
La Cueva de los Murciélagos no es ruidosa ni acogedora. Es como una estación de la memoria silenciosa en medio de las montañas y colinas, donde se encuentran vestigios de vida desde el principio de los tiempos. Bajo la tenue luz de la cúpula de piedra, el sonido de los murciélagos volando resuena en el espacio como latidos ancestrales, despertando en nosotros una pregunta: ¿cómo seguiremos adelante cuando la memoria de la tierra aún permanece intacta en este lugar? Quizás, la respuesta más hermosa sea mantener viva esa estación de la memoria, para que los susurros de la naturaleza sigan resonando en el futuro.
La clasificación del sitio arqueológico es solo el punto de partida; lo más importante es preservar este lugar en su estado prístino y misterioso. De modo que cada visita sea no solo un viaje de descubrimiento y disfrute de la belleza natural, sino también un regreso: un regreso a la naturaleza virgen, a la memoria de las piedras y a la aspiración misma de preservar un futuro verde para la patria.
Fuente: https://baodanang.vn/mo-loi-ve-mien-di-san-3299051.html






Kommentar (0)