El verano es un momento para que los estudiantes descansen tras un año de presión, un periodo tranquilo para acumular experiencia, energía y madurez. El verano ha terminado oficialmente, y el nuevo curso escolar será más significativo si los estudiantes saben cómo dejar de lado sus días de diversión y prepararse con la mentalidad adecuada para entrar en clase.

Cada año escolar es un viaje, y si bien los libros, bolígrafos y cuadernos son un equipaje esencial, el más importante reside en la mentalidad de los estudiantes. Aprender no se trata solo de calificaciones; es un camino de superación personal. Desarrollar un plan y objetivos claros, y un método de aprendizaje científico , es la forma en que los estudiantes forjan su propio futuro.
Mientras que los estudiantes son quienes emprenden directamente el viaje de la búsqueda del conocimiento, los padres son sus acompañantes silenciosos. Los desayunos apresurados para asegurar que lleguen puntuales a clase, los recordatorios pacientes cada noche, las recogidas y dejadas cariñosas después de la escuela… Cada día en la escuela es un vínculo, una fuente de preocupación y una expresión de amor paternal.

Sin embargo, en la sociedad moderna, la presión por obtener buenas calificaciones sigue siendo una barrera psicológica importante para muchos padres. En esta "carrera", los adultos olvidan fácilmente que lo que más necesitan los niños es comprensión, ánimo y un hogar tranquilo donde puedan ser abrazados y protegidos después de la escuela.
Las calificaciones son importantes, pero no necesariamente garantizan un futuro brillante para un niño. Sin embargo, la confianza, la resiliencia y la adaptabilidad sin duda ayudarán a un niño a mantenerse firme en el umbral de la vida. Por lo tanto, para el nuevo año escolar, además de libros, útiles escolares y ropa, los padres también deben incluir palabras de aliento y confianza en sus hijos para ayudarlos a afrontar con confianza los nuevos desafíos.

El nuevo año escolar también es un momento especial para los docentes, quienes imparten conocimiento. A lo largo de este camino, cada lección, cada gesto, cada palabra de los docentes puede convertirse en una fuente de motivación o una huella imborrable en la memoria de sus alumnos. Cuando los docentes asisten a clase con un espíritu de innovación, dedicación y amor, los alumnos sin duda encontrarán alegría e inspiración en el aprendizaje y la superación personal.
Ha sonado el timbre escolar, ha comenzado el nuevo curso escolar. Este momento también nos recuerda el esfuerzo colectivo de la sociedad en la noble tarea de educar a las futuras generaciones. Al transitar este momento, los estudiantes cargan con aspiraciones, los padres con amor y los maestros con responsabilidad.
Cuando todos se unen con creencias y expectativas compartidas, el nuevo año escolar no sólo será un viaje de acumulación de conocimientos, sino también un viaje de fomento de sueños, amor y oportunidades de crecimiento.
Fuente: https://baohatinh.vn/nam-hoc-moi-tam-the-moi-post295135.html










Kommentar (0)