La paja, un material que antaño cayó en el olvido, se acumulaba en grandes montones detrás de las casas durante cada cosecha, en Nghia Do, para conservarla durante los fríos días de invierno. La paja servía para encender fuego, techar los corrales de los búfalos o dar sombra al ganado y las aves de corral. Sin embargo, con la llegada de la vida moderna, las estufas de gas reemplazaron a las de leña, y la paja fue quedando relegada del ciclo cotidiano, convirtiéndose en un desecho agrícola que a pocos les importaba. Pero en medio de ese silencio, los habitantes de Nghia Do, especialmente los artesanos, las ancianas y los jóvenes amantes de la cultura tradicional, concibieron una idea: ¿Por qué no reciclar la paja y permitir que esas fibras doradas sigan contando nuevas historias?
Visitamos la casa de la Sra. Truong Thi Gao en la aldea de Nam Ria, comuna de Nghia Do; ella fue quien aprendió a elaborar artesanías de paja para artículos domésticos comunes.
En la casa de madera, la señora Gao teje con destreza cada hebra de paja para crear hermosos cojines. La señora Gao cuenta: “Antes, solo tejía paja para hacer cuerdas para el gallinero, luego para tapas de ollas arroceras frías… Mi abuela y mi madre me enseñaron a hacer todo con paja. Pero cuando vi que la gente decoraba sus restaurantes con paja, pensé: ¿Por qué no crear algo más bonito con las cosas que me recuerdan a mi infancia?”.

Desde cestas para huevos hasta posavasos de paja, cada pieza cuenta una historia. A través de las manos de la Sra. Gao y las mujeres del pueblo, las fibras de paja se enrollan, trenzan y doblan. Cada pieza requiere desde varias horas hasta varios días para su elaboración, y encierra no solo el esfuerzo, sino también los recuerdos, la pasión y el amor por la tierra natal de las mujeres de las etnias Tay y Dao.
Los Nghia Do no solo fabrican productos para el hogar, sino que también "cuentan historias" a través de artículos de "decoración" (diseño) hechos de paja, decorando rincones de casas, cafeterías, alojamientos o stands en ferias.
En un pequeño rincón de la casa sobre pilotes, los caballos y las estrellas de cinco puntas de paja son tan suaves y atractivos… Los enormes manojos de paja, a modo de sombreros, gorras y sombrillas, embellecen el espacio y lo hacen más acogedor. La paja contribuye a crear un ambiente verde y agradable, con el toque local y único de Nghia Do.

Los productos típicos e impresionantes del grupo de reciclaje de paja de Nghia Do son cestas para huevos, pulseras e incluso animales lindos y adorables hechos con fibras de paja dorada.
La Sra. Kim Thi Mai, tejedora de cestas para huevos, dijo: "La paja es suave, pero trenzada es muy resistente. Le añado una capa gruesa de paja en el interior para poder sujetar los huevos de forma bonita y segura".
Las cestas para huevos, de un suave color amarillo pajizo, son prácticas y evocan la esencia del campo. El grupo de artesanos de Kim Thi Mai ha promocionado este producto en redes sociales y ferias, consiguiendo numerosos pedidos de tiendas de productos agrícolas sostenibles y ecocafés. Lo más importante es que todos los productos de paja transmiten un mensaje de vida ecológica, reduciendo el consumo de plástico y preservando la identidad local.

“No solo vendemos productos, queremos contar historias sobre los campos, sobre las mujeres de las tierras altas que preservan diligentemente sus artesanías y crean para promover los valores culturales tradicionales. La paja es el hilo conductor”, agregó la Sra. Mai.

Nghia Do es más bella y verde gracias a cosas sencillas. Hoy en día, Nghia Do se transforma día a día, no solo gracias a calles de concreto limpias y escuelas espaciosas, sino también gracias a la creciente conciencia de sus habitantes sobre el medio ambiente y los valores culturales locales. Con el apoyo del gobierno comunal y modelos de desarrollo sostenible, la gente se capacita en técnicas artesanales y aprende a diseñar productos que responden a las necesidades del mercado. Grupos de mujeres y jóvenes organizan activamente mercados ecológicos los fines de semana, donde los productos de paja se convierten en un atractivo principal para los clientes.
“Cada temporada de cosecha, ya no veo que se queme y se desperdicie la paja. En cambio, todo el vecindario se reúne por las tardes para tejer, los niños hacen coronas de paja, tejen bonitas pulseras y hacen adorables animales que les gustan con paja dorada… La atmósfera del campo parece revivir hermosos recuerdos”, compartió la Sra. Mai.

La regeneración de la paja es también una forma de preservar el alma del campo. En esas briznas doradas resuenan las risas infantiles, el aroma familiar del humo de la cocina y el deseo de embellecer la vida de una manera única, rústica, perdurable y profunda.
Quizás en algunos lugares, el reciclaje de subproductos agrícolas sea algo demasiado común. Pero en Nghia Do, donde cada tejado aún conserva el estilo de vida tradicional, la regeneración de la paja no es solo una cuestión medioambiental. Es una historia de amor por la cultura, la silenciosa creatividad de personas que aprecian la belleza en las pequeñas cosas. El camino para transformar la paja en productos ecológicos en pequeños rincones de salones, cafeterías y ventanas, y convertir a Nghia Do en un destino ecoturístico único de Lao Cai, aún requiere tiempo. Pero cada brizna, cada manojo de paja cuenta una historia: la historia de una tierra que se transforma gracias a las manos y los corazones de sus habitantes.
En medio de los rápidos cambios de la vida moderna, cosas que parecían olvidadas reviven silenciosamente, como paja dorada bajo el sol. En Nghia Do, ese viaje de renacimiento no solo embellece el lugar, sino que también nutre hermosas historias: sobre personas, sobre recuerdos y sobre el amor a la patria.
Presentado por: Bich Hue
Fuente: https://baolaocai.vn/rom-vang-ke-chuyen-tai-sinh-post648026.html






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