Beber agua tibia con miel y limón, pasar hielo sobre la piel y tomar un desayuno rico en antioxidantes son tres formas de ayudar a nutrir la piel de adentro hacia afuera.
Aumente la hidratación, una protección solar adecuada y agregue grasas saludables en su dieta para ayudar a reducir la piel seca y ralentizar el proceso de envejecimiento.
La crema hidratante es un cosmético indispensable en la rutina de cuidado de la piel de la mujer. Especialmente cuando el clima es seco, la crema hidratante es un "tesoro" que ayuda a hidratar, retener la humedad y dejar la piel suave.
Los arándanos, las uvas, las moras y las berenjenas son alimentos ricos en antioxidantes que ayudan a aumentar el colágeno y rejuvenecer la piel desde el interior.
El clima seco fácilmente hace que la piel se deshidrate y carezca de humedad, así que lleve consigo un spray y una loción mineral para ayudar a "rescatar" y prevenir la piel agrietada rápidamente.
Mejore la vitamina C de las naranjas, los limones, el brócoli y los aminoácidos esenciales de la carne, los huevos y la leche, combinados con una protección solar adecuada para ayudar a que la piel se mantenga joven durante mucho tiempo.
Para tener una piel joven a los 40 y 50 años es necesario adquirir el hábito de aplicar protector solar desde los 20 años y beber dos litros de agua cada día.
Cambiar el proceso de cuidado para adaptarlo a la naturaleza y las necesidades de la piel a los 40 años ayuda a ralentizar el ritmo del envejecimiento y rejuvenecer la piel.
Una dieta rica en antioxidantes ayuda a limitar los daños de la piel, aumentar la regeneración y prevenir la formación de signos de la edad como patas de gallo, arrugas, manchas…
Las verduras verdes, el tomate, la zanahoria o la naranja… son alimentos que aportan grandes cantidades de vitaminas y minerales esenciales, ayudando a aumentar el colágeno y rejuvenecer la piel.
Lavarse la cara más de dos veces al día o dejar el limpiador en la piel durante más de 2 minuto puede dañar la barrera natural de la piel, provocando sequedad en la piel y desequilibrio del pH.
Comer sólo alimentos hervidos o al vapor puede parecer un hábito saludable, pero puede causar deficiencia de grasa, provocando una piel seca, tirante y menos flexible.