Los escalones, escasamente cubiertos de musgo verde, recuerdan las huellas del invierno. A veces, el nítido sonido de la risa infantil resuena allí, a veces, el sol de la tarde se desvanece en el silencio. ¿Por qué sigo recordando esos escalones y los aleros repletos de hojas caídas cada vez que mis pies tienen que dar media vuelta y marcharse...?
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| Foto de ilustración: Internet |
Me pregunto cuántos meses y días han pasado en esos viejos escalones de ladrillo, ante la puerta que da a la casa tejida de recuerdos. ¿Cuántas tardes de infancia pasé subiendo las escaleras saltando, jugando a la rayuela con mis amigos o garabateando en el rincón soleado del jardín? ¿Cuántas veces me senté en esos escalones, esperando a que mi madre regresara del mercado matutino, cada vez con la misma sensación de anticipación, viendo su figura desvanecerse en la niebla matutina? Luego estaban las conmovedoras flores púrpuras del crespón en primavera, la alfombra de flores de crespón en el jardín en verano, los crisantemos amarillos aferrados a la tarde de otoño cayendo sobre el alféizar de la ventana... y así, cada estación de flores enviaba su anhelo y afecto a esos escalones. Como una promesa de regreso, de envolver los sueños de mi tierra natal, de calentar la tierra de las canciones populares.
Escalones invernales, lirios rosados florecen alrededor de las baldosas descoloridas, sus patrones desapareciendo gradualmente. Un pequeño callejón conduce a un terreno envuelto en niebla blanca, las baldosas plateadas de las casas antiguas. Allí, mi madre solía sentarse, peinándose. Desde que su cabello era grueso hasta que gradualmente se fue aclarando, como hilos del tiempo que me cortan el corazón, un dolor agudo. Me quedo de pie junto a la ventana, mirando hacia afuera, con el corazón anhelando una figura sentada allí, imbuida de las vicisitudes de la vida. Mi madre solía enrollar los mechones de cabello caídos en pequeñas bolas, como solía hacer mi abuela cada mañana de invierno. Aprecio la imagen de mi madre y mi abuela ante los viejos escalones de la casa, tanto que a veces me duele el corazón, mis ojos escuecen de tristeza por cosas que se han vuelto distantes. He recorrido innumerables caminos en el mundo, dándome cuenta de que ningún lugar puede reemplazar esos pasos que guiaron mis pasos hacia la casa de mi infancia.
En los escalones invernales, durante las inundaciones, todos anhelaban el regreso del cálido sol. El barro marrón se aferraba a las paredes, marcando las huellas de la crecida. Al retroceder las aguas, la luz del sol brillaba con fuerza, como el color de la vida, del renacimiento tras tanta agitación y destrucción. En los escalones inclinados, la sombra de una madre encorvada barría los restos de la inundación; sus ojos enrojecidos se iluminaban gradualmente con una esperanza inagotable. Cuando el sol regrese a la puerta, volveremos a escuchar la alegre charla de los niños, saludando a sus abuelos después de la escuela; veremos a nuestra madre sentada cosiendo, peinándose, tarareando algunas melodías al azar. Papá se levantará temprano de nuevo, preparando una tetera de té aromático, cuyo vapor se disipa en la fría niebla, montando lentamente el tablero de ajedrez, escuchando el canto de los pájaros en el tejado.
Los escalones invernales, donde aún espero el regreso de quienes amo, sin importar la distancia. Donde mi madre a menudo me abraza con lágrimas en los ojos tras largos viajes para ganarse la vida. Donde mi abuela deja su imagen cada mañana bajo la rosada luz del sol, con su peine y sus mechones enredados, antes de regresar con mi abuelo en la tierra lejana. Me quedo entre estos amados escalones, consciente de que no habrá separación si los corazones aún se recuerdan y los recuerdos se conservan como cartas guardadas en un cajón a través de los años.
Me siento con el invierno, alimentando innumerables recuerdos en mi corazón. A lo lejos, el viento frío ha regresado a la vieja puerta, y en silencio llamo a mi yo más joven, desde una época de inocencia juvenil...
Fuente: https://baodaklak.vn/van-hoa-du-lich-van-hoc-nghe-thuat/van-hoc-nghe-thuat/202512/bac-them-mua-dong-5090c26/







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