Esta declaración crea una situación completamente nueva en la disputa de soberanía territorial entre Azerbaiyán y Armenia en la región de Nagorno Karabaj. Entre ambos países se han producido numerosos conflictos armados que han proyectado una sombra de inseguridad e inestabilidad sobre toda la región del Cáucaso. Hasta ahora, todas las misiones de mediación diplomática emprendidas por muchos socios externos para buscar una solución política pacífica han resultado infructuosas.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan (izquierda), y el presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, asisten a una reunión de jefes de estado de los estados miembros de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) en Ashgabat, Turkmenistán, el 11 de octubre de 2019.
El Sr. Pashinyan supeditó las concesiones mencionadas a la condición de que Azerbaiyán se comprometiera a garantizar la seguridad y los derechos humanos de los armenios en Nagorno Karabaj y a respetar la soberanía y la integridad territorial de Armenia. En esencia, la voluntad de Armenia de hacer tales concesiones significa su voluntad de renunciar a la región de Nagorno Karabaj.
La razón principal parece ser que a Armenia le resultó imposible defender la región de Nagorno Karabaj frente a la abrumadora superioridad militar de Azerbaiyán con el fuerte apoyo de Turquía. Hay una base militar rusa en Armenia y Armenia es miembro de varias alianzas militares y de seguridad lideradas por Rusia. Pero Rusia está actualmente centrada en la guerra en Ucrania y es prácticamente incapaz de ponerse del lado de Armenia en los conflictos armados entre Armenia y Azerbaiyán por la región de Nagorno Karabaj. Armenia tampoco puede confiar en ningún otro socio externo para una alianza, asociación o confederación en este asunto. De este modo, Armenia parece estar cediendo para conservar lo que puede y obligando a sus socios externos a asumir la responsabilidad de garantizar la paz entre Armenia y Azerbaiyán.
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