Este no es solo un documento político, sino también un hito importante que reafirma la determinación de Vietnam de participar profundamente en el flujo de la economía creativa global, donde la cultura, la inteligencia y la tecnología se están convirtiendo en nuevos motores de crecimiento mundial.
Tras casi una década de implementación de la Estrategia 1755 (2016), Vietnam ha entrado en una nueva etapa de desarrollo que exige una visión audaz y a largo plazo, más acorde con el contexto de la competencia en materia de influencia cultural entre países. Por consiguiente, la Estrategia 2486 implica un «replanteamiento» que sitúa la cultura en el centro del modelo de desarrollo del país.

La urgente necesidad de una nueva estrategia
En 2016, Vietnam publicó por primera vez una estrategia integral sobre la industria cultural en virtud de la Decisión 1755/QD-TTg. Esto supuso un paso audaz para situar la cultura al mismo nivel que otros sectores económicos importantes, reafirmando el objetivo de "convertir la industria cultural en un sector económico de servicios que contribuya positivamente al crecimiento, al empleo y a la promoción de la imagen nacional".
Esa estrategia ha abierto una nueva fase, ayudando al mercado cultural vietnamita a desarrollarse con más fuerza de la esperada: la tasa de contribución al PIB ha aumentado continuamente, alcanzando el 3,61% en 2018, superando el objetivo fijado para 2020; una serie de industrias como el cine, las artes escénicas, el diseño, los juegos en línea... tienen altas tasas de crecimiento; la fuerza laboral en el campo creativo se ha disparado, con alrededor de 2 millones de personas trabajando en industrias relacionadas.
Sin embargo, este éxito también revela numerosas limitaciones. Si bien la industria cultural de Vietnam posee un gran potencial, su desarrollo es desigual; muchos sectores aún no han conformado una cadena de valor completa; las políticas de apoyo empresarial siguen estando dispersas; la infraestructura creativa y las instituciones culturales no han logrado satisfacer la demanda; en particular, el auge de la economía digital hace que el enfoque de la antigua estrategia ya no sea adecuado.
La pandemia de Covid-19 ha cambiado por completo los hábitos de consumo cultural, acelerando el paso a las plataformas digitales y creando una necesidad urgente de “reestructuración” estratégica.
Mientras tanto, a nivel mundial , la competencia por la industria cultural y el poder blando es más feroz que nunca. Corea del Sur ha convertido el K-pop y el cine en «tesoros nacionales económicos», con exportaciones culturales que alcanzarán los 14 160 millones de dólares en 2024, superando a las industrias del acero y la automoción. El Reino Unido ha diseñado una nueva estrategia decenal para consolidar su posición como nación creativa líder, con 124 000 millones de libras esterlinas en ingresos anuales procedentes de la industria creativa. China, Francia, Japón, Singapur… todos ven la industria cultural como un «nuevo polo de crecimiento».
En ese contexto, la publicación por parte de Vietnam de la Estrategia 2486 no es una actualización técnica, sino una declaración política y económica que afirma que la cultura no es solo un fundamento espiritual sino también un activo económico, un importante recurso intangible y una fuerza motriz para el desarrollo del país en las próximas décadas.
La nueva estrategia establece un objetivo ambicioso de contribución del 7% al PIB para 2030 y del 9% para 2045; del 6% de la fuerza laboral para 2030 y del 8% para 2045. Esta visión refleja la aspiración de convertir a Vietnam en un país fuerte en industrias creativas en la región asiática.

Activos estratégicos de la nación
La Estrategia 2486 marca un cambio importante: de considerar la cultura como un sector de apoyo a concebirla como un sector económico basado en la creatividad, la tecnología y la identidad. Además, la cultura se posiciona como un recurso de poder blando, capaz de elevar la posición del país en el panorama internacional. Este enfoque se alinea con las tendencias internacionales, donde los productos culturales exitosos suelen generar un impacto que trasciende con creces su valor económico.
En el siglo XXI, muchas industrias culturales se han convertido en pilares económicos más importantes que las industrias tradicionales. Los productos culturales no solo se venden a precios elevados, sino que también generan un gran efecto multiplicador, influyendo en el turismo, la gastronomía, la moda, la inversión y las marcas nacionales.
La Estrategia 2486 no solo amplía la Estrategia 1755, sino que también representa un cambio de paradigma respecto al papel de la cultura en el desarrollo nacional. Si se implementa correctamente, esta estrategia se convertirá en un eje fundamental para que Vietnam se integre a la economía creativa global con una mentalidad renovada, segura, creativa, proactiva e imbuida de identidad nacional. Esto brinda a la cultura la oportunidad de consolidarse como un verdadero poder blando, un recurso económico y una fuente de orgullo nacional durante las próximas décadas.
Corea del Sur es un ejemplo paradigmático: el K-pop, las series de televisión, el cine y la moda se combinan para formar la «Hallyu», una ola cultural que genera decenas de miles de millones de dólares anuales para Corea del Sur y la ha convertido en la principal potencia blanda de Asia. Japón, con su anime y cultura pop, también atrae a un público masivo y genera miles de millones de dólares en ingresos por exportaciones. Gran Bretaña cuenta con la música, el diseño y los medios creativos; Francia, con el cine, la moda, el arte y el patrimonio cultural, todos ellos convertidos en pilares de la influencia cultural del país.
Vietnam se enfrenta a una oportunidad similar. Con una cultura milenaria, 54 grupos étnicos, cientos de festivales y patrimonios reconocidos por la UNESCO, Vietnam posee un recurso cultural único que ningún otro país puede replicar. La Estrategia 2486, por primera vez, considera la identidad cultural como un «recurso especial» para crear productos culturales de alto valor y competitivos a nivel internacional, «fortaleciendo así la marca y el posicionamiento nacional».
En el contexto de la globalización, la identidad no es solo un valor espiritual, sino también un «capital cultural», un activo que puede transformarse en fortaleza económica, atractivo turístico e incluso influencia diplomática. Por lo tanto, la Estrategia 2486 representa un hito importante para reposicionar la cultura: de valor de conservación a valor de desarrollo, de tesoro del pasado a recurso del futuro.
Entrando en la carrera cultural global
La Estrategia 2486 no solo establece objetivos, sino que también crea una hoja de ruta práctica para que Vietnam se incorpore a la feroz competencia de la economía creativa global. Dicha hoja de ruta combina tres elementos: identidad cultural, infraestructura creativa y tecnología, y mercados internacionales.
En primer lugar, la identidad vietnamita se considera la "capital original", una fuente inagotable de material.
La nueva estrategia supone un cambio significativo: de considerar la cultura como un sector de apoyo a concebirla como un sector económico basado en la creatividad, la tecnología y la identidad. Además, la cultura se posiciona como un recurso de poder blando, capaz de elevar la posición del país en el panorama internacional. Este enfoque se alinea con las tendencias internacionales, donde los productos culturales exitosos suelen generar un impacto que trasciende con creces su valor económico.
Crear en los campos del cine, la moda, los juegos, las bellas artes, el turismo cultural, la música... Ningún país tiene leyendas como Lac Long Quan - Au Co, Thanh Giong, Son Tinh - Thuy Tinh; no tiene pueblos artesanales únicos, canciones, danzas, festivales folclóricos que perduran durante cientos de años.
La cultura es un material valioso para crear productos que transmitan identidad y conecten con el público internacional. Sin embargo, la identidad es solo el punto de partida. Para convertir la cultura en una fortaleza económica, se necesita un ecosistema creativo sostenible. La Estrategia 2486 hace hincapié en la creación de centros culturales e industriales, espacios creativos, zonas artísticas, estudios cinematográficos, mercados de derechos de autor, fondos de inversión para empresas creativas, etc.
Algo que muchos países han implementado con gran éxito. El Reino Unido cuenta con "clústeres creativos"; Corea del Sur tiene "centros creativos" que combinan formación, producción y representación; China ha construido numerosas "ciudades creativas" vinculadas a las industrias del cine, la música y el diseño.
Vietnam, con centros como Hanói, Ciudad Ho Chi Minh, Da Nang y Hue, tiene el potencial de convertirse en un nuevo polo creativo en la región. Esto también sienta las bases para atraer talento, impulsar startups creativas y conectar con los mercados internacionales. Por último, pero no menos importante, está la tecnología.
En la era digital, el sector de las artes y la cultura no solo se basa en las ideas, sino también en la capacidad de transformarlas en productos mediante la tecnología digital: cine digital, realidad virtual (RV/RA), videojuegos, inteligencia artificial, diseño digital, plataformas de streaming, mercados de derechos de autor, etc. La Estrategia 2486 destaca especialmente la transformación digital como el motor principal del sector de las artes y la cultura. Esto supone un cambio radical con respecto a la Estrategia 2016.
Si la antigua estrategia se centraba en el contenido tradicional, la nueva sitúa el contenido digital en el centro, en consonancia con la tendencia mundial, donde los videojuegos, las películas y la música digital se están convirtiendo en industrias multimillonarias. Vietnam cuenta con ventajas especiales: una alta tasa de usuarios de internet, una gran cantidad de programadores y el tercer mercado de videojuegos más grande del sudeste asiático. Si se orientan adecuadamente, estos sectores pueden convertirse en auténticos motores de crecimiento.
Todos estos factores apuntan a un objetivo común: convertir a Vietnam en un país competitivo en el ámbito de la cultura y la tecnología de la información, creando valor económico y difundiendo los valores culturales vietnamitas entre sus socios internacionales.
La Estrategia 2486 no solo amplía la Estrategia 1755, sino que también representa un cambio de paradigma respecto al papel de la cultura en el desarrollo nacional. Si se implementa correctamente, esta estrategia se convertirá en un eje fundamental para que Vietnam se integre a la economía creativa global con una mentalidad renovada, segura, creativa, proactiva e imbuida de identidad nacional. Esto brinda a la cultura la oportunidad de consolidarse como un verdadero poder blando, un recurso económico y una fuente de orgullo nacional durante las próximas décadas.
Fuente: https://baovanhoa.vn/van-hoa/dau-moc-cua-ky-nguyen-cong-nghiep-van-hoa-viet-nam-182425.html






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