Una gigantesca isla antigua que ahora yace en el fondo del Océano Atlántico podría contener enormes reservas de elementos de tierras raras y muchos otros minerales valiosos.
La isla Rio Grande Rise se encuentra a unos 2000 metros bajo la superficie. Foto: IO-USP
Conocida como la Elevación del Río Grande (RGR), esta meseta continental sumergida se formó a partir de una dorsal volcánica hace unos 40 millones de años y en su día fue una vasta extensión de tierra tropical cubierta de vegetación. Un equipo internacional liderado por Priyeshu Srivastava, de la Universidad de São Paulo, publicó los hallazgos en la revista Nature, según informó IFL Science el 17 de marzo.
Ubicada a 1200 km de la costa de Brasil, la Cordillera de la Ribera (RGR) cubre aproximadamente 150 000 km² de fondo marino a profundidades de entre 700 y 2000 m. La hipótesis de que la cordillera volcánica pudo haber sido una isla se planteó por primera vez en 2018 y ahora ha sido confirmada por el análisis del suelo dragado de la parte occidental de la RGR.
Al evaluar la mineralogía, la geoquímica y las propiedades magnéticas de los sedimentos, los investigadores descubrieron que las muestras estaban compuestas principalmente de arcilla roja, lo que coincide con la típica «terra roxa» (suelo rojo) que se encuentra en gran parte del estado de São Paulo. En el suelo, identificaron varios minerales comunes en las variaciones de rocas volcánicas, como magnetita oxidada, hematita, goethita y caolinita.
Los hallazgos revelan que la arcilla se formó como resultado de la erosión de rocas volcánicas durante un clima cálido y húmedo. Basándose en el análisis, el equipo concluyó que RGR acumuló elementos de tierras raras durante el Eoceno, que duró hasta hace aproximadamente 35 millones de años, cuando las condiciones eran típicamente tropicales.
Investigaciones previas también han revelado que la isla sumergida es rica en minerales valiosos como cobalto, litio y níquel, además de preciosos elementos de tierras raras como el telurio. Debido a que estos materiales son componentes clave en diversas tecnologías emergentes que podrían contribuir a reducir el uso de combustibles fósiles, la explotación de los recursos naturales de la Reserva de la Biosfera de Raduna (RGR) ha despertado gran interés.
Ubicada en aguas internacionales, la Reserva de la Biosfera de Rajiván (RGR) está administrada actualmente por la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, si bien el gobierno brasileño ha solicitado extender su plataforma continental hasta la isla. En realidad, es improbable que la solicitud sea aprobada, ya que la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM) estipula que ningún país puede reclamar más de 370,4 kilómetros más allá de su litoral.
An Khang (Según IFL Science )
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