Eliminados por el Grimsby Town -equipo de Cuarta División- en la segunda ronda de la Carabao Cup en la madrugada del 28 de agosto, los "Diablos Rojos" se hundieron aún más en la crisis, dejando al descubierto la dura verdad: el proyecto de reconstrucción de 200 millones de libras aún no ha devuelto al club a la senda del triunfo.
La Carabao Cup nunca es la medida definitiva del éxito, pero para un club como el Manchester United, la eliminación ante un rival de la League Two es una señal innegable de decadencia. La noche en Blundell Park será recordada como una hazaña legendaria por los habitantes de Grimsby, mientras que para el United es un nuevo capítulo en el "templo de la vergüenza" junto al MK Dons, el York City y el Bournemouth.
Lo que fue aún más inquietante fue la imagen de Ruben Amorim desplomado en el área técnica, evitando el contacto visual, mientras sus jugadores se acercaban al punto de penalti. No fue solo un fallo táctico, sino también un colapso de liderazgo, algo que un club con una larga tradición como el Manchester United necesita más que nunca.
Un currículum alarmante
Las estadísticas muestran claramente la magnitud de la crisis. Desde que Amorim llegó a Old Trafford:
- La tasa de victorias en la Premier League es de solo el 24,7% , la más baja en la era posterior a Sir Alex Ferguson.
- Sólo ganó 7 de 29 partidos en el torneo número uno de Inglaterra.
- En la temporada 2024/25, el Manchester United ganó 42 puntos , la cifra más baja en la historia de la Premier League del club, anotando solo 44 goles , menos que incluso con David Moyes.
- Terminar en el puesto 15 marcó su peor posición desde 1974/75, cuando descendieron.
- Desde el inicio de la temporada 2024/25, solo el Genoa en la Serie A no ha logrado marcar en la primera mitad más veces que el Manchester United.
- Amorim ha estado a cargo de más partidos de la Premier League ( 29 ) que puntos ganados ( 28 ).
Más triste aún, cuando se enfrentó a clubes ingleses en la competición de copa, Amorim sólo ganó contra el Arsenal en los penaltis en la Copa FA, el resto fueron derrotas contra el Tottenham, Fulham y, más recientemente, Grimsby.
El United no puede usar la excusa de la falta de jugadores. El verano pasado, Amorim recibió 200 millones de libras para fichar a tres nuevos atacantes: Matheus Cunha, Bryan Mbeumo y Benjamin Sesko. Pero en la tanda de penaltis en Grimsby, las dos estrellas fueron las culpables: Cunha falló y Mbeumo falló el penalti decisivo.
La rigidez de la filosofía 3-4-2-1 de Amorim empujó al MU al abismo. |
La rigidez de la filosofía 3-4-2-1 de Amorim fue clave. El Manchester United reconstruyó su plantilla en torno a este sistema, eliminando el papel de los extremos tradicionales. Como resultado, Jadon Sancho, Antony e incluso Marcus Rashford se volvieron redundantes y su valor de transferencia se desplomó.
Incluso jóvenes talentos, antes considerados el futuro del club, se han visto afectados. Alejandro Garnacho ha sido marginado y ahora está a punto de dejar Old Trafford para fichar por el Chelsea. Kobbie Mainoo, una promesa local, se siente tan abandonado que está dispuesto a marcharse si llega la oferta adecuada.
Si un sistema hace que un joven jugador local pierda la fe, cabe preguntarse: ¿vale la pena arriesgar el futuro del United?
Mientras Amorim está anclado en una filosofía rígida, sus rivales han demostrado lo contrario. En la segunda jornada de la Premier League, el Fulham de Marco Silva le dio la vuelta a la tortilla al Manchester United con un pequeño ajuste en el mediocampo. Esa flexibilidad es precisamente lo que les falta a los "Diablos Rojos".
Amorim triunfó en el Sporting, donde pudo desarrollar jóvenes talentos en un entorno menos exigente. Pero la Premier League no es Portugal. Aquí, las filosofías futbolísticas rígidas se rompen rápidamente, y eso es lo que está sucediendo en el Manchester United.
La carga sobre los hombros del líder
La culpa no es solo de Amorim. Sir Jim Ratcliffe, Omar Berrada y Jason Wilcox fueron quienes apostaron por él, en lugar de Thomas Frank, Marco Silva o Graham Potter, sugeridos por Dan Ashworth. También fueron quienes volaron a Lisboa para convencer a Amorim de que era "ahora o nunca".
¿El resultado después de casi un año? 17 victorias en 45 partidos, una cifra modesta comparada con las expectativas de reconstrucción.
La posición de entrenador de Rúben Amorim es inestable. |
La paciencia en Old Trafford nunca es infinita. Y cuando la imagen de un entrenador agachando la cabeza durante una tanda de penaltis se difundió mundialmente, la reputación del proyecto se desplomó.
El Manchester United recibe al Burnley este fin de semana, un partido que se considera imprescindible ganar. Pero ni siquiera una victoria borrará los vergonzosos recuerdos de Grimsby. El futuro de Amorim es más incierto que nunca.
La pregunta no es solo cuántas oportunidades le quedan, sino también: ¿se atreverá el Manchester United a reconocer sus errores y cambiar? Si siguen aferrados a un proyecto que se resquebraja, los "Diablos Rojos" corren el riesgo de hundirse aún más en la crisis.
Un club que una vez estuvo en la cima de Europa no puede permitirse convertirse en el hazmerreír del fútbol inglés. Pero para escapar de ese ciclo, el Manchester United necesita más que un entrenador joven con una filosofía rígida. Necesita una visión clara, decisión en la cima y, sobre todo, alguien con el coraje de plantar cara en los momentos difíciles, no doblegarse y evitarlos como en la noche de Grimsby.
La derrota en Grimsby no fue solo un accidente en la copa nacional, sino un símbolo de crisis. Con un porcentaje de victorias inferior al 25%, el 15.º puesto en la Premier League, 200 millones de libras malgastados y un joven talento frustrado, Amorim está al borde del abismo. Su futuro, y el proyecto de reconstrucción del Manchester United, se decidirá no con promesas, sino con hechos en las próximas jornadas.
Fuente: https://znews.vn/khoanh-khac-nhuc-nha-cua-trieu-dai-amorim-o-mu-post1580713.html
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