Brasil asume por primera vez la presidencia del G20 mientras el país intenta recuperar su prominencia internacional.
Brasil inicia su presidencia del G20 con el tema "Construyendo un mundo justo y un planeta sostenible". (Fuente: Informe Brasileño) |
El 1 de diciembre, Brasil asumió oficialmente la presidencia del Grupo de las 20 principales economías desarrolladas y emergentes (G20) en 2024, con una agenda de más de 100 reuniones que culminará con una cumbre los días 18 y 19 de noviembre en Río de Janeiro. Este es el primer año del G20 ampliado con la participación de la Unión Africana (UA), un bloque con un producto interno bruto (PIB) de aproximadamente 3 billones de dólares y una población de más de 1.400 millones de personas.
Brasil también asumirá la presidencia rotatoria del grupo de economías emergentes BRICS en 2024, pero como explicó el ministro de Finanzas del país, Fernando Haddad, Brasilia decidió trasladar ese papel a 2025 para centrarse en cumplir ambas funciones.
Como foro para las mayores economías del mundo, las discusiones en el G20 se centran principalmente en la cooperación económica global y temas relacionados. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, fue uno de los primeros en apoyar al G20 en 2008, cuando este pasó de ser un foro de ministros de finanzas al nivel de jefes de estado. En aquel momento, calificó este acontecimiento histórico y se mostró optimista sobre el futuro del G20. Los esfuerzos de Brasil por promover el papel del G20 también forman parte de sus esfuerzos por construir un mejor sistema multilateral en el que países como Brasil tengan un papel más destacado.
La Agenda 2024 se centra en tres temas principales: la lucha contra la pobreza y la desigualdad; el desarrollo sostenible, con sus tres pilares: economía, sociedad y medio ambiente; y la reforma del sistema de gobernanza global. Esto demuestra que Brasil, país anfitrión, tiene grandes expectativas para su año de presidencia del G20 en cuanto a fortalecer el papel de los países en desarrollo en el sistema financiero global, especialmente en el aumento de los préstamos concesionales a países pobres para proyectos contra el cambio climático y la reestructuración de sus deudas. Además, este país latinoamericano también desea promover la reforma del sistema tributario global, que se ha debatido en la Asamblea General de las Naciones Unidas y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), pero que aún no ha alcanzado resultados concretos.
Para lograr el consenso del G20 sobre los temas mencionados, Brasilia necesita el apoyo de los países industrializados del Grupo de los Siete (G7) (también miembro del G20), así como de China, la segunda economía más grande del mundo y el mayor acreedor de muchos países pobres en riesgo de impago. Además, el país anfitrión también debe abordar el complejo asunto de la participación de Rusia, ya que Brasil es miembro de la Corte Penal Internacional, la organización que ha emitido una orden de arresto contra el presidente Vladimir Putin. La situación mundial sigue siendo compleja e impredecible: el impacto negativo de la pandemia de COVID-19, las tensiones geopolíticas , los conflictos armados en muchos lugares, la ralentización de la recuperación económica, las preocupaciones sobre la seguridad no tradicional, como el cambio climático, la contaminación ambiental y la ciberdelincuencia...
Estos son los desafíos que Brasil deberá superar en 2024 para alcanzar sus expectativas en el año de su presidencia del G20, el foro político y económico con mayor potencial para impactar e influir en las agendas internacionales.
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