El campo del sur es tranquilo y hospitalario.

Cualquiera que haya viajado alguna vez a la campiña sureña seguramente quedará impresionado por la apacible y pacífica belleza de la tierra y de la gente de aquí. Un campo sureño vive para siempre en la memoria de muchas personas, con la imagen de un puente de mono lleno de baches, techos de paja sencillos y pequeños ríos con pequeñas embarcaciones que transportan gente de un lado a otro todos los días.