El primer paso de Siria hacia su reintegración al mundo árabe tuvo lugar oficialmente después de que el presidente Bashar al-Assad aceptara una invitación para asistir a la cumbre del Consejo de la Liga Árabe (LA), que se celebra hoy, 19 de mayo.
| El presidente Bashar al-Assad aceptó la invitación para asistir a la cumbre del Consejo de la Liga Árabe (LA), prevista para el 19 de mayo. (Fuente: ITN) |
Sin embargo, el impacto que esta importante medida tendrá en el futuro de la guerra civil siria, que ya dura 13 años, sigue siendo una incógnita. Hasta la fecha, Siria sigue siendo un caos.
Además del derrotado Estado Islámico (EI), continúa el enfrentamiento entre el régimen de Al Asad, respaldado por Rusia e Irán, y la oposición, apoyada por Occidente y algunos países árabes. A esto se suma el intento del grupo kurdo, con la ayuda de Estados Unidos, de establecer su propia región autónoma en el norte de Siria.
Mientras tanto, la economía se encuentra en una situación muy desoladora. Siria tiene un gran potencial, especialmente en materia petrolera. En su apogeo, en 1996, el país extraía 582.000 barriles de petróleo al día, generando 4.000 millones de dólares en ingresos, lo que representa un tercio del presupuesto nacional. Sin embargo, para 2015, esta cifra había descendido a 27.000 barriles al día, y posteriormente a 24.000 barriles al día en 2018.
Siria fue en su día un próspero país agrícola , que producía hasta 4 millones de toneladas de trigo al año, suficiente no solo para satisfacer las necesidades internas, sino también para exportar a numerosos países, especialmente a la Unión Europea (UE). Sin embargo, el embargo integral impuesto por Estados Unidos y la UE está provocando una escasez de cereales en Siria, lo que obliga al gobierno de Damasco a importar este producto esencial. La mitad de la población siria se ha visto desplazada.
Hasta la fecha, Estados Unidos y la UE se han mantenido firmes respecto a la postura siria. Se oponen firmemente a la reincorporación de Siria a la Liga Árabe, al tiempo que afirman que no normalizarán las relaciones con el régimen del presidente al-Asad ni levantarán las sanciones. En el mundo árabe, Qatar y Kuwait tampoco han respaldado el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Damasco.
Siria enfrenta muchos desafíos difíciles.
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