En muchos foros, se debate intensamente sobre: ¿Está la gente preparada para la conversión vehicular? ¿Puede la infraestructura de las estaciones de carga satisfacer las necesidades de millones de vehículos simultáneamente? ¿Los riesgos de incendio y explosión, el coste de la sustitución de vehículos y el tratamiento de las baterías después de su uso? Sin embargo, existe una solución similar, económica y respetuosa con el medio ambiente que se ha asociado a la vida urbana de Vietnam durante décadas, pero que aún no se ha incluido en los foros políticos: la bicicleta.
En la memoria de muchos, hace unos 25 o 30 años, la imagen de la capital , Hanói, era la de un flujo constante de personas yendo en bicicleta a la escuela y al trabajo, de forma relajada, sencilla pero cercana. Con el desarrollo de la vida, los vehículos a motor reemplazaron gradualmente a las bicicletas. Pero ahora, cuando el problema del medio ambiente y el tráfico urbano se ha vuelto más urgente que nunca, "reconstruir" la cultura del ciclismo no es solo una nostalgia, sino también una dirección práctica.
En países avanzados con una de las rentas per cápita más altas del mundo , como Países Bajos, Bélgica o Dinamarca, la elección de la bicicleta no se debe a la falta de recursos para comprar coches o motos eléctricas, sino a que sus gobiernos han fomentado con ahínco un hábito civilizado y sostenible. Incluso el ex primer ministro neerlandés, Mark Rutte, sigue acudiendo en bicicleta a su despacho a diario, convirtiéndose en una poderosa imagen mediática que inspira y guía a la opinión pública más allá de cualquier eslogan propagandístico.
Los beneficios del ciclismo son probablemente bien conocidos por todos: ejercicio, protección del medio ambiente y, sobre todo, el coste de inversión es decenas de veces menor que el de los coches eléctricos. Si un coche eléctrico cuesta decenas de millones de dongs, una buena bicicleta solo cuesta unos pocos millones. Esto reduce significativamente la presión financiera sobre trabajadores y estudiantes, los grupos más afectados si se ven obligados a cambiar de medio de transporte en poco tiempo.
Sin embargo, para animar a la gente a usar la bicicleta con confianza, se necesitan diversas políticas complementarias: construir carriles separados, garantizar la seguridad, promover modelos de bicicletas públicas como en Ciudad Ho Chi Minh, Hanói o Da Nang ; organizar campañas para días sin humo y el uso de la bicicleta al trabajo, con la participación de altos directivos para difundir este nuevo estilo de vida. En lugar de centrarnos únicamente en el consenso sobre la transición a vehículos eléctricos, necesitamos ampliar los foros de debate, contribuir a la concienciación y a la transformación de los hábitos de tráfico, y crear espacio para las bicicletas, una solución que no es nueva, pero que nunca pasa de moda.
Fuente: https://www.sggp.org.vn/tai-thiet-van-hoa-di-xe-dap-post807757.html










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