En el contexto de un cambio climático cada vez más severo, las lluvias extremas y las inundaciones urbanas se han convertido en una amenaza constante. Ante esta situación, el modelo de "Ciudad Esponja" emerge como una solución sostenible, que combina infraestructura verde y pensamiento ecológico para ayudar a las zonas urbanas a absorber, retener y reutilizar el agua de lluvia.
Tendencias globales: de China al mundo
El concepto de "ciudad esponja", originario de China, fue desarrollado por el arquitecto paisajista Kongjian Yu a principios de la década del 2000. En consecuencia, la "ciudad esponja" es un modelo urbano diseñado para absorber, almacenar y reutilizar el agua de lluvia como una esponja, en lugar de dejar que se desborde y provoque inundaciones.
Para lograrlo, la ciudad ha aplicado diversas soluciones como aumentar la superficie permeable con materiales permeables para calles y aceras; integrar infraestructura verde con parques inundables, jardines de lluvia, lagos ecológicos, techos y muros verdes; y construir un sistema para almacenar y reutilizar el agua de lluvia a través de tanques subterráneos y canales inteligentes.
Además, se implementan tecnologías modernas como el Internet de las Cosas (IoT), sensores de monitoreo del nivel de agua y sistemas de alerta temprana para una gestión eficaz. El objetivo final es convertir la ciudad en un ecosistema inteligente, adaptarse al cambio climático, reducir las inundaciones y aprovechar al máximo los recursos hídricos naturales.
Kongjian Yu distingue claramente entre infraestructura "gris", como terraplenes de hormigón y alcantarillado subterráneo, e infraestructura "verde", como parques de humedales, lagos ecológicos y jardines de lluvia. Según Yu: La infraestructura gris consume energía y altera los ecosistemas naturales. Mientras tanto, las soluciones ecológicas basadas en la naturaleza son clave para proteger el medio ambiente y a las personas.
Este modelo se ha implantado en más de 250 ciudades de China y ahora se está extendiendo a áreas urbanas como Nueva York, Rotterdam, Montreal, Singapur...
Optimizando la naturaleza, los costos y la comunidad
Según el informe Panorama de las ciudades esponja globales Según Arup, las ciudades con más espacios verdes, suelos permeables y ecosistemas fluviales naturales tendrán mayor facilidad para adoptar este modelo. Tom Doyle, experto de Arup, comentó: “Queremos que las ciudades vean los recursos naturales como una infraestructura que necesita ser protegida y desarrollada”.
El modelo de “ciudad esponja” aporta muchos beneficios prácticos a las ciudades modernas.
En primer lugar, la capacidad de absorber el agua de lluvia ayuda a reducir las inundaciones, especialmente durante las fuertes lluvias causadas por el cambio climático. Además, los espacios verdes como los parques de humedales, los jardines de lluvia y los lagos ecológicos contribuyen a la refrigeración urbana, mejorando la calidad del aire y creando un entorno de vida más saludable para los residentes.
La mejora de la vegetación y los ecosistemas naturales también promueve la biodiversidad, a la vez que proporciona un espacio de convivencia comunitario amigable. Cabe destacar que, en comparación con las soluciones tradicionales de infraestructura de hormigón, este modelo ayuda a ahorrar costos a largo plazo al reducir los costos de mantenimiento, prolongar la vida útil del proyecto y limitar los daños causados por desastres naturales.
Difícil de implementar en zonas altamente urbanizadas
A pesar de aportar numerosos beneficios en términos ambientales, económicos y de resiliencia al cambio climático, la implementación del modelo de “ciudad esponja” aún enfrenta muchos desafíos prácticos.
Uno de los principales desafíos es la limitación del espacio y la propiedad del suelo, especialmente en ciudades desarrolladas como Nueva York o Londres, donde la alta densidad y los altos precios del suelo dificultan la expansión de los espacios verdes. Según el experto Tom Doyle, a pesar de las miles de soluciones verdes que se aplican en zonas como Brooklyn y Queens, aún no son suficientes para compensar la enorme cantidad de espacio impermeable existente.
Además, las características geológicas y del suelo también afectan significativamente la eficacia del modelo. Por ejemplo, Nairobi, a pesar de tener una amplia zona verde, es principalmente arcillosa, lo que reduce la permeabilidad al agua en comparación con Auckland, cuyo suelo arenoso drena fácilmente.
Además, la presión del desarrollo urbano, con la creciente demanda de vivienda e infraestructura, a menudo satura el espacio natural, reduciendo la "esponjosidad" de la ciudad. Finalmente, el costo de inversión inicial para construir o renovar infraestructura verde no es bajo, y requiere una coordinación interdisciplinaria entre planificación urbana, medio ambiente, finanzas y comunidad, un desafío difícil de superar en la práctica.
Lecciones de Dinamarca: del desastre al pionero
En medio de estas oportunidades y desafíos, Copenhague, la capital de Dinamarca, ha demostrado que una ciudad puede transformarse completamente en una “ciudad esponja” si tiene visión y determinación.
El 2 de julio de 2011, una tormenta extrema, considerada "única en un milenio", azotó Copenhague, la capital de Dinamarca, en tan solo dos horas, causando daños por casi 2000 millones de dólares. Este desastre se convirtió en una llamada de atención, impulsando a la ciudad a implementar una reforma integral de su infraestructura urbana, avanzando hacia el modelo de "ciudad esponja".
En lugar de seguir ampliando el sistema de alcantarillado tradicional, Copenhague ha optado por rediseñar los espacios públicos para absorber y almacenar el agua de lluvia. Un ejemplo es el Enghaveparken, renovado para almacenar el equivalente a 10 piscinas olímpicas en tanques subterráneos. Estas mejoras no solo reducen el riesgo de inundaciones, sino que también crean servicios urbanos como lagos ajardinados, zonas de juegos infantiles y fuentes de agua para jardinería.
El enfoque de Copenhague incluye:
- Rediseñar parques y espacios verdes para almacenar agua.
- Combinar infraestructura verde con ingeniería moderna, como reservorios subterráneos, canales de agua y sistemas de alerta temprana.
- Integrar la planificación urbana con la estrategia climática, garantizando la sostenibilidad y la resiliencia a largo plazo.
De acuerdo a Según el Foro Económico Mundial , Copenhague es considerada actualmente una de las ciudades pioneras a nivel mundial en aplicar el modelo de “ciudad esponja” como estrategia de adaptación al cambio climático.
Según el experto Floris Boogaard de la Universidad Hanze (Países Bajos), tenemos la tecnología, lo que necesitamos es voluntad y determinación: “La ingeniería es posible para todo, desde casas flotantes hasta sistemas de almacenamiento de agua, pero lo importante es la voluntad política y el consenso social”.
La ciudad esponja no es solo un modelo técnico, sino también una nueva filosofía de planificación urbana: donde las personas viven en armonía con la naturaleza, en lugar de intentar controlarla. En el futuro, las ciudades que quieran ser resilientes a los desastres naturales deberán transformarse del "hormigón" al "verde", de la confrontación a la adaptación.
Fuente: https://baolangson.vn/thanh-pho-bot-bien-giai-phap-do-thi-xanh-chong-ngap-lut-toan-cau-5060600.html
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