1. Buuz
Buuz es siempre el primer nombre que se menciona como símbolo de las comidas tradicionales (Fuente de la foto: Recopilada)
Cuando se trata de comida mongola, el buuz siempre es el primer nombre que viene a la mente como símbolo de una comida tradicional. El buuz es un pastel de carne al vapor, generalmente elaborado con carne picada de cordero o ternera mezclada con cebolla, ajo y especias locales. La masa tiene una forma redonda y delicada, y su gruesa corteza retiene el dulce jugo en su interior; al morderla, desprende el aroma rústico de la hierba y la rica carne fresca.
El buuz no solo es un plato popular en la vida diaria, sino también indispensable en las festividades del Año Nuevo mongol, especialmente en el Tsagaan Sar, el Año Nuevo tradicional de esta nación. En los fríos días de principios de primavera, sentados en una acogedora tienda ger junto al fuego rojo, disfrutando de un buuz caliente, los viajeros sentirán la sincera hospitalidad y el espíritu comunitario de la gente local.
El sabor del buuz no es sofisticado, pero está lleno del sabor de la estepa. Este plato mongol extrae la esencia de la naturaleza agreste, desde las ovejas errantes hasta las hábiles manos de las mujeres nómadas. Disfrutar del buuz una vez es tocar el alma de la cocina mongola.
2. Khuushuur
Khuushuur es un pastel frito crujiente con forma de media luna (Fuente de la imagen: Recopilada)
En las sinuosas carreteras de Mongolia, no es difícil encontrar pequeños puestos callejeros que destilan el delicioso aroma del khuushuur: crujientes pasteles fritos con forma de media luna. El khuushuur se elabora con masa, se sazona con cordero o ternera, se envuelve y se fríe hasta dorarse.
La exquisitez del khuushuur no reside en su sofisticación, sino en su sabor rústico que evoca el estilo de vida nómada. La corteza crujiente envuelve el graso relleno, y el fragante jugo de la carne se extiende por el paladar desde el primer bocado. En los días fríos, sostener un khuushuur caliente y recién frito en la mano es como si toda la estepa mongola susurrara en la palma.
El khuushuur también es un plato popular en Mongolia durante el festival Naadam, un lugar donde convergen el espíritu deportivo y la cultura tradicional. Desde niños hasta ancianos, todos hacen fila con entusiasmo para disfrutar del aromático khuushuur, un elemento indispensable de los recuerdos de la infancia y el orgullo nacional.
3. Tsuivan
Tsuivan es un plato tradicional de fideos salteados, elaborado con fideos frescos amasados a mano (Fuente de la foto: Collected)
En el viajede descubrimiento de la cocina mongola, el tsuivan destaca como un plato conmovedor, sencillo pero inolvidable. El tsuivan es un plato tradicional de fideos salteados, elaborado con fideos frescos amasados a mano, cortados en rodajas y salteados con carne de res o cordero, zanahorias, cebollas y, a veces, rábano blanco.
La combinación de ingredientes crea un plato delicioso y nutritivo que aporta la energía necesaria para la dura vida nómada. Lo especial del tsuivan es el sabor suave y masticable de los fideos, la riqueza de la carne, el dulzor de las verduras y el ligero aroma ahumado del fuego tradicional. Cada familia tiene una forma diferente de preparar el tsuivan, lo que refleja la personalidad y el estilo de vida únicos de cada región de Mongolia.
Mientras saboreas tsuivan en una tienda nómada, puedes imaginar el eco de los cascos de los caballos en la distancia, las manadas de ganado pastando tranquilamente y la vida lenta y poética de los nómadas. Esta es la cocina mongola que conecta con delicadeza y sinceridad la memoria, la cultura y la vida moderna.
4. Boodog
Boodog es un plato único elaborado con carne de cabra o marmota (Fuente de la foto: Recopilada)
Si el buuz o el khuushuur representan la dulzura y la sofisticación, el boodog es la personificación de la naturaleza salvaje, la fuerza y la audacia en la cocina nómada. El boodog es un plato único elaborado con carne de cabra o marmota. La carne se limpia, se marina y se cocina colocando piedras al rojo vivo dentro del cuerpo ahuecado del animal.
Sin ollas ni sartenes, ni horno ni cocina de gas, todo el proceso de cocción del boodog se lleva a cabo en plena naturaleza, con las manos y las técnicas tradicionales de los mongoles. Al cocinarse, la piel exterior brilla, adquiere un atractivo color marrón oscuro y desprende un rico aroma que invita incluso al viajero más exigente.
El boodog no es solo un plato ceremonial en Mongolia, sino también una experiencia cultural inolvidable. Cada vez que disfrutas del boodog, te adentras en un mundo de gastronomía prístina, donde la naturaleza y el ser humano se fusionan en una danza culinaria única, audaz y seductora.
5. Airag
La leche de yegua fermentada es una bebida tradicional de los mongoles desde hace siglos (Fuente de la foto: Recopilada)
Entre los platos mongoles que cautivan a los viajeros, es imposible no mencionar el airag, leche de yegua fermentada, una bebida tradicional mongola desde hace siglos. El airag no solo es una bebida refrescante, sino también un símbolo cultural, estrechamente vinculado a la vida espiritual y las costumbres indígenas.
La leche de yegua recién exprimida se fermenta en barriles tradicionales de cuero o madera. El proceso de fermentación dura varios días, dando lugar a una bebida con un sabor ligeramente ácido y fuerte, y un toque de levadura picante. El airag tiene un efecto refrescante, facilita la digestión y se considera un ingrediente indispensable en reuniones familiares, festivales o para recibir invitados distinguidos.
Sentados bajo una carpa blanca en medio de la vasta estepa, con un tazón de airag en la mano, los visitantes sentirán la cercanía y la sinceridad del pueblo mongol. Este plato mongol no requiere masticación, pero conmueve el corazón. Su ligero sabor agrio, combinado con la fresca brisa, embriaga no solo con la leche, sino también con el amor y el cariño de esta tierra.
La cocina mongola no es ostentosa ni sofisticada, pero posee una profundidad cultural y características únicas que no se pueden confundir. Entre las vastas praderas, el viento salvaje y el relincho de los caballos, cada plato es una canción nómada, un fragmento del alma nacional. Si tiene la oportunidad de visitar esta tierra, no se limite a admirar las montañas; siéntese con los lugareños y comparta una comida sencilla pero afectuosa. Porque solo así podrá sentir verdaderamente la belleza de la gastronomía mongola, donde la cultura, la gente y la naturaleza se funden en una sinfonía infinita de libertad.
Fuente: https://www.vietravel.com/vn/am-thuc-kham-pha/mon-an-o-mong-co-v17425.aspx
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