El dispositivo fue desarrollado conjuntamente por ingenieros aeroespaciales de Nanjing, Shanghái y Shenyang. Basado en el principio de la pólvora surgido en el siglo IX, esta tecnología se perfeccionó para satisfacer las necesidades de la era espacial, con las ventajas de ser compacto, preciso y con pocos efectos secundarios.

A diferencia de los fuegos artificiales convencionales, que producen destellos, humo y fuertes vibraciones, el nuevo dispositivo prácticamente no produce humo ni destellos, y solo produce vibraciones muy leves al dispararse. Esto se logra mediante un mecanismo hermético y de absorción de energía. Su estructura permite que el proyectil que contiene la red de basura se lance con precisión sin afectar al lanzador ni al sofisticado equipo que lo rodea.
El proceso consiste en: al disparar, se enciende una pequeña cantidad de pólvora, generando gas a alta presión que impulsa el pistón hacia adelante. A una presión predeterminada, una delgada sección de la estructura se separa, liberando la bala. Cerca de la boca del cañón, un anillo metálico inclinado 35° absorbe la mayor parte de la energía y la vibración, doblándose para absorber el retroceso y permitiendo que la bala salga del cañón con suavidad. El tapón de gas retiene todo el gas en su interior, impidiendo que se libere al entorno orbital.
El equipo afirma que el ángulo de inclinación de 35° es clave. Las pruebas han demostrado que este ángulo reduce el empuje máximo en más de un 9% en comparación con un anillo de inclinación de 20°, a la vez que limita el desplazamiento del cañón a tan solo 3,45 mm. Esto permite un funcionamiento fluido y estable sin afectar negativamente a los instrumentos del satélite.
Otra ventaja es que su estructura es compacta, no requiere alimentación externa ni mantenimiento, y puede producirse en masa en fábricas estándar. A diferencia de los cañones electromagnéticos, que requieren grandes fuentes de energía, bobinas superconductoras y complejos sistemas de refrigeración, el nuevo dispositivo utiliza tecnología probada, es económico y duradero, ideal para un despliegue orbital a largo plazo.
El objetivo principal del sistema es abordar el creciente problema de la basura espacial, que incluye miles de satélites desmantelados y etapas de cohetes abandonadas. La cápsula, con su red de soporte, puede desplegarse, envolver objetos, capturarlos y arrastrarlos a la atmósfera para su combustión, lo que ayuda a limpiar el entorno orbital y a reducir el riesgo de colisiones.
Gracias a su diseño modular, el dispositivo puede integrarse en diversos satélites y estaciones espaciales. Su precisión, funcionamiento sin vibraciones y sin contaminación lo hacen ideal para misiones de mantenimiento a largo plazo y eliminación de escombros en órbita.
Fuente: https://khoahocdoisong.vn/trung-quoc-thu-nghiem-luoi-bat-rac-vu-tru-post2149045390.html
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