¿Fraude o asistencia?
En Estados Unidos, la tecnología de IA se está infiltrando cada vez más en las escuelas, pero poco a poco surge una paradoja. En declaraciones al New York Times, Jennifer Carolan, exprofesora de historia y fundadora de Reach Capital, un fondo de inversión especializado en herramientas de aprendizaje de IA, señaló que «la tecnología de IA ya está siendo utilizada por un gran porcentaje de profesores y estudiantes». Sin embargo, a algunos docentes les preocupa que las empresas tecnológicas estén centrando sus esfuerzos en desarrollar aplicaciones como la tutoría mediante chatbots, lo que altera las relaciones humanas —la base de la educación— , en lugar de crear herramientas para reducir las cargas administrativas.
Mientras tanto, muchos estudiantes de secundaria en este país ya están bastante familiarizados con el uso de la IA en sus estudios. De hecho, en algunas plataformas de redes sociales, los estudiantes han estado compartiendo "trucos" para resolver problemas difíciles, como "tomar una foto del problema de matemáticas y colocarla en una de las aplicaciones gratuitas de IA, y el resultado está ahí al instante con la respuesta y la solución paso a paso". Muchos educadores en este país han criticado a los estudiantes que usan aplicaciones de matemáticas como PhotoMath o Google Lens (ambos productos de Google) como una forma de hacer trampa. Sin embargo, no pueden negar que la IA es muy útil en su trabajo, por ejemplo, para analizar los datos de aprendizaje y el comportamiento de los estudiantes para formar grupos de apoyo, ahorrar tiempo en tareas repetitivas e incluso "externalizar" tareas importantes como la calificación de ensayos o el apoyo a estudiantes con dificultades.
No solo en Estados Unidos, sino también en muchos otros países del mundo, la IA se aplica cada vez más a la educación. Numerosos ejemplos demuestran que asignaturas áridas como la historia pueden convertirse en interesantes viajes de descubrimiento si se utiliza correctamente. En el Reino Unido, el Museo de Historia Natural de Londres utiliza la IA para analizar millones de artefactos antiguos y recrear el comportamiento de organismos antiguos mediante vívidas imágenes en 3D, lo que ayuda a los estudiantes a experimentar la historia visualmente en lugar de simplemente leer libros de texto. En Corea del Sur y Japón, los docentes utilizan la IA para crear lecciones interactivas donde los estudiantes se sitúan en el contexto de un acontecimiento histórico, como la Conferencia de San Francisco o la Revolución Meiji, y deben tomar decisiones como si fueran personajes de esa época. Este método de juego de roles ayuda a que la historia vaya más allá de una serie de acontecimientos que memorizar, convirtiéndose en un entorno donde los estudiantes pueden practicar el pensamiento crítico, comprender el contexto sociopolítico y comprender mejor las decisiones éticas del pasado.
En Estados Unidos, muchas escuelas secundarias han adoptado plataformas como Chronicle AI, una herramienta que permite a los estudiantes "conversar" con figuras históricas como Abraham Lincoln o Martin Luther King Jr., utilizando IA para simular su lenguaje y personalidad, mejorando así la memoria y el pensamiento crítico. De igual manera, en Providence, Rhode Island, un profesor de historia de secundaria entrenó a ChatGPT utilizando docenas de páginas de libros de texto escritos por él mismo para acortar textos, crear ejemplos de tareas y producir ensayos con errores para enseñar a los estudiantes a analizar. También compartió abiertamente su uso de IA con sus estudiantes, una forma de educarlos sobre ética digital.
El negocio multimillonario de la educación
Aprovechando el potencial de la IA para abordar los desafíos tanto de los estudiantes como del sistema educativo, muchas empresas tecnológicas en EE. UU. han desarrollado rápidamente herramientas relacionadas. Por ejemplo, MagicSchool y Brisk Teaching ofrecen herramientas automatizadas de retroalimentación para tareas de escritura, lo que ayuda a los profesores a calificar los ensayos de los estudiantes.
La tecnología de IA se utiliza incluso en la calificación de exámenes importantes. Por ejemplo, el estado de Texas (EE. UU.) firmó un contrato de 391 millones de dólares con Cambium Assessment para la calificación automatizada. Si bien no se trata de IA que genere contenido nuevo, sigue siendo una herramienta de IA entrenada con miles de exámenes calificados. Estas herramientas aún tienen un margen de error y deben ser supervisadas por personas. Sin embargo, el director del Departamento de Educación de Texas cree que el margen de error sigue siendo menor que la probabilidad de error causada por la calificación humana; en algunos casos, la IA puede proporcionar una mayor precisión.
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Todas las herramientas tecnológicas utilizadas en el aula deben ser evaluadas rigurosamente. |
En los últimos dos años, empresas que combinan IA y educación han recaudado 1.500 millones de dólares en financiación. Grandes corporaciones como Google, Microsoft y Khan Academy también promueven activamente la integración de la IA en la investigación, la tutoría y el diseño de contenido educativo. Sin embargo, esta oleada de aplicaciones también conlleva desafíos. Algunas localidades han experimentado fracasos al colaborar con startups emergentes en el desarrollo de chatbots educativos, sufriendo posteriormente consecuencias financieras y reputacionales debido a productos de baja calidad o infracciones graves, y enfrentando repercusiones legales por acusaciones de fraude.
Todas las herramientas tecnológicas en el aula deben ser evaluadas rigurosamente.
La tecnología en general, y la IA en particular, en la educación actual se está convirtiendo en un tema delicado en muchos países del mundo , no solo por su complejidad operativa, sino también por su naturaleza multifacética, su constante cambio y la dificultad de definir límites claros. Por lo tanto, las soluciones a este problema deben ser integrales, flexibles y adecuadas para cada nivel educativo y localidad. Una herramienta eficaz para estudiantes urbanos puede no ser necesariamente adecuada para estudiantes rurales, y viceversa.
Muchos expertos y educadores coinciden en que la tecnología, si bien es útil, se desarrolla demasiado rápido como para que las escuelas puedan adaptarse y controlarla. Muchas herramientas se introducen en el aula no por necesidades reales, sino porque las empresas tecnológicas las ofrecen gratuitamente o a bajo precio. Es necesario invertir este orden: las escuelas deben partir de las necesidades reales, identificar claramente qué es lo que realmente beneficia a los estudiantes y, a continuación, elegir las herramientas adecuadas. Gran parte de la tecnología existente no está desarrollada específicamente para la educación, sino que se trata de productos comerciales adaptados. Por lo tanto, su eficacia real, si la hay, a menudo no está demostrada. Incluso las aplicaciones de IA más promocionadas pueden presentar problemas fundamentales, como la imposibilidad de resolver problemas matemáticos sencillos.
En este contexto, es crucial que cada herramienta aborde dos preguntas clave: “¿Es realmente necesaria?” y “¿Es la mejor manera de llevar a cabo la tarea educativa?”. Evidentemente, no se trata solo de una cuestión tecnológica, sino también de ética profesional y eficacia pedagógica.
Según las recomendaciones de expertos en educación estadounidenses, a nivel de políticas, una agencia independiente debería evaluar y reevaluar periódicamente los productos de tecnología educativa, a la vez que establece regulaciones estrictas sobre la seguridad de los datos de los estudiantes. Todos los datos recopilados deben destruirse una vez cumplido su propósito y no deben reutilizarse ni emplearse para el entrenamiento de IA. A nivel local, se necesitan acciones concretas, como la contratación de un director de seguridad de la información para revisar y controlar todo el software educativo dentro del sistema. Además, exigir a los proveedores que proporcionen versiones impresas y digitales del mismo contenido didáctico es una forma eficaz de garantizar la flexibilidad y evitar una dependencia excesiva de la tecnología. En el aula, los docentes pueden comenzar con cosas sencillas como probar las herramientas que utilizan antes de su implementación generalizada: ¿ofrece la herramienta algo nuevo o simplemente repite lo que ya existe? A veces, una solución que no requiere software, como pedir a los estudiantes que giren sus pantallas hacia el docente, puede ser igual de efectiva sin el costo.
En definitiva, el aspecto más valioso de la educación no reside en la tecnología, sino en la conexión humana. Las escuelas no son solo lugares para impartir conocimientos, sino también espacios donde los estudiantes aprenden a vivir, sentir y conectar con valores profundos. La tecnología puede apoyar, pero no reemplazar, el rol de la presencia genuina y el compañerismo. En un mundo saturado de datos y algoritmos, lo que más necesitan los estudiantes son relaciones sinceras, humanas e inspiradoras.
Fuente: https://baophapluat.vn/ung-dung-cong-nghe-ai-trong-giao-duc-coi-mo-nhung-than-trong-post546652.html







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