(QBĐT) - Mayo tiene una belleza suave y duradera, a diferencia de cualquier otro mes del año. Es la transición entre el bullicio y el silencio, entre el comienzo y la separación. Cada vez que llega mayo, mi corazón zumba con melodías susurrantes como una vieja canción que resuena en la memoria, tocando suavemente los rincones más profundos de mi alma en el color rojo de las flores de poinciana real en el patio de la escuela, el sonido chirriante de las cigarras llamando al verano, y en las páginas escritas apresuradamente de mi diario, transmitiendo tantos sueños, sentimientos persistentes y esperanzas de un mañana que aún no ha llegado.
He pasado por muchos meses y años, por muchas temporadas de sol brillante, muchas temporadas de flores de poinciana real en flor, y todo ese tiempo me ha imbuido de emociones dulces y persistentes. Sin embargo, cada vez que llega mayo, todavía me siento emocionado y conmovido. Parece que los meses tienen una extraña atracción, algo muy especial, que nos hace no poder evitar volver a mirarlos, a revivir los momentos bellos de la vida.
¿Puedes sentirlo? Se acerca mayo. Mayo de sol, mayo de viento, mayo de lluvia. Las primeras lluvias de la temporada, lluvias suaves pero suficientes para disipar el calor sofocante del verano. La lluvia cayó sobre los jóvenes árboles de poinciana real, haciendo que las hojas verdes fueran aún más frescas. Las flores de la poinciana real comienzan a florecer con un rojo brillante, como pequeñas llamas en el patio de la escuela, como los sueños ardientes de la edad escolar. La lluvia parecía mezclarse con el canto de los niños, con sus sueños sobre el futuro, sobre los días que están por venir y aún muy lejanos.
Mayo es también la temporada de las despedidas, la temporada de los dulces recuerdos pero también llena de arrepentimientos. La temporada de ojos llorosos y cálidos apretones de manos entre amigos cercanos. En pocas semanas, las flores de poinciana real pasarán por la puerta de las aulas, saludando a los estudiantes y a los jóvenes inocentes con su brillante color rojo. Se acerca el verano, también la época en la que pasan los últimos días de colegio, dejando en el corazón de todos tantos sentimientos de tristeza. Resonaron las canciones antes de partir, las letras apasionadas y entrecortadas calmaron el espacio en el cielo de mayo.
Mirando hacia atrás, cada vez que la clase se acerca al final del año escolar, todavía siento claramente las tardes soleadas, cuando sonaba el timbre de la escuela, señalando el final de las clases. Toda la clase salió corriendo al patio, caminando y charlando animadamente, sus risas resonando por todo el patio soleado... Me detuve bajo un viejo árbol de poinciana real en la esquina del patio de la escuela, mis ojos captaron las flores rojas de poinciana real como fuego de verano cayendo lentamente. El viento soplaba suavemente, trayendo el canto de las cigarras y el olor de la luz del sol, haciendo que de repente mi corazón se encogiera. Se acerca el verano, lo que significa que el año escolar está a punto de terminar, habrá despedidas, tal vez adiós a los escritorios y sillas familiares, y quién sabe, tal vez incluso a los amigos que me han acompañado durante todo mi tiempo en uniforme blanco. Me agaché, recogí un pétalo de poinciana real y lo sujeté con cuidado a la última página de mi cuaderno, como si quisiera conservar algo del verano, de una época que, por más lejos que fuera, nunca podría olvidar.
Así, las hojas verdes se mecían en las ramas del joven árbol fénix, como si llamaran al verano, y las flores del fénix que florecían brillantemente en medio del patio de la escuela eran como pequeñas llamas que ardían en los corazones de cada estudiante. El sonido de las cigarras cantando desde las copas de los árboles se sumaba a la emoción de este espacio familiar. En ese momento, todos llevaban una nueva esperanza en el futuro. Cada mirada, cada paso está dirigido hacia adelante, hacia sueños y ambiciones que aún no han tomado forma.
Mayo es como un cálido susurro, como una suave sonrisa en medio del ajetreo de la vida, que nos recuerda que debemos amar y apreciar cada momento presente, porque esos momentos serán provisiones preciosas para el futuro. Cada vez que florece la poinciana real, cada mes y cada año que pasa silenciosamente, un nuevo deseo surge en mi corazón, como una pequeña ola que acaricia silenciosamente mi corazón, aunque no pueda hacerse realidad inmediatamente. Pero los años siempre me dan una fuerte fe en un mañana brillante, como la cálida luz que se filtra a través de cada rayo de sol.
Los sueños no son sólo deseos privados, sino creencias en la amistad verdadera, en un amor inmenso y en los días de juventud que nunca regresarán. Por eso, mayo no sólo es el mes de las aspiraciones y de los deseos ardientes, sino también el mes de los dulces altibajos, lleno de emociones esperanzadoras. Y aunque hayan pasado los años, esos recuerdos siempre serán parte del corazón de todos, como una llama cálida que nunca se apaga, una fuerte motivación para cada paso del camino por delante.
Fuente: https://baoquangbinh.vn/van-hoa/202505/uoc-vong-thang-nam-2226262/
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