Según SCMP, los satélites Shijian-21 y Shijian-25 de China pueden haberse conectado con éxito por primera vez para reabastecerse de combustible en órbita geoestacionaria, lo que marca un avance que Estados Unidos todavía está tratando de lograr para 2026.
Según la empresa estadounidense de monitoreo espacial COMSPOC, del 2 al 6 de julio, los datos ópticos mostraron que los dos satélites "parecían haberse fusionado visualmente", lo que significa que habían realizado una maniobra de acoplamiento y acoplamiento (RPO) de varios días.
Se trata de un proceso extremadamente complejo, que requiere gran precisión, ya que dos naves espaciales no tripuladas deben acoplarse en un entorno de microgravedad a una altitud de más de 35.000 km sobre el ecuador.
Anteriormente, desde junio, estos satélites han realizado aproximaciones cercanas en numerosas ocasiones. La primera aproximación se registró el 11 de junio, cuando Shijian-25 comenzó a desplazarse gradualmente hacia Shijian-21. El 13 de junio, se encontraban a solo 1 km de distancia, para luego separarse 90 minutos después.
A finales de junio, los datos de la empresa suiza s2a systems mostraron que se habían acercado y a partir del 2 de julio eran prácticamente indistinguibles en las imágenes de vigilancia.
Shijian-25 fue lanzado en enero de 2025 con la misión de probar la tecnología de “reabastecimiento de combustible y extensión de la vida útil de los satélites”.
Mientras tanto, Shijian-21, que entró en órbita en 2021 para probar su capacidad de reducir los desechos espaciales, utilizó la mayor parte de su combustible a principios de 2022 para llevar un satélite de navegación BeiDou averiado a una órbita “cementerio”.
Las autoridades chinas han priorizado el reabastecimiento de combustible y la retirada de basura espacial, con el objetivo de reducir costes, prolongar la vida útil de la nave y reducir el riesgo de colisión de escombros. Se espera que la tecnología utilice brazos robóticos, redes o láseres para recoger y eliminar los residuos.
Estados Unidos sigue de cerca estas pruebas porque, además de fines civiles, podrían tener aplicaciones militares , como desactivar satélites enemigos para navegación, comunicaciones y alerta temprana de misiles.
A pesar de invertir en tecnología similar, Estados Unidos ha encontrado numerosos obstáculos. La misión OSAM-1 de la NASA se canceló en 2023 tras años de retrasos y sobrecostos.
Anteriormente, en 2007, DARPA había tenido éxito con el proyecto Orbital Express de reabastecimiento automático, pero en órbita baja y con un nivel de complejidad mucho menor que la órbita geoestacionaria.
La Fuerza Espacial de Estados Unidos está solicitando actualmente alrededor de 20 millones de dólares del presupuesto de 2025 para continuar la investigación y las pruebas de reabastecimiento orbital; se espera que las pruebas comiencen el próximo verano.
Fuente: https://www.vietnamplus.vn/ve-tinh-trung-quoc-duong-nhu-da-dat-ky-tich-tiep-nhien-lieu-tren-khong-gian-post1049484.vnp
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