
China amplía el número de fábricas e instalaciones de producción, pero los niveles de contaminación ambiental disminuyen drásticamente (Ilustración: SCMP).
Durante décadas, China ha sido la "fábrica del mundo " con una rápida industrialización, pero también ha enfrentado una grave contaminación ambiental.
Sin embargo, en menos de dos décadas, el país ha experimentado una transformación notable: el número de fábricas e instalaciones manufactureras ha aumentado, pero el nivel de contaminación ambiental ha disminuido drásticamente.
Se considera una revolución tecnológica verde, un modelo de desarrollo que mantiene la producción y controla el impacto ambiental a una escala sin precedentes.
Revolución de la tecnología verde
El Sr. Ma Jun, quien fundó el Instituto de Asuntos Públicos y Medio Ambiente (IPE) en 2006, dijo que las cifras iniciales sobre la contaminación ambiental en China sorprendieron al público.
Los datos de monitoreo del IPE muestran que aproximadamente el 28% de las fuentes de agua en todo el país están severamente contaminadas e inutilizables, lo que afecta a casi 300 millones de personas y causa brotes de enfermedades en algunas áreas.
Esta situación refleja el lado negativo de una industrialización apresurada, cuando los sistemas de tratamiento de residuos y los marcos de gestión ambiental no han seguido el ritmo de la velocidad de expansión de la producción.
Son estas terribles advertencias las que han impulsado a China a endurecer sus políticas medioambientales e invertir fuertemente en tecnología verde.
Hoy en día, el panorama ha cambiado drásticamente: más del 90% de los puntos nacionales de monitoreo de la calidad del agua están clasificados como “excelentes”, “buenos” o “regulares”.
China también ha logrado grandes avances en el control de la contaminación atmosférica. Los datos de EPIC de 2015 a 2022 muestran que la concentración media anual de PM2,5 ha disminuido un 35,6 % a nivel nacional.
Se trata de un logro notable, sobre todo cuando las grandes ciudades han sufrido una densa “smog” que ha obligado a escuelas y fábricas a cerrar temporalmente.
Detrás de este resultado hay una combinación de muchos factores: un sistema de monitoreo ambiental en tiempo real ampliamente implementado, políticas de impuestos y tarifas ambientales que incentivan a las empresas a invertir en tecnología limpia, así como un fuerte impulso a la transición energética del carbón a fuentes renovables.

La turbina eólica más grande del mundo, la MySE 16-260, fue construida por Mingyang Smart Energy (Foto: MSE).
Iniciativas como Blue Map permiten al público monitorear las emisiones corporativas en tiempo real, creando presión para la transparencia y obligando a las fábricas a cumplir con los estándares ambientales.
Al mismo tiempo, la construcción de parques industriales circulares ayuda a reutilizar materias primas, energía y minimizar los residuos, contribuyendo a la formación de una economía circular.
La política fiscal de protección del medio ambiente, aplicada desde 2018, junto con el mecanismo de mercado de fuentes de emisiones, también contribuye a crear un marco jurídico y unos incentivos económicos lo suficientemente fuertes para que las empresas encuentren voluntariamente soluciones para reducir las emisiones.
Los observadores internacionales dicen que el éxito de China podría ser un testimonio de un nuevo modelo de desarrollo industrial: en lugar de cambiar el medio ambiente por crecimiento, es totalmente posible mantener el impulso de la producción y al mismo tiempo mejorar la calidad de vida a través de la innovación tecnológica.
Lecciones para Vietnam
Al igual que China en el pasado, Vietnam se enfrenta a una situación de contaminación del aire muy grave.

Con la expansión de los modelos de producción y las zonas industriales, Vietnam necesita aprender de los países desarrollados para controlar la contaminación (Ilustración: China Daily).
Según los resultados del monitoreo en 2021, solo 6 provincias/ciudades cumplieron con los estándares de aire QCVN 05:2013 (25 µg/m³) y ningún lugar cumplió con los estándares de la OMS (5 µg/m³), siendo el polvo PM2.5 el principal factor causante del aumento de enfermedades respiratorias en niños, especialmente en la estación seca de noviembre a abril.
Las estadísticas de 2023 también muestran que el índice promedio de PM2.5 en Vietnam es casi 6 veces mayor que el nivel recomendado por la OMS, especialmente en ciudades grandes como Hanoi y Ho Chi Minh.
En junio de 2024, UNICEF afirmó que Vietnam era el segundo país más contaminado de la ASEAN y el 22.º a nivel mundial, y Hanoi ocupaba el octavo lugar entre las ciudades más contaminadas del mundo.
En ese contexto, los expertos creen que Vietnam puede aprender de la experiencia de China a través de soluciones específicas como: construir un sistema de monitoreo ambiental en tiempo real, emitir políticas de impuestos o tarifas ambientales, incentivar la inversión en tecnología de producción verde y desarrollar un modelo de parque industrial circular.
Sin embargo, para crear verdaderamente eficiencia en el sector ambiental, es necesario que haya más transparencia en los datos ambientales, herramientas de monitoreo público e incentivos para que las empresas inviertan en tecnología limpia, como ha sucedido con éxito en China.
Si se implementan seriamente, las lecciones de la revolución tecnológica verde de China pueden ayudar a Vietnam a encontrar un camino de desarrollo que proteja el medio ambiente y promueva el crecimiento económico sostenible.
Fuentes de datos: OMS, UNICEF, EPIC, IQAir, MEE
Fuente: https://dantri.com.vn/khoa-hoc/bai-hoc-tu-cuoc-cach-mang-cong-nghe-xanh-cua-trung-quoc-20250909082239230.htm
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