
La tormenta de agujeros es un fenómeno raro y peligroso (foto ilustrativa).
La tormenta número 5, llamada internacionalmente Kajiki, está tocando tierra en el centro de Vietnam.
El Dr. Nguyen Ngoc Huy, conocido en la comunidad en línea como "Huy Weather" y con más de medio millón de seguidores en su página personal, recientemente hizo algunos comentarios notables relacionados con esta tormenta, incluyendo la mención de la "tormenta del ojo de la aguja".
Este concepto rara vez se menciona en la vida diaria, pero es uno de los tipos de tormenta más peligrosos según los meteorólogos. Entonces, ¿qué es una tormenta de ojo de aguja y por qué se considera una señal de alerta de supertormentas?

Trayectoria prevista de la tormenta Kajiki (Foto: Sistema de Monitoreo de Desastres de Vietnam).
¿Qué es una tormenta de agujero de alfiler?
Entre los fenómenos meteorológicos extremos, las tormentas tropicales siempre se caracterizan por vientos fuertes, lluvias torrenciales y olas gigantes. Sin embargo, entre los tipos de tormenta, los meteorólogos están particularmente interesados en una estructura poco común, pero a menudo asociada con una destrucción impredecible: los huracanes de ojo de alfiler.
Se trata de un fenómeno en el que el ojo de una tormenta (la región central tranquila rodeada por la pared del ojo) tiene una estructura que se encoge a un tamaño extremadamente pequeño, pareciendo un “agujero de alfiler” cuando se observa desde un satélite.
Normalmente, el ojo de un huracán tiene un diámetro de entre 32 y 64 km. Sin embargo, en una tormenta de pequeño tamaño, este tamaño se reduce a menos de 16 km. En las imágenes satelitales, el ojo de la tormenta es prácticamente un pequeño punto entre densas nubes arremolinadas.
Este estrechamiento no es sólo una formalidad, sino que también señala un mecanismo físico especial: la tormenta gira más rápido y tiende a fortalecerse.
¿Por qué el ojo de una tormenta es más pequeño y la tormenta más fuerte?

El ojo del huracán Dennis tiene sólo unos 8 km de ancho (Foto: NOAA).
Los meteorólogos suelen comparar este fenómeno con el de un bailarín que gira: al juntar los brazos, aumenta la velocidad de rotación. En el caso de los huracanes, este mismo principio se denomina conservación del momento angular.
A medida que el ojo se estrecha, el aire que gira alrededor del centro de la tormenta debe moverse más rápido, lo que provoca un aumento drástico de los vientos en la pared del ojo. Esto explica por qué las tormentas de agujero de alfiler suelen alcanzar rápidamente la fuerza de un supertifón.
Una característica preocupante de las tormentas estenopeicas es su capacidad de intensificarse o debilitarse repentinamente. Su pequeño tamaño las hace más sensibles a los cambios ambientales, desde la temperatura superficial del mar hasta las corrientes atmosféricas circundantes.
Esto dificulta la previsión, especialmente al proporcionar alertas tempranas a las zonas costeras. Muchas tormentas aparentemente estables se han intensificado repentinamente a las pocas horas de la aparición del ojo.
La historia meteorológica ha registrado varios casos impactantes de tormentas con forma de ojo. Entre ellos, el huracán Wilma (2005) en el océano Atlántico tuvo un ojo de tan solo 5 km de ancho, el más pequeño jamás observado en la región, y también la tormenta con una baja presión récord de 882 hPa.
En el Pacífico , el súper tifón Haiyan (2013) arrasó Filipinas con vientos de más de 300 km/h, mostrando además que el ojo de la tormenta se estrechó extremadamente antes de tocar tierra, dejando tras de sí terribles daños a personas y propiedades.
Advertencia de los científicos
Gracias a los avances en la tecnología satelital, especialmente los sistemas de observación geoestacionarios de nueva generación como GOES-19, los científicos pueden monitorear la estructura detallada de la pared del ojo en tiempo real.
Esto ayuda a identificar el ojo de una tormenta con antelación y a combinarlo con modelos numéricos para predecir su tendencia a fortalecerse. Sin embargo, los expertos aún admiten que existen muchas lagunas en la comprensión, especialmente sobre el mecanismo interno que provoca el estrechamiento repentino del ojo de una tormenta.
Una investigación de la Universidad de Colorado y el Servicio Meteorológico Nacional (NCAR) muestra que casi el 60% de las tormentas que desarrollan paredes de ojo luego se transforman en supertifones de categoría 3 o superior.
Esto sugiere que el ojo de la aguja no es solo un signo morfológico distintivo, sino también un indicador temprano de peligro extremo. A medida que el cambio climático aumenta el riesgo de fenómenos meteorológicos extremos, comprender y monitorear de cerca este fenómeno se vuelve más urgente.
Fuente: https://dantri.com.vn/khoa-hoc/bao-mat-kim-nguy-hiem-nhu-the-nao-20250824125144159.htm
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