Hay escuelas que establecen una puntuación mínima de 12 en tres asignaturas, es decir, 4 puntos por cada una. Así que solo necesitas estar "un poco por debajo del promedio" para solicitar plaza en la universidad. Parece fácil, pero ¿es realmente así como se entra en la universidad o es una trampa?

La puntuación mínima, en esencia, es solo la puntuación mínima para que una universidad acepte solicitudes, no la puntuación de admisión. Sin embargo, cada temporada de exámenes, decenas de miles de candidatos, y sus padres, creen erróneamente que una puntuación mínima baja significa que tienen posibilidades de ingresar. Mucha gente se decepciona cuando la puntuación estándar final es 5 o 6 puntos superior a la mínima; algunas carreras incluso la superan en 8 puntos. Se inscriben, esperan, y luego... fracasan, arrepentidos.
Este año, el bajo rango de puntajes y las preguntas de examen tan diferenciadas han generado preocupación en muchas universidades por la falta de candidatos. Además, las mejores universidades han ampliado sus cupos de matrícula, las escuelas militares han reanudado la matrícula civil, etc., lo que ha generado una gran presión competitiva. Para no perderse ningún candidato, muchas escuelas han ampliado su selección, anunciando un puntaje mínimo sin precedentes.
Y así, ante los ojos de los candidatos se desata una batalla de... puntuaciones mínimas "falsas". Todas las universidades invitan, todas las especialidades usan trucos, incluyendo carreras de moda como inteligencia artificial, ciencia de datos, diseño gráfico, derecho, comunicación... La puntuación mínima bajó de 24 a 18, de 20 a 15. Escuelas públicas, privadas, prestigiosas o jóvenes, todas compiten por un lugar en la batalla por retener las plazas de los estudiantes.
Pero hay una pregunta que debe hacerse: si 4 puntos por asignatura es también el "mínimo", entonces ¿qué "calidad" conserva aún la universidad?
En años anteriores, campos especializados como la educación, la medicina e incluso los semiconductores exigían calificaciones altas y estrictas. Pero ahora, muchas instituciones han reducido sus calificaciones para cumplir con sus cuotas. Entonces, ¿cómo podemos garantizar la calidad de la formación y fomentar el desarrollo de recursos humanos clave?
El sueño de la universidad es legítimo. Pero si lo cambias por una admisión fácil, con expectativas deshonestas, entonces serás tú quien pague las consecuencias: cuatro años de trabajo duro en una carrera inadecuada, un título de escaso valor y una juventud perdida.
La universidad no es un lugar para "escapar" de un fracaso académico. Tampoco es un lugar para que la sociedad presione a los jóvenes de 18 años solo para obtener un título de "estudiante". Al fin y al cabo, la universidad es solo uno de los muchos caminos hacia la edad adulta, y cada uno requiere un esfuerzo real.
La puntuación mínima no es mala; solo lo es cuando se malinterpreta y se usa incorrectamente. Por lo tanto, cada candidato debe estar alerta. No caiga en la trampa de cifras inusualmente bajas. Considere y compare los datos de referencia reales del año pasado. Y lo más importante: elija una carrera y una universidad basándose en su pasión y capacidad, no en "suficientes puntos para entrar".
La trampa del punto óptimo puede desviar la atención de la gente. Pero si están alertas, los jóvenes pueden superarla por completo, no saltándose puntuaciones, sino con visión y comprensión.
Fuente: https://baolaocai.vn/bay-diem-san-post649506.html
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