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La Peste Negra que devastó Eurasia y el norte de África en el siglo XIV tuvo un profundo impacto en nuestro equilibrio genético que continúa hasta nuestros días, según un estudio publicado recientemente en el American Journal of Human Genetics.
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Restos de una víctima de la Peste Negra. Foto: GETTY IMAGES |
Aunque las variantes genéticas que ayudaron a los ancestros europeos a sobrevivir a la peste siguen brindando cierta protección contra enfermedades respiratorias similares en la actualidad, también los hacen susceptibles a enfermedades autoinmunes dañinas, según investigadores de la Universidad de Bristol (Reino Unido).
Los investigadores han publicado una comparación de genomas tomados de individuos que vivieron antes, durante y después del brote de peste bubónica (causada por la bacteria Yersinia pestis) que arrasó y acabó con el 50% de la población de Europa.
Los resultados revelaron que la peste negra influyó en la evolución de genes inmunitarios como el ERAP2. Esto, a su vez, influyó en la respuesta actual de los humanos a las enfermedades. Las personas con dos copias idénticas de una variante "buena" del gen ERAP2 tenían entre un 40 % y un 50 % más de probabilidades de sobrevivir que las personas sin dos variantes del gen.
El equipo también descubrió que tener copias idénticas de ERAP2 pone a muchos europeos en menor riesgo de enfermedades respiratorias como Covid-19, pero también los pone en mayor riesgo de enfermedades autoinmunes como la enfermedad de Crohn y la diabetes tipo 1.
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