En la madrugada del 1 de octubre (hora de Washington D. C.), el Gobierno Federal de Estados Unidos entró oficialmente en "cierre parcial" por undécima vez en la historia moderna. El fracaso de ambos partidos en aprobar un nuevo proyecto de ley presupuestaria ha obligado a cientos de miles de funcionarios a tomar licencia sin sueldo y ha provocado una ola de inestabilidad que se ha extendido por los mercados.
La reacción del mercado fue casi instantánea: los futuros de los principales índices, como el S&P 500 y el Dow Jones Industrial Average, estaban en números rojos. Los inversores, preocupados por la posibilidad de que la economía estadounidense perdiera unos 15.000 millones de dólares de PIB cada semana, comenzaron a buscar refugios seguros. El precio del oro, la cobertura tradicional, se disparó hasta un máximo histórico de casi 3.890 dólares la onza.
Pero la atención se centró en otro activo. En medio del caos, bitcoin (BTC) tuvo una espectacular subida, subiendo más del 4% en 24 horas, acercándose a los 118.000 dólares, según datos de CoinMarketCap.
A las 23.00 horas del 2 de octubre (hora de Vietnam), el precio de bitcoin había alcanzado los 120.000 dólares, a menos del 4% del pico histórico de 124.128 dólares alcanzado el 14 de agosto.
Este movimiento, en marcado contraste con el mercado de valores, ha reforzado fuertemente el argumento de que Bitcoin se está separando gradualmente de los activos de riesgo tradicionales.
Pero antes de que los inversores se apresuren a celebrar, la historia ofrece una advertencia: ¿Es sostenible este repunte o volverá el fantasma del cierre de 2018?
Fantasma de 2018
Para quienes han seguido de cerca el mercado, la situación actual evoca recuerdos del cierre gubernamental récord de 35 días bajo la presidencia de Trump (de diciembre de 2018 a enero de 2019). En aquel entonces, la reacción inicial de bitcoin también fue prometedora. En los primeros días, BTC subió de menos de $3,900 a más de $4,200.
Pero la alegría duró poco. A medida que se prolongaba el estancamiento político , los efectos macroeconómicos negativos comenzaron a hacerse sentir. Bitcoin revirtió su rumbo y se desplomó. Para cuando el gobierno reabrió, su valor había perdido alrededor del 10%, cayendo por debajo de los 3600 dólares.
La historia de 2018 es un duro recordatorio de que la inestabilidad política puede ser un arma de doble filo. Inicialmente, atrae capital hacia activos descentralizados y no estatales como el bitcoin. Pero con el tiempo, debilita el crecimiento económico, frena el gasto y aleja a los inversores de todos los activos percibidos como de riesgo, incluidas las criptomonedas.
¿Qué ha cambiado esta vez? La respuesta reside en las fuerzas subyacentes que están transformando el juego silenciosamente.

En medio del caos y la incertidumbre tras el cierre del gobierno de Estados Unidos, bitcoin no solo no colapsó sino que explotó con fuerza, acercándose a su pico histórico (Foto: CryptoSlate).
Más que un efecto puntual: Empujoncitos fundacionales
El alza de Bitcoin en esta ocasión no es simplemente una reacción al cierre gubernamental. Está respaldada por una serie de factores estructurales positivos que indican que el mercado está madurando.
Un "regalo" inesperado del Servicio de Impuestos Internos (IRS)
Uno de los mayores impulsos provino de una fuente inesperada: el Servicio de Impuestos Internos (IRS) de EE. UU. El IRS dictaminó recientemente que las empresas no tendrán que computar las ganancias no realizadas derivadas de sus tenencias de bitcoin en el Impuesto Mínimo Corporativo (CAMT) del 15 %.
Esta es una noticia importantísima. Elimina una carga fiscal potencialmente enorme para las empresas públicas que tienen bitcoin como activo de reserva.
Los analistas dicen que la medida del IRS allanará el camino para que más empresas se sientan más seguras de incluir bitcoin en sus balances, convirtiéndolo en un activo de reserva más legítimo y transparente, reduciendo así la oferta circulante y reforzando su valor de escasez a largo plazo.
Grandes cantidades de dinero fluyen constantemente
Si bien 2018 estuvo impulsado principalmente por inversores minoristas, en 2025 se contó con la participación de grandes instituciones. Los datos muestran que los ETF de bitcoin al contado registraron una entrada neta de 430 millones de dólares en tan solo un día, lo que demuestra la gran confianza de los inversores profesionales.
Además, las ballenas del mercado también actuaron. Tether, el mayor emisor de stablecoins del mundo, confirmó la compra de otros mil millones de dólares en bitcoin, continuando con su estrategia de acumulación a largo plazo. Cada compra de un volumen tan grande ejerce más presión sobre la oferta, ya de por sí limitada (solo 21 millones de BTC), lo que eleva el valor intrínseco de esta moneda.
Expectativas de una política monetaria laxa
El cierre del gobierno coincidió con la publicación de datos de empleo desalentadores. El informe de ADP mostró que el sector privado estadounidense perdió 32.000 empleos en septiembre. Los débiles datos económicos generaron expectativas de que la Reserva Federal podría verse obligada a recortar los tipos de interés para impulsar la economía, posiblemente ya en su reunión de finales de octubre.
Un entorno de tasas de interés más bajas generalmente aumenta el atractivo de activos sin rendimiento como el oro y el bitcoin.
La carrera de dos caballos por el oro
Bitcoin no está solo en la crisis. El oro, el refugio tradicional, también ha alcanzado un nuevo récord de casi 3890 dólares la onza, lo que refleja una tendencia más amplia: el dinero huye del sistema fiduciario y de los activos que dependen de la estabilidad gubernamental.
Sin embargo, la competencia entre el "oro digital" y el oro real sigue muy viva. El oro ha superado al mercado en lo que va de año, con una ganancia del 45%, frente a solo el 20% del bitcoin. Esto se debe a que inversores más grandes y conservadores, como los bancos centrales y los fondos de pensiones, siguen favoreciendo el oro por su liquidez, historial y reconocimiento regulatorio. Bitcoin, a pesar de su madurez, sigue comportándose como una acción tecnológica de alto riesgo.
Irónicamente, el propio cierre del gobierno ha creado un obstáculo para el bitcoin. La Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC), la agencia que aprueba los principales productos financieros, ha tenido que despedir a cerca del 90% de su personal.
Esto significa que el proceso de revisión y aprobación de los tan esperados fondos cotizados en bolsa (ETF) de criptomonedas al contado se retrasará indefinidamente. «El ETF de Cryptober probablemente se mantendrá en suspenso durante un tiempo», comentó con amargura el analista Nate Geraci. Este retraso podría frenar el entusiasmo del mercado a corto plazo.
El cierre del gobierno estadounidense de 2025 parece haber actuado como catalizador, una prueba de estrés para los mercados financieros, y bitcoin la ha superado con creces. Sin embargo, sería un error atribuir esto únicamente al aumento de precios.
Este repunte se asienta sobre una base mucho más sólida que la de 2018: claridad fiscal, entradas masivas de capital institucional y un entorno macroeconómico cada vez más favorable a los activos alternativos. Los acontecimientos en Washington fueron solo la chispa que encendió un fuego que ya estaba latente.
Queda por ver si el bitcoin podrá mantener su repunte tras la calma de la agitación política. Pero algo es seguro: en una crisis de confianza en el sistema tradicional, el bitcoin está demostrando ser más que un simple activo especulativo, convirtiéndose en un pilar clave de una cartera del siglo XXI.
Fuente: https://dantri.com.vn/kinh-doanh/chinh-phu-my-dong-cua-bitcoin-but-pha-ap-sat-dinh-lich-su-20251002232923188.htm
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