La mayoría de los purificadores de aire no se han probado en la práctica. Foto: Bloomberg . |
Un estudio publicado en Annals of Internal Medicine reveló que la mayoría de los purificadores de aire que se anuncian como capaces de eliminar virus y bacterias no se han probado en situaciones reales. De los casi 700 artículos científicos revisados, solo alrededor del 8 % se probaron en situaciones reales con humanos, mientras que más del 90 % se realizaron en espacios abiertos o con animales de laboratorio.
Esto es preocupante porque muchos virus respiratorios, como la gripe y la COVID-19, pueden transmitirse por el aire. La reciente pandemia ha demostrado el poder devastador de las enfermedades respiratorias, lo que hace urgente la necesidad de encontrar soluciones para mejorar la calidad del aire interior.
Se espera que tecnologías como filtros HEPA, luces ultravioleta y diseños de ventilación especiales ayuden a limitar los patógenos, pero la evidencia experimental en humanos es escasa.
Las disparidades son aún más evidentes entre las distintas tecnologías. De los 44 estudios sobre oxidación fotocatalítica, que produce sustancias químicas para eliminar microorganismos, solo uno examinó su eficacia en la prevención de infecciones humanas. De los 35 estudios sobre tecnología de plasma, esa cifra fue cero. De los más de 40 estudios sobre filtros que incorporan nanomateriales, ninguno incluyó pruebas en humanos.
La brecha entre las afirmaciones de marketing y los datos científicos plantea muchas preguntas. Si bien los fabricantes suelen promocionar productos que pueden prevenir virus, para su uso en escuelas, centros de salud o lugares de trabajo, no existe evidencia sólida que lo confirme en la práctica.
Algunas tecnologías incluso generan subproductos como ozono, formaldehído o radicales hidroxilo, compuestos que pueden ser nocivos al inhalarse. Sin embargo, solo 14 de los 112 estudios centrados en tecnologías que generaban subproductos nocivos evaluaron realmente estos efectos, en marcado contraste con los rigurosos procesos empleados en la investigación farmacéutica.
Según los autores, evaluar la eficacia de indicadores de calidad del aire, como la reducción de polvo fino o bacterias, no implica una reducción del riesgo real de infección. Esta laguna de conocimiento impide a los científicos determinar el verdadero nivel de protección que ofrecen los purificadores de aire.
Fuente: https://znews.vn/cu-lua-cua-may-loc-khong-khi-post1580136.html
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