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Lamine Yamal no logró marcar en el Clásico. |
Lamine Yamal se mueve en una delicada línea entre la máxima expectación y la máxima distracción. Del genio de 18 años que cautivó al Camp Nou, se ha encontrado en el peligroso vórtice de la era TikTok, donde una mirada puede llamar más la atención que un disparo contra el Real Madrid.
Lamine Yamal se crea problemas a sí mismo
El reciente Clásico en el Bernabéu podría considerarse una llamada de atención. No solo porque el Barcelona perdió, sino porque Yamal perdió contra sí mismo.
En los días previos al partido, el número 10 del Barça pasó más tiempo en casa de un streamer que en el vestuario. Yamal generó titulares arrogantes dirigidos al Real Madrid y luego se erigió en el protagonista de la gran noche.
Cuando terminó el partido, la gente solo vio a un Yamal distraído, luchando en un mar de gente blanca, y ya no la perla que una vez hizo admirar a toda Europa.
El contraste se hace aún más evidente cuando se menciona el nombre de Yamal junto a Lionel Messi. Leo también tenía 18 años. Provenía de un barrio obrero. Vestía el sagrado número 10 del Barça. Pero Messi nunca se creyó más grande que el club. Nunca se coronó a sí mismo cuando aún estaba a la sombra de veteranos como Ronaldinho o Samuel Eto'o. Messi es silencioso, silencioso, y usa sus pies para marcar las reglas.
Messi sólo ve el Bernabéu como un lugar donde pelear los 90 minutos, no como un escenario donde agitarse toda la semana anterior.
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Lamine Yamal aprendió una valiosa lección. |
Yamal vive en un mundo diferente. Un mundo donde una foto publicada en Instagram vale tanto como un gol. Donde las frases atrevidas se celebran como una señal de confianza. Donde cada movimiento puede ser un placer, cada acción una tendencia. La nueva generación ha crecido con la atención, y a veces confunde atención con valor.
No tiene nada de malo que un joven de 18 años quiera divertirse. El problema es que Yamal es el hombre que lleva el icónico dorsal del Barça, comparado en toda Europa con leyendas que tardaron décadas en definirse. Cuando la responsabilidad aumenta exponencialmente, la inmadurez se hace más evidente que nunca.
De los consejos de Rodri a la imagen de Messi
Rodri le dio una vez un consejo a Yamal en París: "Deja que el fútbol hable". Una simple frase que aplica a todas las generaciones. Porque los partidos lo decidirán todo: ¿se te recuerda por tus goles o por tus declaraciones? ¿Por tus cualidades en la cancha o por tus impactantes transmisiones en vivo?
El Barça puede perdonar una derrota. Le costará perdonar a su joya más preciada si pierde la concentración. Un jugador de talla mundial no puede vivir solo de la pasión por presumir ni de sentirse el centro del universo. Yamal necesita aprender a vivir como un profesional, porque un gran talento siempre conlleva una gran responsabilidad.
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Lamine Yamal necesita aprender de Lionel Messi. |
Lo positivo es que Yamal aún es muy joven. Los errores en esta etapa son una fuente de aprendizaje, no sentencias que definan su carrera. Los errores a los 18 años a veces son el punto de apoyo para forjar un campeón a los 28. La condición necesaria es que Yamal comprenda que no hay atajos para convertirse en leyenda. Nadie puede mantener el ritmo del partido mientras ahuyenta el ruido del campo. Nadie puede alzar el Balón de Oro con solo unos pocos videos virales.
Lo que llevó a Messi a la cima no fue su genio. Fue que Messi supo mantener ese genio a raya.
Hoy, Yamal aún está a las puertas de un gran viaje. Esas piernas aún pueden crear milagros. Esa imaginación aún puede trazar límites que otros no ven. Yamal tiene la oportunidad de convertirse en el rostro de una nueva era en el Camp Nou.
Solo recuerda una cosa: los aplausos en internet eventualmente se apagarán. La única luz que puede sostener una carrera es la luz de las ardientes noches europeas, de las victorias memorables, de los momentos de levantar trofeos entre lágrimas de alegría.
Yamal debe seguir el camino de Messi. No puede convertirse en un genio… distraído por las falsas ovaciones que crea.
Aún hay tiempo. El futuro sigue abierto. Pero para alcanzar tu sueño, necesitas aprender a madurar rápidamente.
En la cancha, nadie es un niño de las redes sociales para siempre. Solo hay ganadores y perdedores.
Fuente: https://znews.vn/cu-tat-cho-lamine-yamal-post1597327.html









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