En cuanto el paciente ingresó, los médicos iniciaron de inmediato la reanimación cardiopulmonar intensiva y realizaron las pruebas diagnósticas necesarias en la cama. La radiografía mostró opacidad difusa en ambos pulmones y el análisis de sangre reveló alteraciones electrolíticas. Los médicos consultaron rápidamente con especialistas y concluyeron el diagnóstico de insuficiencia respiratoria aguda.
El bebé T. se recuperó y se estabilizó después del tratamiento.
El Dr. Huynh Trung Hieu afirmó que la mayoría de los niños que se ahogaron o sufrieron complicaciones graves como insuficiencia respiratoria, neumonía o daño cerebral por falta prolongada de oxígeno no recibieron ayuda de emergencia o no la recibieron adecuadamente. Los primeros pasos de la reanimación son cruciales para salvar la vida del niño. En el caso de T, tuvo la fortuna de recibir primeros auxilios y ser hospitalizado a tiempo.
A raíz del caso del niño mencionado, el médico indicó que, dado que actualmente son vacaciones de verano, época en la que aumentan los accidentes por ahogamiento, para prevenirlos, los padres deben evitar que los niños jueguen o naden solos sin supervisión, y que jueguen cerca de estanques, lagos, ríos o arroyos, especialmente los más pequeños. Cuando los niños se bañen en la piscina o en el mar, los padres deben colocarles chalecos salvavidas y vigilarlos en todo momento.
«Si se produce un ahogamiento, al prestar primeros auxilios a un niño, bajo ninguna circunstancia lo ponga boca abajo sobre su hombro y corra sin antes realizarle RCP y respiración artificial. Esto prolonga el tiempo de falta de oxígeno en el cerebro, lo que puede causar daño cerebral si el niño sobrevive. Tan pronto como se detecte que un niño se ha ahogado, es necesario brindarle primeros auxilios de inmediato y llevarlo al centro médico más cercano para que reciba tratamiento de emergencia y atención oportuna, evitando así consecuencias y secuelas graves», aconsejó el Dr. Hieu.
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